Me niego a volver con mi esposo por la traición que hizo mientras yo sanaba la pérdida de nuestro bebé

Sergio Peris-Mencheta lo tenía todo: éxito actoral, admiradores, estar en lo alto de su carrera... hasta que una leucemia cambió las reglas del juego. Con un trasplante de médula donado por su hermano, emprendió una batalla cuerpo a cuerpo por su vida. Un viaje que le ha enseñado que los verdaderos triunfos no siempre tienen alfombra roja, sino valor para seguir respirando un día más. ¿Quieres saber cómo este hombre enfrentó lo imposible y las cicatrices que lleva por dentro?
Sergio Peris-Mencheta vuelve con más fuerza que nunca. Tras vencer una leucemia que lo tuvo en vilo año y medio, el actor español regresa a los escenarios con Blaubeeren, su nuevo proyecto teatral. Hoy, recuperado y con un mensaje potente de resiliencia, invita a su público a conocer esa faceta desconocida de su vida: la de un hombre que luchó, ganó y ahora transforma su experiencia en arte e inspiración.
En una reciente entrevista para La noche en 24 horas, Peris-Mencheta confesó que el transplante de médula ósea al que fue sometido por recomendación médica, pudo realizarse gracias al seguro del Sindicato de Actores de EE. UU.
Pero no solo eso: acaba de lanzar “730 días”, un libro en el que narra, sin filtros, el viaje físico y emocional que vivió durante su batalla contra la enfermedad. En 288 páginas, el actor desgrana desde el impacto del diagnóstico hasta los meses más duros tras el trasplante.
“Con este libro no pretendo explicar qué es vivir una enfermedad como la que yo he vivido, ni dar consejos para llevarla mejor, ni mucho menos para superarla. De hecho, todavía no estoy en remisión y todo es posible”, confiesa, dejando claro que su historia sigue abierta. Y es que “730 días” no es solo un testimonio de resistencia; es la mirada de un hombre que ha aprendido a enfrentarse al miedo y a transformar el dolor en verdad.
El también actor lo tiene claro: el hombre que es hoy no se cambiaría por el que era antes de su enfermedad. En una entrevista reciente con El Periódico de España confesó que, pese a tenerlo “todo” (éxito profesional, estabilidad emocional, etc.) vivía atrapado en una insatisfacción constante. Ni los logros ni las buenas noticias lograban mantenerlo presente.
La leucemia, aunque dura, terminó siendo un punto de inflexión: un golpe que lo obligó a parar, mirar dentro de sí y descubrir lo que realmente importa. Hoy admite que ahora es capaz de mirarse al espejo sin sentir que actúa un papel. “Eso sí, puedo decirlo con orgullo”, asegura. Su mensaje es claro: a veces, los retos más duros son también el camino hacia una versión más auténtica y valiente de nosotros mismos.
En otra entrevista para el diario español 20 Minutos confiesa que, tras su lucha contra la leucemia, mira a sus hijos desde un lugar nuevo: con verdadera atención a lo que sienten, algo que antes solo hacía su pareja. También sus vínculos con amigos (y, sobre todo, con Marta, su esposa) han ganado una profundidad inesperada. Habla de ella con gratitud absoluta: estuvo a su lado 24/7, compartiendo cada miedo y cada victoria, con una empatía que lo conmovió. “Mi refugio es donde está mi chica”, asegura sin dudar. No es solo un espacio físico, sino un territorio emocional donde se siente seguro, querido y motivado a crecer, al tiempo que él la impulsa a ella.
Con Marta ha redescubierto su lado más sensible, sin perder la fuerza que lo define. Juntos han construido una casa que simboliza ese refugio compartido, un lugar abierto para sus hijos, su suegra y amigos, pero sostenido por un núcleo claro: dos personas que se eligen cada día para acompañarse, cuidarse y seguir adelante.
La historia de Sergio Peris-Mencheta nos recuerda que, incluso frente al golpe más duro, siempre hay espacio para la fuerza y la esperanza. ¿En qué momento de tu vida has tenido que ser más valiente que nunca?
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