Carta a mi esposo, quien me mostró cómo puede ser la peor decepción amorosa
Las relaciones familiares pueden ser sumamente complejas y delicadas, especialmente cuando el amor de tu vida se enamora perdidamente de tu hermana. Esta situación particularmente difícil puede generar una amplia gama de emociones, desde el dolor y la traición hasta la ira y el resentimiento. La dinámica familiar se transforma, y superar todo lo que esto generó es solo para unos cuantos valientes. A continuación, te presentamos una carta que le dirige una mujer a su exmarido en la que pone en perspectiva todo el panorama.
"Querido exesposo:
La intención de esta carta no es pelear, tampoco reclamarte una vez más por todo el dolor que me hicieron pasar. Necesito sacar algunas cosas de mi pecho y creo que esta es la mejor forma para hacer catarsis y para poder entender muchas cosas que sucedieron.
Todo comenzó en la cena de Navidad del año pasado. Mariana nos contó que tenía un nuevo amor y que estaba muy feliz. Yo compartí su felicidad, me alegró mucho saber que estaba enamorada de alguien y que era correspondida. Su cara brillaba... pero la tuya, no. En cuanto dio el anuncio, tú te levantaste de la mesa, la tomaste del hombro sutilmente y luego la soltaste. Te fuiste hacia el baño con un semblante desencajado. Jamás entendimos tu reacción, pues yo sabía que simpatizaban entre ustedes, que se llevaban bien y pensé que la noticia también te haría sentir feliz. Cuán equivocada estaba.
Al llegar a casa, te pregunté qué había pasado, ¿por qué esa actitud?, ¿acaso te preocupaba que fuera alguien malo? Seguías sin querer hablar. No lo entendí hasta tiempo después.
Mi hermana jamás cambió conmigo; al contrario, se volvió más cercana, más cariñosa, más cálida. Iba más a la casa, les llevaba regalitos a los niños, me acompañaba al parque a llevarlos a jugar. Cuando ella iba, todo era fiesta. Me encantó que tuviera una nueva pareja y que la hubiera hecho sentirse tan bien como para querer tener a mi familia cerca.
Pero debo decir que había algo que no me cuadraba. Cuando tú llegabas de trabajar, la mirada siempre le cambiaba. Y la tuya ni qué decir. Era como una complicidad que solo ustedes comprendían. Yo pensaba que esto se debía a que les gustaba la misma música y compartían los mismos pasatiempos, pero nunca vi venir la avalancha que estaba por llegar.
No fue sino hasta el 14 de febrero que todo estalló. Esa noche no llegaste y, casualmente, mi hermana tampoco fue a visitarnos. Los teléfonos de ambos estaban apagados y yo me preocupé. Pensé que algo malo les había pasado, esas fechas son caóticas, pues la ciudad se convierte en una maraña de tráfico y personas en la calle.
Yo no pude dormir de la preocupación. Cuando por fin logré conciliar el sueño, algo hizo que me despertara. Era tu mirada sobre mí. Me pediste que fuera a la sala y ahí estaba ella. Me dijiste que nos sentáramos y que habláramos. Tu cara era otra y sabía que algo más había pasado. Al confrontarte por no haber llegado y la falta de atención en un día tan especial para mí, me dijeron todo. Tú y mi hermana tenían una relación desde diciembre y no lo querían ocultar más. El divorcio era el siguiente paso.
¿Mi hermana? ¿Cómo puede ser posible que te hayas enamorado de mi hermana? En ese momento entendí por qué nunca nos había presentado a su “nuevo” amor. Eras tú. No había necesidad de presentarlo. Tantos silencios en complicidad, tantas mentiras. Todo lo supieron ocultar muy bien. Mi corazón se rompió en mil pedazos. Nuestro matrimonio era perfecto, teníamos viajes a donde queríamos, construimos una casa a nuestro gusto, los niños siempre estaban contentos. Todo eso se vino abajo.
Pero no pretendo volver a vivir una y otra vez todo el dolor que me produjo esto, quiero sanar, seguir adelante y volver a confiar en el amor. Quiero que tú y yo retomemos la amistad y quiero ver feliz a mi hermana. Ella me ha buscado para hacer las paces y recuperar la relación, yo solo le he dado negativas, pero quiero terminar con este ciclo de lejanía.
Quiero que platiquemos los 3, pues entre nosotros compartimos nexos que son inquebrantables, tanto entre ella y yo, por ser hermanas, y entre tú y yo, por ser padres de dos hermosos niños. Lo que pasó queda en el pasado, no quiero que volvamos a estar alejados y quiero que ella vuelva a disfrutar de sus sobrinos y que tú vuelvas a ser el papá que ve feliz a sus hijos sin que te los tengas que llevar con mala cara todo el tiempo.
Me costó mucho trabajo llegar a esta decisión, pero creo que solo la armonía y el perdón les darán una mejor vida a mis hijos. Yo te amé entrañablemente y a mi hermana solo le deseo felicidad, y eso lo encontró en ti. Mi vida se ha llenado de momentos muy duros, pero no quiero que la distancia y la falta de comunicación y cariño sean los factores que me sumen más tristezas. Les cedo a ustedes la última palabra.
Admiramos la resiliencia de nuestra querida lectora y queremos compartir lo valioso de su carta
- Los conflictos familiares siempre han existido, una forma de resolverlos, como nos recomiendan en este artículo, es mediante una charla familiar. Nuestra lectora dio el primer paso hacia una comunicación más abierta a través de una carta y es un excelente inicio para poder expresar nuestras emociones.
- La familia es lo más importante que tenemos y luchar por ella nunca será algo absurdo y recordemos que mantener un ambiente sano por los hijos es indispensable. Los hijos son personas temporales (como te platicamos anteriormente aquí y aquí), pero mientras ellos habiten bajo la tutela de alguno o ambos papás, lo mejor es brindarles lo mejor posible, rodeados de amor y contención.
- Una buena relación entre mamá y papá, aunque no estén juntos, les enseñará a los más pequeños de la casa a aprender a resolver sus problemas y tratar de manejarlos para conservar la armonía. Como recordarás en este artículo, donde el papá tiene detalles con la mamá de sus hijos, todo para darle un gran ejemplo a ellos.
- Los estereotipos dañan mucho, como nos han sugerido aquí, por ello, lo mejor es enterrarlos. La hermana de ella seguirá siendo su hermana por siempre y el papá de los niños, también. La intención de nuestra querida autora habla de lo mucho que ha trabajado en su amor propio y en su capacidad de perdonar, y eso es lo más importante.