Cómo han cambiado los hombres en los últimos 100 años y por qué nos podemos olvidar de la caballerosidad

Crianza
hace 4 años

Investigadores británicos descubrieron que en los últimos 100 años los hombres se han vuelto más altos en 10 centímetros y también de manera considerable han ganado peso. Pero al mismo tiempo se han vuelto débiles. La ausencia de carga física ha conducido al hecho de que la fuerza de presión de los jóvenes se redujo en 9 kilogramos en comparación con la de sus padres a la misma edad.

Genial.guru decidió descubrir actualmente en qué otras cosas los hombres se diferencian de sus padres y abuelos. Los cambios internos han resultado ser más curiosos que los externos.

Un hombre no debe ser más una mina de oro

“Un hombre exitoso es aquel que gana mucho más dinero de lo que su esposa puede gastar. Una mujer exitosa es aquella mujer que puede conseguir tal hombre”, esta es una frase típica para los años 50’s de la famosa actriz Lana Turner. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial la mujer estadounidense era objeto de condena si decidía ir a trabajar en lugar de cuidar del hogar y los hijos. Actualmente la palabra “ama de casa” suena casi de forma despectiva: las mujeres frecuentemente ganan incluso más que sus cónyuges.

Para el rodaje de una serie documental el periodista sueco Peter Letmark intentó localizar a una mujer que se dedicara exclusivamente a los deberes del hogar y los niños pero no logró encontrarla: así muchas de las amas de casa restantes no tienen deseos de reconocer su estatus.

Respectivamente, los hombres modernos juegan un papel importante en el pilar de toda la familia o como el único sostén de la familia. Las obligaciones para conseguir dinero frecuentemente se reparten entre ambos cónyuges.

Puedes darte de baja por paternidad y no avergonzarte de ello

Las leyes en Suecia prevén que si la familia quiere obtener un salario completo debido a la baja por maternidad, entonces se debe dividir entre los dos padres. Cada uno de los cónyuges en este caso debe tener una baja por maternidad de más de 90 días. Esto alienta a que los padres participen en la crianza de sus hijos y le da la posibilidad a las mujeres de no rechazar un trabajo prometedor.

En muchos países la baja por familia únicamente la toma el papá. Solo en EE.UU. hacia 2010 hubo 2,2 millones de tales hombres. Como mostraron investigaciones, el aumento de la frecuencia en la comunicación con el papá influye de manera positiva en los niños:

  • si el papá toma participación de manera activa en el cuidado del bebé durante los primeros 8 meses, el niño durante los años escolares manejará mejor el estrés y mostrará más empatía en la vida adulta;

  • una comunicación de papá con hijo o hija ayuda a los niños a evitar el síndrome de deficiencia de atención, estudiar mejor en la escuela y acudir con menor frecuencia al psicólogo;

  • también existe la suposición de que los niños en cuya crianza su padre tuvo un lugar, son menos narcisistas y agresivos y las niñas, por el contrario, menos pasivas.

En muchos países los representantes del “sexo fuerte” están dispuestos a tomar una baja por maternidad en lugar de su esposa, sin embargo, las leyes no están tan reguladas para permitir dicha acción. Por otro lado, la ideología en muchos países considera que únicamente la mamá debe encargarse del bebé y rara vez apoyan la idea de la baja por paternidad.

No debe de ser un “verdadero hombre”

Con el concepto de “verdadero hombre” se encuentra relacionada directamente la idea de honor. Precisamente la necesidad de mantener el honor y reputación obligó a los hombres durante siglos a hacer lo correcto: tratar con respeto a las mujeres, proteger a los débiles, ser firmes e impasibles en sus decisiones. El honor tradicional se basaba en un código de reglas a seguir. Al cumplirarlas, una persona recibía el respeto de las personas de su entorno y al romperlas, podía deshonrar su nombre para siempre.

El código de honor formó organizaciones especiales en hombres y mujeres: fraternidades, clubes de caballeros o unidades de scouts. Actualmente tales sociedades casi han desaparecido; cada persona en la medida de su educación decide qué considera vergonzoso para sí mismo y qué es decente, formando así su propio código de honor.

Y esto es a lo que ha dado lugar.

  • De los hombres no se tiene que esperar un trato de caballerosidad. Imagina la siguiente situación: una chica regresa a casa en compañía de su compañero y en su camino alguien le grita una vulgaridad. Según el concepto tradicional de honor (por un insulto se debe pagar), una mujer en tal momento espera que su pareja ponga en su lugar al abusón. Sin embargo, para el hombre moderno tiene un mayor valor su bienestar personal (dientes y huesos completos) y no la protección de la mujer.

  • Cualquier acto inapropiado es imperceptible. Los caballeros u otros guerreros no podían huir del campo de batalla sin denhonrar su nombre. La mayoría de nosotros actualmente vive en ciudades y no sabe nada sobre sus vecinos. Puedes vivir 10 años en el mismo vecindario sin sospechar que el chico apuesto de la casa de al lado es un abusador. En Internet nosotros somos aún más impresionantes, así que no hay temor a una condena pública.

  • Los límites morales no están claramente definidos. Incumplir el código de honor amenzaba a una persona con el desprecio de parte de todas las personas y la expulsión del grupo, por eso la relación hacia el código era más seria en comparación con las leyes. Actualmente un hombre puede dejar a una mujer embarzada, no pagar por los alimentos y no perder el respeto de sus amigos.

  • Los hombres no tienen razón para hacer cosas buenas. Las acciones se han vuelto desapercibidas para la mayoría y las leyes no siempre están del lado de un héroe: al proteger a una mujer de un delincuente y actuar en legítima defensa fácilmente puedes perder tu libertad.

Existe la opinión de que las películas modernas se han vuelto más aburridas (especialmente si en ellas quitamos un montón de efectos especiales) debido a que sus personajes no tienen que afrontar ningún tipo de obstáculo. Ellos no se han formado bajo el código moral, todo se les permite, simplemente van a la deriva. Compáralos con los héroes anteriores que luchaban por la justicia, protegían a los débiles o se veían en la necesidad de vengar a un ser cercano.

Pero el código personal tiene sus ventajas: no solo permite evaluar la situación de la persona, sino también dirigirse a su conciencia. Anteriormente un hombre tranquilamente podía engañar a su esposa si hacía algo discretamente, ahora estas acciones lo convierten en un tramposo e hipócrita.

El estadounidense Jarrod Martin fue arrestado por la policía después de que él regresara a su casa en llamas para salvar a su perro. Él fue acusado de poner su vida en peligro y un riesgo secundario en la vida de los bomberos.

Se puede olvidar de la caballerosidad tradicional

Se llama caballero a aquella persona que sigue las reglas y normas establecidas por la sociedad. Pero las mismas normas hoy en día han quedado obsoletas.

  • No se tiene que cuidar la reputación femenina: incluso las chicas no se preocupan por ella, especialmente las celebridades. Si un hombre siglos atrás hubiera pronunciado el nombre de las mujeres con las cuales mantenía una relación sin estar casado, él podía ser considerado un sinvergüenza. Actualmente tal información no molesta a nadie.

  • No se tiene que ceder el asiento o abrir una puerta para ella, ya que se puede considerar desigual tal actitud.

  • No es necesario seguir un discurso: las expresiones ofensivas ya no son un tabú. Incluso pueden servir como cumplido, lo principal es decirlo con la entonación y el lugar adecuado.

Probablemente de todo lo que anteriormente se atribuía a un verdadero caballero, hoy en día únicamente ha quedado el hábito de relacionarse hacia las personas con el mismo respeto independientemente de la labor que desempeñen: mesero en un restaurante de comida rápida o el presidente de una empresa conocida mundialmente.

No están obligados a ser firmes y severos

Además, hasta hace poco tiempo, entre los hombres una demostración de sus emociones en público no era algo que se acogía con beneplácito. Los representantes del “sexo fuerte” debían ser firmes y severos. Los agricultores no demostraban un particular afecto hacia su esposa e hijos y ante una necesidad podían confirmar su razón a golpes. La privación de los derechos de las mujeres fue sorprendente: en Inglaterra en los siglos XVII-XIX, los maridos vendían a sus esposas en el mercado, como si fueran un objeto.

Ahora la expresión de emociones entre los hombres no se considera algo vergonzoso. Los representates del “sexo fuerte” con mayor frecuencia se convierten en papás queridos y la relación entre cónyuges se construye en igualdad de condiciones.

Aunque en los últimos tiempos se ha previsto una tendencia: los jóvenes y adolescentes se han vuelto más racionales en las relaciones. Ellos con claridad valoran sus emociones, pueden pensar en los detalles pero evitan los afectos. Y aunque tal autosuficiencia les permite evitar muchos problemas, probablemente no consigan experimentar fuertes sentimientos en su vida.

Por qué no vale la pena preocuparse debido a los cambios que ocurren con los hombres

Todos nosotros en menor o mayor medida dependemos de los estereotipos y a veces podemos mostrar que algo “no está bien” con los hombres. Pero en realidad no hay razones para preocuparse.

  • Los hombres se han vuelto más débiles, pero la vida moderna no requiere de una considerable fuerza. Los especialistas de IT, que no tienen que levantar nada más pesado que un ratón, ganan más que un estibador con poderosos músculos. No hay necesidad de luchar en un duelo por el honor de una hermosa dama: algunas chicas darán un contrataque más virtuoso a un abusón y en una situación crítica se puede llamar a la policía.

  • Algunas mujeres se avergüenzan de que sus hombres se queden en casa con los niños y realicen los deberes del hogar en lugar de trabajar. Pero si tienes un buen puesto y ganas lo suficientemente bien para mantener a la familia, ¿entonces por qué te debe de avergonzar? Y si tu esposo no hace nada en casa, y estás cansada de él, entonces ahora puedes pensar en el divorcio.

  • Muchos representantes del “sexo fuerte” no son tan masculinos como antes. Pero gracias a eso los hombres se han abierto emocionalmente, ellos pueden volverse buenos padres, participar en partos en pareja, comprender mejor a su cónyuge o novia.

  • Los maridos no consideran algo malo encargarse de los deberes del hogar. Precisamente las cuestiones domésticas son las causantes de escándalos entre cónyuges que trabajan en el 43 % de los casos (debido al dinero únicamente pelean en el 23 % de los casos). En las parejas que se ponen de acuerdo sobre las obligaciones en el hogar, la probabilidad de divorcio es dos veces menor. Por supuesto, no siempre es sencillo incluir a los hombres en la limpieza o cocina, pero frecuentemente en esto no solo ellos son los culpables, sino también sus esposas. Estas últimas a veces se consideran expertas en los deberes del hogar y demuestran contundencia en todos los aspectos: comenzando con la elección de la marca del detergente y terminando con qué tan brilloso debe de estar el suelo.

¿Qué cualidades valoras en los hombres? ¿Según tu opinión, se tiene que educar a los niños para que se conviertan en buenas personas?

Comentarios

Recibir notificaciones

Creo que a los hombres les vendría muy bien comportarse como quieran sin pensar en clichés

-
-
Responder

Lecturas relacionadas