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A lo largo del último siglo, la crianza selectiva ha transformado significativamente diversas razas de perros, modificando sus características físicas y, en algunos casos, afectando su salud y bienestar. Algunas razas se ven muy diferentes a sus ancestros. Hoy descubrirás cómo el pastor alemán, el pug, el bull terrier y otras razas han cambiado tras un siglo de crianza selectiva.
El bull terrier ha experimentado una de las transformaciones más drásticas en el último siglo. En sus orígenes, tenía una cabeza proporcionada y un cuerpo atlético y bien equilibrado.
Los bull terriers modernos se distinguen por su característica cabeza en forma de “huevo” y un cuerpo más compacto y musculoso. Este cambio en la estructura del cráneo ha provocado problemas dentales y una mayor predisposición a la sordera, especialmente en ejemplares de pelaje blanco. A pesar de estos cambios, la raza sigue manteniendo su naturaleza juguetona.
El doberman original era un perro más robusto y fuerte, criado principalmente para la protección. Su complexión era más sólida, con huesos más gruesos y rasgos menos marcados.
Los doberman actuales son más esbeltos, con un pecho más pronunciado y patas más largas. Sin embargo, la crianza selectiva ha aumentado su riesgo de padecer miocardiopatía dilatada, una enfermedad cardíaca potencialmente mortal. Los expertos advierten que hasta el 60% de los doberman pueden verse afectados por esta afección debido a mutaciones genéticas.
El borzoi fue criado por la aristocracia para la caza de lobos. Los primeros ejemplares eran más funcionales, con un hocico ligeramente más corto y un pelaje más denso.
Los borzoi modernos son aún más delgados, con un rostro alargado y una estructura ósea más fina. Aunque son elegantes, esta selección ha incrementado su propensión a sufrir torsión gástrica (hinchazón) y enfermedades cardíacas. Su pecho profundo los hace especialmente vulnerables a la torsión gástrica, una afección estomacal potencialmente letal.
El dachshund, o perro salchicha, fue criado en Alemania para la caza de tejones. En sus inicios, tenía una complexión equilibrada que facilitaba su trabajo.
La crianza selectiva ha acentuado sus cuerpos alargados y patas acortadas, rasgos distintivos que, sin embargo, los predisponen a problemas en la columna vertebral. Esta condición puede causar graves dificultades de movilidad, por lo que los dueños deben estar atentos a signos de dolor de espalda y evitar actividades que ejerzan presión sobre su columna.
El Shetland sheepdog, o "sheltie", se originó en las Islas Shetland como un perro pastor de tamaño reducido. A principios del siglo XX, los shelties pesaban entre 3 y 5 kg y tenían un pelaje de longitud media.
Los shelties actuales son notablemente más grandes, alcanzando hasta 9 kg de peso. Además, han desarrollado un pelaje mucho más abundante, lo que los hace menos aptos para el trabajo en el campo.
Aunque la raza sigue siendo inteligente y ágil, su denso pelaje requiere un mantenimiento riguroso para evitar enredos y problemas cutáneos. Además, son propensos a la displasia de cadera y anomalías oculares.
Originalmente, los bulldogs eran más esbeltos, con patas más largas y menos arrugas. Fueron criados para el hostigamiento de toros (bull-baiting), lo que requería resistencia y agilidad.
Los bulldogs modernos tienen arrugas más pronunciadas, un rostro más plano y una complexión más robusta. Lamentablemente, estos rasgos los hacen propensos a deformaciones en las vías respiratorias superiores, lo que dificulta su respiración. También sufren displasia de cadera y golpes de calor con facilidad. Debido a su hocico corto, muchos requieren cirugía para poder respirar correctamente.
Los primeros pastores alemanes tenían la espalda más recta, una estructura equilibrada y destacaban por sus habilidades de trabajo. Eran criados para tareas de pastoreo y funciones policiales.
Los pastores alemanes actuales suelen tener una espalda extremadamente inclinada, lo que los hace más propensos a displasia de cadera y problemas en la columna. Este cambio se ha impulsado por los estándares de exhibición canina, afectando su funcionalidad y salud.
Hace un siglo, los pugs tenían hocicos más largos, lo que facilitaba su respiración. Aunque siempre fueron pequeños, su constitución era más saludable.
Los pugs modernos tienen el rostro extremadamente achatado, lo que provoca el síndrome obstructivo de las vías respiratorias braquicéfalas. Muchos sufren problemas de sobrecalentamiento y necesitan cirugía para poder respirar mejor. A pesar de estos problemas, siguen siendo una raza muy querida por su carácter encantador y su popularidad en internet.
Hace un siglo, los San Bernardo eran más pequeños y atléticos, criados para misiones de rescate en los Alpes.
Los San Bernardo actuales han sido criados para ser más grandes y con rostros más caídos, lo que ha reducido su esperanza de vida y ha incrementado sus problemas articulares y su excesiva salivación. Hoy en día, rara vez superan los 8-10 años debido a su enorme tamaño y al desgaste en sus articulaciones.
El basset hound original tenía patas más largas y un rostro más estilizado, lo que le permitía ser un cazador más ágil.
Los basset hound modernos tienen patas excesivamente cortas, ojos más caídos y más pliegues en la piel, lo que los hace propensos a problemas articulares, infecciones de oído y dificultades visuales. El exceso de piel puede provocar infecciones crónicas, mientras que sus patas cortas los predisponen a displasia de codo y cadera.
Los medios y las preferencias sociales han impulsado la demanda de ciertos rasgos físicos, haciendo que los criadores prioricen la estética sobre la salud. Como hemos visto, el deseo de un perfil distintivo en los bull terriers llevó al desarrollo de su característica cabeza en forma de “huevo”, mientras que la búsqueda de una apariencia estilizada en los doberman resultó en una complexión más delgada. La crianza selectiva centrada en características específicas ha aumentado la prevalencia de trastornos genéticos en muchas razas.
Qué pueden hacer los dueños de perros?
✔️ Apoyar a criadores éticos que prioricen la salud sobre los rasgos físicos extremos.
✔️ Considerar la adopción de perros mestizos, que suelen tener menos problemas genéticos.
✔️ Informarse sobre las enfermedades específicas de cada raza y proporcionar los cuidados adecuados.
El futuro de la crianza canina debe centrarse en la salud, la longevidad y el bienestar, en lugar de en rasgos exagerados. ¡Nuestros amigos de cuatro patas merecen lo mejor! 🐶💙
Como hemos visto, la crianza selectiva ha cambiado la apariencia y la salud de muchas razas, a veces con consecuencias preocupantes. Sin embargo, hay algo que nunca ha cambiado: el vínculo profundo e inquebrantable entre los perros y sus humanos.
Hablando de ello, ¿te has preguntado alguna vez cómo unos perros pueden cambiar por completo la vida de alguien?