Cómo se forman los lunares y por qué es importante diferenciarlos de las verrugas y los papilomas
El órgano más extenso en nuestro cuerpo es la piel, y a lo largo de ella puede haber señas tan distintivas y únicas de cada persona como la huella dactilar. Los lunares son parte de esto y, por ser tan comunes, lo más probable es que tú también tengas algunos. Sin embargo, hay características de estas marcas ante las que debemos estar alertas y distinguirlas de otras condiciones cutáneas, con el fin de saber cómo actuar frente a cada una de ellas.
En Genial.guru queremos ayudarte a hacer esa distinción. Por eso, aquí te damos unas pautas para interpretar mejor los mensajes que te envía tu piel a través de lunares, papilomas y verrugas.
Este artículo tiene carácter meramente informativo y no puede sustituir el asesoramiento de un especialista.
1. Qué son los lunares y por qué aparecen
Los lunares son crecimientos en la piel que pueden variar de color, yendo desde el natural de una persona, hasta un tono diferente. Pueden aparecer en cualquier parte de la piel, ya sea aislados o en grupo.
Cuando las células productoras de pigmento de la piel, llamadas melanocitos, crecen en grupos, en lugar de estar esparcidas a lo largo de la superficie, se forman los lunares. La mayoría de ellos se manifiestan en aquellas partes de nuestro cuerpo que están más expuestas a la luz solar. Por eso, es posible que entre mayor sea el tiempo estés bajo el sol, más lunares tengas.
La mayoría de los lunares aparecen en nuestra niñez y durante los primeros 20 años de vida. Una vez se ha alcanzado la adultez, es normal que una persona pueda tener entre 10 y 40 lunares en su cuerpo. En algunos casos pueden tener vellos y, con el paso de los años, pueden ir cambiando lentamente, volverse un poco más abultados y de color más claro. Sin embargo, en otros casos, nunca notaremos un cambio.
Después de haber estado expuestos al sol, los lunares pueden volverse más oscuros, así como también durante la pubertad o un embarazo, debido a los cambios hormonales.
2. Cuándo prestarles atención
Aunque la mayoría no representa ningún riesgo, en algunos casos debería prestárseles más atención a estos puntos de la piel. Lo ideal es examinar las zonas de nuestro cuerpo que tengan lunares, con ayuda de un espejo o de otra persona, observando especialmente aquellas regularmente expuestas al sol, como el rostro, las manos, piernas, brazos, pecho y espalda.
Ante los siguientes signos, es mejor ver al especialista en dermatología:
- Un lunar se ve diferente al resto de los que tenemos en el cuerpo.
- Aparece después de los 30 años.
- Causa picor o presenta sangrado.
- Su color no es parejo.
- Presenta cambios irregulares en su forma o uno de los lados luce distinto al otro.
- Su diámetro es mayor al de la goma de borrar de un lápiz.
3. Cómo distinguir un papiloma
Los papilomas son protuberancias de un color claro o ligeramente marrón, que cuelgan de la superficie cutánea. Están formados por fibras de colágeno sueltas y conductos incrustados en áreas más gruesas de la piel. Por lo regular pueden surgir en el cuello, los párpados y otros lugares en los que existe fricción, como los pechos, la ingle o las axilas.
Lo que diferencia a estas formaciones de los lunares, es principalmente su naturaleza. Los lunares, en algunas ocasiones, pueden convertirse en células malignas, mientras que los papilomas, casi siempre son benignos.
4. Qué hay de las verrugas
Existe otro tipo de condición cutánea que, a diferencia de los lunares, aparece por causa de un virus bastante común llamado virus del papiloma humano (VPH) y se transmiten por el contacto directo con la piel o a través de objetos compartidos, como toallas o paños. Las verrugas comunes suelen ser inofensivas y desaparecer por sí solas, con el tiempo.
Generalmente aparecen en los dedos o las manos y se caracterizan por ser ásperas y frecuentemente presentar un patrón de pequeños puntos negros, que son pequeños vasos sanguíneos de sangre coagulada. Otras pueden aparecer en las plantas de los pies y, por lo tanto, causar molestias al caminar.
5. Cómo prevenirlas
Las verrugas pueden prevenirse o evitar que se expandan a otras partes del cuerpo, cuando ya han aparecido, siguiendo las siguientes recomendaciones:
- Lava tus manos regularmente, especialmente si has estado en contacto con alguien que tenga verrugas.
- Cubre las verrugas con un vendaje y evita tocártelas.
- Mantén tus manos y pies secos.
- Usa chanclas cuando estés en una ducha o vestuario comunal.
¿Cómo sueles proteger tu piel de factores ambientales, como la contaminación?