Cómo sería nuestra vida si Pangea nunca se hubiera dividido

Curiosidades
hace 9 meses

¡Hora de un viaje! Haces las maletas y partes. Puedes ir desde Estados Unidos hasta Marruecos sin preocuparte por reservar un vuelo y subirte a un avión. Todos los continentes están intactos y nunca se han dividido. Esto quiere decir que las placas tectónicas no existen; solo hay placas de rocas enormes fijadas al manto terrestre. Por lo tanto, los terremotos, los tsunamis y los volcanes tampoco existen. Conduces desde la costa oeste en dirección al este, pasando por los lugares típicos, como Texas, Misuri, Nueva York, etc. Llegas a la frontera y lees un letrero: “Bienvenido a Marruecos” en inglés y árabe. Una vez que bajas del auto, mucha gente te da la bienvenida. Todos aquí hablan inglés, ya que ambos países son vecinos.

Después de Marruecos, decides conducir hacia el norte y viajar a algunas partes de EuropaAsia antes de regresar al sur, hacia Australia y la India. Como todo están tan cerca, existen similitudes culturales dependiendo de los países vecinos. Japón ya no es una isla. De hecho, no hay islas lo suficientemente grandes como para que alguna de ellas sea un país. Si conduces hacia el norte desde Marruecos, llegarás a la frontera de España. Después de unas increíbles tapas y un poco de flamenco (¡olé!), atraviesas París, la ciudad del amor, y llegas a Islandia. No es tan fría como imaginabas; de hecho, es bastante cálida. Se encuentra en la misma latitud que Alemania, pero no hay montañas que dividan los países. Islandia no tiene volcanes famosos como en nuestra Tierra actual, pero la gente es muy agradable. Debido a la ausencia de placas tectónicas, las montañas no pudieron formarse a lo largo de Pangea, por lo que la vida en las elevaciones no existe.

Mientras conduces por Europa, ves unos tornados en el horizonte. Te alejas lo más rápido posible antes de que te alcancen. Los tornados necesitan tierra plana para existir y, como prácticamente todo Pangea se encuentra al nivel del mar, son algo frecuente. En los trópicos, los tifones y los huracanes son igual de amenazantes. Logras escapar y llegas a Italia para comer una deliciosa pasta. Contemplas las maravillosas vistas antes de seguir conduciendo hacia el norte a través de Escandinavia y hacer un desvío rápido por Groenlandia, que está llena de verde. A diferencia de nuestra Tierra actual, Groenlandia no se encuentra tan al norte y junto al círculo polar Ártico. Pasas algunas noches allí y sigues conduciendo por Europa. Observas algunos paisajes hermosos y vistas increíbles en tu camino hacia China y, finalmente, Japón. Este territorio no es tan frío como en nuestra Tierra, pero sigue siendo igual de extenso.

Aquí, los países del sudeste asiático son algunos de los más fríos de Pangea. Ahora China es técnicamente el polo norte. Puedes visitarla y presenciar la magnífica aurora boreal mientras disfrutas de una comida increíble. Vietnam no tiene selvas tropicales, y las temperaturas no son tan altas. En los países vecinos, como Tailandia, Filipinas e incluso una parte de la India, nieva casi siempre. La vida animal también es diferente. Los osos polares se pasean como si nada por lugares cercanos a Manila y Bangkok. Los leones marinos también son bastante frecuentes, no así los peces tropicales de los arrecifes. Hasta puedes encontrar ciervos canadienses en Malasia y leopardos de las nieves en Indonesia. Después de unos deliciosos platillos, regresas a tu auto, pero se descompone repentinamente.

Llevas casi una semana viajando sin parar para ocuparte de él. Tu viaje aún no ha terminado, así que reservas un vuelo desde India del Norte hacia India del Sur. Son los dos únicos países que están divididos y cuyas fronteras no se tocan. Compras un boleto en Aerolíneas Pangea y ves algunas de las mejores vistas que puedas imaginar. Cuanto más te acercas al centro del gigantesco continente, más altas son las temperaturas. Como el océano está tan lejos, no llueve mucho en esos lugares y el aire no es nada húmedo. Algunos lugares de África y Sudamérica son considerados los más calurosos de la Tierra. En Brasil abundan los desiertos, pero eso no les impide jugar al fútbol. Tras muchas escalas, llegas por fin a India del sur. Más al sur se encuentran Australia, la Antártida y Nueva Zelanda, el país más austral. Decides alquilar un auto, conducir por la región y conocer Nepal, que no está tan lejos. El monte Everest también está aquí, pero no es más alto que una colina. De hecho, se lo conoce como colina Everest.

Esta zona es tan fría como el norte. Sídney y Melbourne tienen algunas de las mejores estaciones de esquí. Pero, en lugar de pistas en montañas, se trata de rampas artificiales. Te diriges al sur de Australia para ver otros lugares de interés. A diferencia de la Australia actual, no hay mucha diversidad ni vida salvaje única. La evolución no ha desempeñado un papel importante en la creación de nuevas especies o diferentes versiones de ciertos animales. Los principales depredadores de hace millones de años son los mismos que los actuales. Y como los territorios están conectados, la migración de los animales es mucho más fácil que en nuestra Tierra. No te sorprendería ver algunos elefantes en África caminando hacia España y Portugal para pasar el invierno. Muchos animales que se extinguieron por causas naturales llevan una buena vida aquí, como los mamuts lanudos y los tigres dientes de sable. Dado que la mayoría de los países están cerca del ecuador, la vida animal mejor adaptada a esas condiciones (como los reptiles) ha prosperado y crecido sin parar.

Después de Australia, decides conocer la Antártida y divertirte un poco. Este gigantesco pedazo de tierra no es un continente desolado al fondo del planeta: se trata de un país con una gran población y muchas cosas interesantes para hacer. El turismo es muy importante, ya que cualquiera puede viajar aquí sin problemas. Llegas a la Antártida y conoces a muchos lugareños que te dan la bienvenida. Pruebas la comida local y escuchas música tradicional. Compras algunos recuerdos y conduces hacia el oeste de Sudáfrica, que también es un poco frío. Como todos los países están unidos, la economía mundial siempre es buena, ya que la importación y la exportación tienen lugar principalmente por carretera. Cada país tiene una red ferroviaria comercial que los conecta con todo el mundo. Existen algunos barcos, pero no son tan populares ni importantes. Y como todos los terrenos son planos, construir una red ferroviaria es mucho más fácil que en un lugar con montañas y cuerpos de agua de por medio.

Después de tu viaje a Sudáfrica, conduces hasta la Argentina y disfrutas de los paisajes. Sigues tu camino hacia Chile y regresas a la costa. Avanzas por este país angosto hasta llegar a Perú y finalmente a México. ¡Modo playa activado! Tras haber pasado un tiempo cerca de las zonas más frías del mundo, por fin puedes relajarte en la costa y disfrutar de unas bebidas tropicales. Te vas de fiesta con los lugareños y paseas en moto acuática. Tu hogar no está tan lejos, así que te subes a un avión y regresas a casa con una tonelada de regalos y recuerdos. Todo el viaje duró apenas un mes. La historia también ha sido muy diferente aquí, comenzando con la Era de los Descubrimientos. En lugar de haber creado barcos para navegar hacia los distintos continentes, los exploradores construyeron carros para recorrer la tierra y conocer las distintas culturas. Al no haber océanos que separaran a los pueblos, el intercambio de bienes comenzó incluso antes de la Era de los Descubrimientos.

Las personas tenían menos problemas a la hora de migrar cuando y adonde quisieran. Si no les gustaba el calor, podían trasladarse al norte o al sur para disfrutar de la brisa fresca. Y si no les gustaban las temperaturas frías, viajar a un clima tropical también era muy fácil. Más tarde, la invención del automóvil llegó mucho antes que a nuestra Tierra. Invertir en barcos y botes no era tan necesario como aquí. Los recursos naturales estaban dispersos en las diferentes regiones de Pangea, lo que hacía que algunos países fueran más ricos que otros. Pero, con una cultura comercial tan rica, la riqueza se dividió fácilmente entre los distintos países. Los vastos océanos tienen pequeñas islas que ya han sido exploradas, pero navegar desde la costa de México te llevaría a dar la vuelta al mundo y llegar a Turquía. Volar sobre los océanos es muy inusual, sobre todo teniendo redes ferroviarias superavanzadas, pero viajar en automóvil es mucho más divertido.

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