Cómo un granjero le ganó a la empresa millonaria que destruyó su aldea

Historias
hace 10 meses

“Persevera y triunfarás”, dice el conocido refrán. Así lo hizo este granjero, a quien le arrebataron su casa y trabajo, pero se negó a quedarse de brazos cruzados. Aunque le faltaba dinero y educación, tenía una razón y le sobraba dedicación.

Wang Enlin es un granjero de 66 años que vive en la aldea de Yushutun, en China. En la víspera del Año Nuevo Lunar de 2001, Wang se encontraba en casa de sus vecinos, haciendo de comer. De repente, se dieron cuenta de que el lugar se estaba inundando debido a las aguas residuales de la fábrica que tenían cerca.

Los responsables tenían nombre, el grupo Qihua. Una empresa con un patrimonio aproximado de 297 millones de dólares. En ese momento, realizaron las quejas correspondientes, pero nadie les dio respuesta ni solución. Fue cuando Wang se decidió a hacer justicia.

Las tierras contaminadas de esa manera no pueden volver a utilizarse, se convierten en improductivas. Los aldeanos debieron abandonar su empleo. Se trata de hectáreas que se salinizaron a causa de las aguas subterráneas contaminadas.

“Sabía que tenía razón, pero no sabía qué ley había infringido la otra parte o si había pruebas o no”, explicó.

A principios de la década de 1980, el agua de pozo de la aldea ya no era potable. En 2001, los terrenos comenzaron a ser improductivos. Agricultores y granjeros que eran ricos en la década de 1990, se fueron a la quiebra y hasta debieron mudarse.

En el 2001, Wang escribió una carta al gobierno para quejarse de la contaminación que Qihua Group había traído a su aldea. Los funcionarios le pidieron pruebas y le dieron la espalda. En vez de rendirse, comenzó a recolectar lo necesario, como copias de los contratos y el plan general para el uso de la tierra en los últimos años.

El agricultor, que había abandonado la escuela primaria en el tercer grado, leyó una docena de libros legales con la ayuda de un diccionario. En ese momento, no tenía dinero para comprar los ejemplares, así que pasaba día tras día leyendo en la biblioteca local y copiando la información pertinente a mano.

Hablamos de la contaminación de 28.57 hectáreas de terreno, incluidas las tierras de cultivo y los pastizales. Además, se han ocupado tierras agrícolas al almacenar desechos industriales allí durante un largo período de tiempo.

Estudió por su cuenta para proteger sus derechos durante 16 años y recibió algo de asistencia gratuita legal en 2007. También se encargó de ayudar a sus vecinos a reunir pruebas, pues sus granjas también habían sido contaminadas.

Recién ocho años después de que se hiciera la petición original, el tribunal comenzó a procesar el caso de Wang. Gracias a las evidencias que todos reunieron en esos 16 años (desde 2001 hasta 2017), Wang y sus vecinos finalmente obtuvieron el “sí” de un juez y ganaron en primera instancia.

Incluso al comenzar el proceso, el protagonista de nuestra historia estaba convencido, “vamos a ganar como sea, incluso si perdemos, seguiremos luchando”, dijo. “Hacemos esto por las próximas generaciones”, explicó una de las vecinas que se unieron a la lucha.

El fallo de febrero de 2017 dictaminó que las familias de la aldea de Yushutun recibirán una compensación económica por parte de la compañía química de más de 122 mil dólares. Así, el aldeano se convirtió en un héroe ecológico y un verdadero ejemplo de perseverancia.

Imagen de portada People´s daily online

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