15+ Usuarios de Genial hablaron sobre la “lógica” más desconcertante que se han cruzado alguna vez

Las oficinas no solo están llenas de tareas y proyectos; también son un hervidero de emociones y, muchas veces, tensiones entre compañeros. En un ambiente en el que todos buscan destacar y avanzar en sus carreras, la competencia profesional puede ser una chispa que enciende pequeñas rencillas y, si no se manejan bien, pueden escalar rápidamente. Justo eso es lo que le pasa al chico de esta historia, quien, acabó ganándose varios enemigos, por su forma de trabajar.
“Mi nombre es Carl y trabajo en una empresa que ofrece soporte informático a otras empresas. Hay empleados que se encargan de ir a visitar varias empresas pequeñas y hay otros que tienen la fortuna de quedarse dando soporte a una sola empresa cliente, dentro de sus oficinas.
En teoría, todo el mundo puede hacer cualquiera de los dos trabajos, pero en realidad cada quien tiene sus clientes habituales. Yo, era el chico de TI que tenía que conducir por toda la ciudad, para ocuparse de las tareas de las empresas pequeñas”.
“En mi equipo tenemos una reunión relámpago todas las mañanas para dividir las tareas nuevas; esto es, para las personas que visitamos a los clientes más pequeños de la ciudad. En esa reunión, nuestro jefe nos dijo que una compañera de trabajo, a la que llamaré Jenny, tuvo que quedarse en casa con su hijo porque estaba enfermo y necesitaba a alguien que pudiera cubrirla.
Ella era una de las afortunadas que trabajaba dentro de las oficinas de una de nuestras empresas cliente, con su propio cubículo de trabajo privado, ya que este cliente exigía una persona de soporte interna. Yo acepté hacerlo, porque queda cerca de mi casa”.
“¡Tener un cubículo privado y poder ir caminando al trabajo, me encantaba! Estando allí, descubrí que la gente de esa empresa no estaba muy contenta con Jenny, ya que ella solía tener su puerta cerrada con llave, por lo que tenían que llamar al número de asistencia de TI, en vez de poder hablar directamente con ella. Además, se negaba a hacer cualquier cosa que no fuera estrictamente lo que su contrato decía.
En cambio, yo tengo la puerta abierta y ayudo con casi todo lo relacionado con soporte, aunque no sea estrictamente de TI, ya que la carga de trabajo no es tan grande y tengo mucho tiempo libre. Además, me di cuenta de que toda la documentación administrativa también era un caos. En las dos semanas que estuve allí, arreglé la mayor parte de ese papeleo”.
“Esa empresa le pidió a mi jefe que nos reemplazara, de manera que yo tomaría a este cliente y ella se ocuparía de visitar a los clientes pequeños en la ciudad. ¡Yo acepté! Incluso me aumentaron el sueldo porque el director de la empresa cliente decidió pagar más por ese contrato, con la condición de que ese dinero extra fuera para mi salario.
Ahora, todas mis compañeras de trabajo están enfadadas y me dicen que soy una mala persona, porque ’le robé el trabajo a una madre soltera’ y porque estoy aumentando demasiado las expectativas de los clientes. ¿Estuvo mal lo que hice?”