Un estudio nos revela por qué no podemos dejar de pensar en alguien que simplemente nos ha olvidado

Psicología
hace 2 años

Estamos saliendo con alguien y de verdad nos gusta. Ya llevamos varios meses y todo parece ir viento en popa. Hasta que una mañana le enviamos un mensaje de Whatsapp para saber cómo va su día y no nos responde. El reloj parece ir más lento y, de repente, es un niño caprichoso que acapara toda la atención. Volvemos a mirar el teléfono y las dos palomitas están en azul: nos ha dejado en visto. Las dudas monopolizan nuestra mente, y ya no podemos dejar de preguntarnos qué ha ocurrido.

En Genial.guru, conocemos muy bien esta sensación y por eso quisimos profundizar un poco más en el tema. Para nuestra sorpresa, o alivio, nos encontramos con estudios que explican las razones. Al parecer, no todo es voluntario en el amor.

Oxitocina, la hormona que enciende el cerebro

Ya no podemos concentrarnos en nada y solo nos queda mirar la pantalla a la espera de una señal. ¿Qué es lo que ocurre? Al parecer, hay un culpable de esta aparente falta de control, y tiene un nombre un poco extraño: oxitocina.

La oxitocina es una hormona que se segrega cuando nos enamoramos, vamos a dar a luz o amamantamos a nuestro bebé recién nacido. Está relacionada con la vida, el amor y el alimento. Es producida en el cerebro, concretamente en el hipotálamo, y desde allí viaja por el torrente sanguíneo y actúa en lugares muy alejados de su lugar de nacimiento.

Puede que ya hayamos leído que se produce naturalmente cuando hablamos con amigos o personas que nos quieren, cuando nos acarician o cuando miramos a un bebé. Pero lo que quizás hayamos ignorado hasta hoy es que también aparece en momentos de crisis de pareja o en relaciones no correspondidas. Sí, al parecer no todo es rosa para esta hormona.

Esta hipótesis se comprobó con un estudio realizado en 2017 en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología sobre personas que en ese momento estaban en una relación romántica. Al parecer, además de estar involucrada en el proceso de enamoramiento, la oxitocina también participa en el mantenimiento de los lazos afectivos.

Esto explica que nuestro cerebro perciba la distancia de nuestra pareja o de alguien que simplemente nos atrae como una amenaza, por esta razón produce más oxitocina, compensando la falta de atención del otro ni más ni menos que con más atención. ¿El motivo? Puramente instintivo y ancestral: conservar la especie.

Desinhibida y audaz: la oxitocina también es la responsable

Puede que nos haya ocurrido alguna vez: nos enamoramos y bajo esa órbita solemos comportarnos de modo muy distinto a como lo haríamos si no tuviéramos esa sensación. Esto puede impulsarnos quizás a hacer una llamada a la madrugada y confesar sentimientos que, de otro modo, guardaríamos bajo siete llaves. Sí, también aquí hay una explicación científica.

Un estudio realizado en 2015 revela que esta hormona tiene sobre nuestras actitudes efectos similares a los de otros estimulantes artificiales. Ambos influyen en la forma en que tratamos a los demás y hacen que nos sintamos mucho más confiados para actuar y, quizás, asumir riesgos innecesarios.

Puede que, entonces, cuando los niveles de esta hormona se estabilicen, tomemos al fin conciencia y nos preguntemos qué hemos hecho.

El tiempo lo cura todo

En algo están de acuerdo estudios y neurólogos: la actividad de esta hormona es mayor en personas jóvenes y decrece con los años. De modo que es de esperar que la resistencia a la falta de reciprocidad se calme a medida que maduramos.

Pero este descenso también está estrechamente relacionado con la experiencia de vida y con el modo en que vamos gestionando la frustración que genera una relación no correspondida. Es de esperar que podamos hacerlo mejor y más rápido a medida que crecemos. Aunque esto no siempre ocurre así, y aquí las causas no son biológicas, sino que se relacionan con nuestra más temprana infancia.

Es en esta etapa esencial de la vida que formamos nuestra autoestima, por lo que es lógico deducir que quienes no tuvieron cubiertas sus necesidades de afecto en la infancia sean personas propensas a permanecer e incluso buscar relaciones tóxicas de adultos.

La oxitocina es responsable, sí. Pero el final de la película también tendrá que ver con el modo en que podamos reconocer y manejar este subidón hormonal y al fin comprender que el amor, sobre todo y en primer lugar, tiene que ser hacia nosotros mismos.

¿Cómo sueles reaccionar cuando te dejan en visto? O quizás te ha ocurrido al revés y fuiste tú quien leyó un mensaje y no respondió... ¡Cuéntanos tu historia!

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas