Daryl Hannah, recordada por la icónica película “Splash”, se sinceró sobre su vida con autismo
Daryl Hannah ha luchado contra muchas adversidades a lo largo de su vida, pero no se ha dejado derrotar por ninguna. Ella ha sabido seguir adelante con una sonrisa en el rostro. Ha participado en películas icónicas: personificando a una sirena en Splash, a una asesina entrenada en Kill Bill, a una acróbata maniática en Blade Runner y a una más de las chicas en Magnolias de acero. Su carrera iba a lo grande, pero, a pesar de amar su trabajo, decidió dar un paso atrás y tener una vida con más paz.
En Genial.guru, traemos la historia de la actriz Daryl Hannah, quien años después de haberse retirado de los reflectores se sinceró sobre su vida con el diagnóstico de autismo.
Daryl Hannah nació en 1960. En esa época, ya se sabía qué era el autismo, pero no era tan estudiado como ahora. Daryl era una niña sumamente tímida; en sus palabras, ella se describe: “Yo era rara e increíblemente introvertida y retraída cuando era joven”.
También dice que regresaba de la escuela y lloraba hasta dormirse. “Desde una edad temprana, me mecía hacia delante y hacia atrás porque me calmaba. Los niños me molestaban y solo me hacía retraerme más. Los niños pueden ser muy crueles cuando ven a alguien que no encaja, y desafortunadamente, ese alguien era yo. No pertenecía a ningún lado”.
La mamá de Daryl la llevó con un doctor porque veía que la timidez de su hija era demasiada. Allí, él la diagnosticó con autismo y dijo que debía ser internada y medicada. La madre de Daryl no quería eso para su hija, así que decidió hacer algo distinto: darle tiempo y un ambiente más tranquilo para ayudarla.
Durante ese tiempo, la mamá de Daryl la sacó de la escuela. La actriz dijo: “No diría que era introvertida, estaba más ’afuera’, en algún sitio. Estaba ida en algún mundo de sueños todo el tiempo y no era nada comunicativa”.
Daryl piensa que su madre hizo una buena elección al darle ese tiempo para desconectarse y permitirle “vivir” en su mundo imaginario por alrededor de un año y lentamente volverla a integrar al “mundo normal”.
Cuando tenía 11 años, Daryl entendió que las películas no pasaban en la vida real, sino que se grababan con cámaras. Una vez que se dio cuenta de que podía ser su trabajo, lo persiguió hasta que se convirtiera en realidad. Ella dijo: “Quería ir y vivir en el mundo de Oz. Quería ir a todos esos lugares. No es que quisiera ser una actriz como tal. Quería ser transportada físicamente a otras realidades”.
Daryl se inscribió a todas las clases de actuación de las que se enteraba. Ella comentó: “Actuar es la habilidad de usar tu imaginación para hacer que las emociones de tu personaje se sientan reales. Eso es lo que los niños hacen cuando juegan, así que era natural para mí”.
Algunas de las clases eran malas y la hacían sentir más insegura que confiada. Le preguntaban sobre su técnica y ella solo respondía que no lo sabía, que estaba pretendiendo. Eso la hacía sentir inadecuada. Pero logró encontrar a un maestro que la hizo ejercitar el músculo de la imaginación. Ella dijo: “Fue el cielo. Nadie me decía que analizara lo que hacía, solo querían que lo sintiera”.
A los 18 años hizo su debut en una película de horror llamada The Fury. En 1982, hizo Blade Runner, una película aclamada y que se considera un clásico. Pero fue hasta en 1984, cuando interpretó a una sirena junto al actor Tom Hanks en la película taquillera Splash, que el reconocimiento llegó con más fuerza. Los 80, en definitiva, fueron una década con muchos proyectos.
Daryl Hannah disfrutaba estar frente a la cámara; sin embargo, las entrevistas y alfombras rojas eran demasiado estimulantes y la alteraban, por eso trataba de evitarlas. Los eventos públicos eran un terror para ella. Sobre esto, Daryl expresó: “Es un milagro que yo tenga una carrera. No hice mucho trabajo de prensa, casi no hice nada de esto en los primeros 20 años de mi carrera”.
Una vez, Oprah quiso hacer una presentación con todas las chicas de la película Magnolias de acero y Daryl no pudo porque tuvo mucho miedo de estar frente a una audiencia y creyó que, si lo hacía, se iba a desmayar. Ella dijo: “Soy mejor en una entrevista de uno a uno, pero en los estrenos, cuando hay mucha gente y gritos, hay demasiada estimulación, y cuando hay audiencia, simplemente me aterra”.
En la década de los 90 tuvo agenda llena con más de 23 producciones, aunque no hubo grandes éxitos. Luego llegó el nuevo milenio y, con él, varias cintas que muchos creyeron serían su regreso triunfal. Una de ellas fue Kill Bill, de Quentin Tarantino, que tuvo mucho éxito no solo en taquilla sino con los críticos de cine. Pero Daryl tenía otra cosa en mente.
Después de toda la euforia de Kill Bill, Daryl Hannah decidió retirarse un poco de ese ambiente e ir a uno más calmado. Se fue a su rancho ecológico a vivir entre la naturaleza y los animales. Ella manifestó: “Yo solo quería una vida más tranquila y simple, con menos estrés. Pensé que debía verlo como una oportunidad para encontrarme y descubrir lo que realmente me importa”.
En su rancho, todo es con energía renovable, también tiene un huerto donde cosecha su propia comida, ya que es vegana. Daryl encontró algo que le importa y se ha convertido en una activista por el medio ambiente. Muchas veces ha salido a defender cuestiones del cambio climático.
En 2015, volvió a estar frente a las cámaras con la serie Sense8 de Netflix. Se sentía más cómoda con lo que la rodeada. Sobre esto, ella mencionó: “Mientras más pasan los años, puedo lidiar con todo mejor. Quisiera haber sabido cuando comencé lo que sé ahora. No hubiera desperdiciado todo ese tiempo y energía siendo tan tímida. Ser una activista me ha enseñado a dirigir mi energía al mundo en vez de enfocarme en mis miedos”.
¿Qué es lo que te ha ayudado a superar tus miedos?