Descubrió que su esposo tenía Parkinson gracias a su gran olfato
Hay personas que nacen con habilidades extrañas o alguna cualidad que los hace sobresalir de la mayoría. Tal es el caso de Joy una mujer que descubrió que tenía una extraña sensibilidad, pero que la supo ocupar para beneficio de los demás. Ahora, gracias a ella se ha avanzado en el tratamiento de una de las enfermedades que afecta a miles de personas todos los años.
La historia de Joy Milne, comeinza en la preparatoria, ahí conoció a su futuro esposo de nombre Les. Ella recuerda en una entrevista que él "Realmente tenía un encantador olor a almizcle masculino.
Joy se sentía atraída por cada aspecto de Les. Él era reflexivo, generalmente tranquilo y tenía un sentido del humor peculiar. Después de terminar la universidad, decidieron casarse. Les, siguió su carrera como médico, mientras que Joy se convirtió en enfermera. Juntos, formaron una familia y criaron a tres hijos
Pero un día, 10 años después de casados, cuando Les tenía 31, llegó a casa y extrañamente, dice Joy, olía diferente. “Su encantador olor a almizcle masculino tenía este tipo abrumador de desagradable olor a levadura”, dice ella.
Al principio, Joy pensó que era algo del hospital donde trabajaba y le dijo que se duchara, pero eso no ayudaba, y durante las semanas y meses que siguieron, el olor pareció volverse más fuerte. Así que Joy lo comenzó a regañar: “No te estás lavando lo suficiente’”.
Desafortunadamente, a medida que pasaban los años, Joy comenzó a sentir que no era solo el olor de su esposo lo que estaba cambiando. “Era su personalidad, su carácter. Comenzó a cambiar. Estaba más malhumorado. No era tan tolerante”, dijo ella.
Peleaban cada vez más. Muchas de las cualidades que Joy valoraba en su esposo (su consideración, su paciencia, su tranquilidad) comenzaron a desvanecerse hasta que finalmente, cuando tenía poco más de 40 años, comenzó a ver a Les como una persona totalmente diferente.
Una noche, Joy se despertó y su esposo la atacó. “Estaba como gritando y sacudiéndome y ya sabes, pero no se dio cuenta”, dice ella.
Claramente, Les estaba teniendo una pesadilla, pero después del ataque, Joy puso en práctica sus conocimientos de medicina. Le preocupaba que Les tuviera un tumor cerebral; necesitaban buscar atención médica. Recuerda estar sentada junto a Les en un consultorio mientras el médico le daba el diagnóstico que marcó sus vidas para siempre: su esposo de 45 años tenía la enfermedad de Parkinson.
Durante los siguientes 20 años, Joy y Les intentaron salir adelante, pero fue difícil, tuvieron que luchar contra la pérdida de movimiento, la pérdida de trabajo, el lento estrechamiento de su mundo. Luego, en 2013, decidieron asistir a un grupo de apoyo para personas que sufrían de Parkinson.
“Llegamos tarde... Mucha gente estaba allí. Entré en la habitación y pensé, ¡Aquí huele!’ dijo.
Joy, se dio cuenta de que las otras personas en la habitación tenían el mismo olor a humedad y grasa que Les tenía, el olor que ella había notado por primera vez cuando su esposo tenía solo 31 años. “Luego me di cuenta de que para algunas personas olía más fuerte y para otras no”.
Ella dice que una vez que dejó en claro su habilidad, se la contó a su esposo “Es médico, ambos entendimos el significado. Inmediatamente”.
Se trataba de un nuevo descubrimiento científico, pero también, Joy había olido la enfermedad en Les más de una década antes de que sus síntomas fueran lo suficientemente graves como para buscar ayuda médica. Si Joy pudiera predecir el Parkinson antes de que sus síntomas bien conocidos, como temblores y trastornos del sueño, comenzaran a aparecer, tal vez podría ayudar a otros con la misma enfermedad.
Su observación despertó el interés de los científicos que decidieron investigar qué podía oler y si esto podría aprovecharse para ayudar a identificar a las personas con la misma afección neurológica.
Años más tarde, los académicos de la Universidad de Manchester lograron un gran avance al desarrollar una prueba que puede identificar a las personas con la enfermedad de Parkinson usando un simple bastoncillo de algodón que se pasa por la parte posterior del cuello.
Los investigadores pueden examinar la muestra para identificar moléculas vinculadas a la enfermedad para ayudar a diagnosticar si alguien la tiene.
Los científicos creen que el olor puede ser causado por un cambio químico en el aceite de la piel, conocido como sebo, que es provocado por la enfermedad.
En su trabajo preliminar, le pidieron a Milne que oliera las camisetas que usaban las personas que tenían Parkinson y las que no. Ella identificó correctamente las camisetas que usaban los pacientes con Parkinson, pero también dijo que una del grupo de personas sin Parkinson olía a la enfermedad; ocho meses después, a ese individuo se le diagnosticó la enfermedad.
Milne está trabajando con científicos de todo el mundo para ver si puede oler otras enfermedades como el cáncer y la tuberculosis.
“Tengo que ir a comprar muy temprano o muy tarde por los perfumes de la gente, no puedo entrar al pasillo de químicos en el supermercado”, dijo. “Entonces, sí, a veces es una maldición, pero también he estado en Tanzania y he investigado sobre la tuberculosis y el cáncer en los EE. UU., solo trabajo preliminar. Así que es una maldición y un beneficio”.
Ella dijo que a veces puede oler a las personas que tienen Parkinson mientras está en el supermercado o caminando por la calle, pero los especialistas en ética médica le han dicho que no puede decirles. “¿Qué médico de cabecera aceptaría que un hombre o una mujer entraran diciendo ‘la mujer que huele a Parkinson me ha dicho que lo tengo’? Tal vez en el futuro, pero no ahora”.
La habilidad de Milne está siendo de mucha ayuda para muchas personas en todo el mundo. Cada día ocurren fenómenos médicos que no se pueden explicar fácilmente, como el de la niña que durmió por 32 años, pero para otros como la esclerosis múltiple, y la diabetes, hay varias señales que podemos detectar para un tratamiento a tiempo.