19 Tuits sobre personas que no se dejaron llevar por estereotipos obsoletos

Nuestras abuelas y madres juntaban consejos útiles de cocina durante años para pasarlos a la siguiente generación. Sin embargo, en la era de Internet, hay cada vez más lifehacks disponibles, y es cada vez más difícil orientarse en tanta diversidad de trucos y consejos. Pero ¿son los mitos de la cocina realmente tan buenos y efectivos?
Genial.guru decidió probarlos y averiguar qué tan efectivos son de primera mano. Juzga tú mismo los resultados de nuestros experimentos.
Para desmentir este mito, no horneamos panecillos, solo recordamos las lecciones de química. Entonces, para que la soda actúe como un polvo de hornear, necesita un ambiente ácido. Pero, por algún motivo, las amas de casa del pasado decidieron agregarle vinagre (tal vez porque siempre estaba a la mano). Como resultado de la reacción, se libera dióxido de carbono que, supuestamente, debe volver la masa más esponjosa. El problema es que el dióxido de carbono se evapora antes de entrar en la masa.
Idealmente, hay que mezclar la soda con los ingredientes secos y lo ácido con otros líquidos, y luego mezclar ambas partes rápidamente y hornear. Solo que sería mejor usar como ácido crema agria o jugo de limón. O simplemente comprar polvo para hornear. Así que este método de ancianos es mejor dejarlo en el pasado.
Conclusión: no funciona.
Hervir un huevo duro de modo que su cáscara sea fácil de quitar, es todo un arte. No es suficiente con simplemente sumergir los huevos en agua fría.
El chef Kenji López-Alt ha cocinado miles de huevos en los últimos años para encontrar la técnica de cocción perfecta. Aconseja sumergir los huevos en agua hirviendo y no en la fría, como estamos acostumbrados. Le hicimos caso: los huevos en verdad se limpiaron mucho mejor cuando se los sumergió en agua hirviendo. Pero hay que tener cuidado: la cáscara de los huevos puede simplemente romperse por la diferencia de la temperatura.
Aquí hay algunos secretos más:
Conclusión: funciona, pero respetando otras reglas.
Los viejos libros de cocina aconsejan a las amas de casa limpiar las cacerolas quemadas de la siguiente manera: agregar agua y sal, y llevarlas a ebullición. Por desgracia, este consejo no alivió el destino de nuestra desafortunada olla: el fondo quemado quedó igual que antes. Además, esta mezcla de sal es dañina para el acero inoxidable.
Hay una forma mucho más eficaz y fácil: remojar la sartén en agua tibia, dejarla así toda la noche, y por la mañana se limpiará mucho más fácilmente, sin importar lo quemada que haya estado.
Conclusión: no funciona.
Es difícil deshacerse del olor a pescado, y a veces ni siquiera los detergentes ayudan. El buen consejo de la antigüedad funciona perfectamente: enjuaga la superficie con agua corriente y luego límpialas con jugo de limón. Una suave solución de vinagre también ayuda a resolver este problema.
Conclusión: funciona.
Cuando se compra queso, generalmente se envuelve en papel film, y muchas personas lo almacenan como viene. Pero dicen que el papel absorbente es mucho mejor para almacenar distintos productos, incluido el queso.
Envolvimos un trozo en papel film, y otro en papel absorbente, y los dejamos en una heladera por 3 días. El resultado nos sorprendió: el queso envuelto en papel absorbente se secó mucho al aire, mientras que en papel film permaneció fresco.
Quizás el mejor consejo sea el de comerse el queso lo antes posible, antes de que empiece a deteriorarse.
Conclusión: no funciona.
Siempre hay un montón de problemas con la cebolla: o se deshace mientras se corta, o te hace llorar a cántaros. Se aconseja cortar las cebollas con un cuchillo húmedo, mojándolo periódicamente.
El consejo en general funciona, pero todo depende de lo "malo" de la cebolla, y de la sensibilidad de tus ojos: a nosotros nos resultó difícil resistir y no soltar ni una lágrima, a pesar de todas las medidas tomadas. Además, mojar un cuchillo cada dos segundos no es del todo cómodo.
Conclusión: en general, funciona.
Cuando se hierven y se escurren las papas, se las deja enfriar bien, y recién entonces se procede a quitarles la cáscara. Pero hacerlo no resulta divertido: la piel sale mal y se pega a los dedos.
Para facilitar el procedimiento, existe el siguiente método: las papas hervidas se sumergen en agua helada durante un par de minutos y luego se pelan. Y funciona bien: las papas se enfrían rápido y, gracias al agua, la cáscara se limpia sin problemas. Solo que hay algunos "peros": la verdura se vuelve ligeramente acuosa, y no a todas las cocineras les gusta así. Aunque nosotros no notamos una gran diferencia en apariencia o en gusto. ¿Tal vez simplemente no sepamos cocinar?
Conclusión: funciona.
Aquí funciona la física básica: al agregar sal, el hielo se derrite un poco pero su temperatura baja. Esta mezcla realmente es capaz de enfriar una bebida caliente en cuestión de minutos: nuestra compota se volvió casi helada en aproximadamente 5 minutos.
Conclusión: funciona.
A pocas personas les gusta el sabor amargo de las cebollas en los platos. Se puede "desactivar" de la siguiente manera: después de haber cortado las cebollas, colócalas en un recipiente pequeño y ponlas en agua hirviendo. Déjalas así durante 1-2 minutos, y luego sácalas del agua. Las cebollas realmente dejan de ser amargas, lo hemos comprobado.
Conclusión: funciona
No podíamos ignorar este consejo, el amor del comité editorial de Genial.guru por los aguacates es demasiado fuerte. Muchas personas saben que si la mitad de un aguacate se deja en el refrigerador más no sea por un día, comienza a ponerse negro rápidamente. Para evitarlo, algunos cocineros aconsejan almacenar el aguacate junto con una rebanada de cebolla.
Probamos este simple método y lo que descubrimos 3 días después fue que la cebolla no ayudó en nada a la apariencia del aguacate. Además, la mitad del aguacate obtuvo un ligero sabor a cebolla, lo que difícilmente le guste a alguien. Lo más probable es que el aguacate no se haya oscurecido debido al paquete firmemente cerrado, y este método de almacenamiento es muy recomendable.
Conclusión: no funciona.