Mi suegra me humilló en mi cumpleaños: mi venganza fue la obediencia

La pasta, ese símbolo indiscutible de la cocina italiana, guarda una historia mucho más antigua y multicultural de lo que imaginas. Aunque muchos creen que Marco Polo la trajo de China, la verdad es más fascinante: sus raíces se remontan al mundo islámico medieval, parece que se introdujo en Sicilia desde el siglo IX gracias a los moros, habitantes de la zona conocida como Magreb.
La pasta no nació en Italia. Los primeros registros históricos apuntan a:
Dato clave: El mito de Marco Polo fue creado en el siglo XX por una campaña publicitaria de una empresa canadiense.
La salsa roja que hoy asociamos a la pasta llegó tarde:
Antes del tomate, la pasta se comía seca... ¡con las manos!
Las claves de su globalización son:
Italia consume 27 kg per cápita anuales, frente a 9 kg en EE.UU (2008).
Un pequeño bono: ¿Sabías que las laganum romanas (siglo I a.C.) eran ancestros de lasaña?