¿En quiénes se convierten los niños prodigios cuando crecen? ¿Y por qué no todos tienen éxito en la vida?
Los niños muy inteligentes son increíbles. A una tierna edad, logran éxitos que muchos adultos solo sueñan con conseguir. Sin embargo, los talentos que poseen no son necesariamente una bendición, y esto, lamentablemente, ha sido confirmado por las historias de vida de algunos de los jóvenes más ingeniosos de la historia.
Hoy, Genial.guru te contará la historia de 10 niños prodigiosos que se enfrentaron a destinos muy distintos de los que uno podría imaginarse. Al final, tenemos una pregunta para ti, para la cual todavía no encontramos una respuesta. ¡Quizás tú puedas ayudarnos!
1. Arfa Karim
Esta niña de Pakistán, a los 5 años, les pidió a sus padres que le compraran una computadora. Ella realmente quería entender cómo funcionaba, le gustaba instalar nuevos programas y hacer distintos proyectos en ella. A los 9 años, Arfa se convirtió en una desarrolladora certificada de aplicaciones de Microsoft. Bill Gates la invitó a la sede de su empresa y, a su regreso de los Estados Unidos a Pakistán, representó a su país en foros internacionales de tecnología.
Sin embargo, a los 16 años, Arfa Karim sufrió un ataque epiléptico durante el cual se produjo un paro cardíaco. El cerebro de la chica estaba dañado. Fue llevada al hospital y Bill Gates se hizo cargo de todos los costos del tratamiento. Desafortunadamente, no pudieron salvarla: Arfa falleció.
2. William Sidis
William Sidis no tenía ni 2 años cuando aprendió a leer. A los 8 ya sabía varios idiomas, y durante toda su vida aprendió 40 lenguas distintas. A las 11 años, Sidis se convirtió en un estudiante de la Universidad de Harvard, y a los 17 ya era maestro.
Todos pronosticaban una carrera vertiginosa y brillante para él, pero dejó la ciencia y comenzó a trabajar como contador. Los últimos años de su vida vivió como un ermitaño.
3. Nadya Rusheva
Nadya fue una artista increíblemente talentosa. Creó ilustraciones para obras clásicas, cuentos populares y antiguos mitos griegos. Nunca usó un borrador, ya que decía que todas las imágenes nacían en su cabeza, y luego aparecían en el papel como filigranas que solo necesitaban ser contorneadas.
La joven artista murió a los 17 años debido a la rotura de un aneurisma congénito del seno de Valsalva. Ella dejó unos 12 mil dibujos como legado.
4. Akrit Jaswal
Cuando Akrit Jaswal tenía 7 años, realizó su primera cirugía. Su amiga, una niña de 8 años, no podía abrir el puño como resultado de una quemadura. Los padres de la pequeña no tenían dinero para hacerle una operación, así que Akrit decidió hacérsela por su cuenta. El niño lo hizo bien, y devolvió la movilidad a los dedos de su paciente.
A los 12 años, este joven cirujano se convirtió en un estudiante de una universidad médica. Ahora está ocupado buscando una cura para el cáncer.
5. Nika Turbiná
Nika Turbiná padecía asma, y durante los ataques, la niña no podía dormir en absoluto. En una de esas noches de insomnio, cuando la pequeña tenía 4 años, le pidió a su madre que escribiera un poema que, según ella, Dios le había dictado. Comenzó a relatar más y más rimas, y pronto se convirtió en una talentosa joven poetisa. Cuando tenía 9 años, publicó la primera colección de sus poemas.
A los 16 años, Nika tuvo su primer ataque de nervios. Fue a Suiza y allí se casó con su psicólogo, un hombre 60 años mayor que ella. Un año después, regresó a Rusia sin querer mencionar a su esposo en absoluto.
Con el tiempo, Nika comenzó a tener problemas con el alcohol y las drogas, y las crisis nerviosas se hicieron más frecuentes. Ella murió a los 27 años al caerse por la ventana del quinto piso de la casa de una amiga.
6. Jacob Barnett
A los 2 años, Jacob Barnett fue diagnosticado con autismo. El niño asistió a una escuela correccional, pero pronto su madre notó que un programa simplificado molestaba a su hijo. Él empezó a ser educado en su hogar, y luego, junto a su mamá, comenzaron a asistir a conferencias universitarias de física y astronomía. Las ciencias exactas le fascinaron desde ese entonces.
En tan solo 2 semanas, Barnett aprendió el curso escolar de matemáticas, y a los 10 años, el niño ingresó en la universidad. A los 13 desarrolló su propia teoría de la relatividad y recibió muchas críticas entusiastas de sus colegas por eso. Ahora es un astrofísico prestigioso.
7. Polina Osetinskaya
Polina es una pianista, hija del escritor y director soviético Oleg Osetinsky. Él crio a la niña según su propio método, y a los 8 años ella ya podía tocar 30 horas de música de memoria. El padre insistía en que la pequeña no tenía talento, y que todos sus logros eran el resultado de un método especial de educación.
A los 13 años, Polina Osetinskaya se fue de casa. Resultó que el padre maltrataba a la niña, y ella ya no podía tolerar su intimidación. Actualmente, ella brinda muchos conciertos, y sus colegas dicen que a lo largo de los años solo ha desarrollado su talento más y más.
8. Gregory Smith
A los 2 años, Gregory Smith aprendió a leer, y a los 10 ingresó en la universidad. A los 12 años se convirtió en un nominado al Premio Nobel.
Actualmente tiene un Doctorado en Biología Computacional. Cuando se le pide que explique en un lenguaje sencillo por qué se necesita esta ciencia, él responde: “Para hacer medicamentos efectivos”.
9. Cleopatra Stratan
Cleopatra es la hija del cantante Pavel Stratan. Cuando todavía era bebé, su papá la llevó a un estudio de grabación. Mientras él cantaba, la niña dijo: “También sé las palabras”. Le dieron un micrófono y su voz complació a todos los que la escucharon.
A los 3 años, Cleopatra Stratan grabó su primer disco, el cual se convirtió en platino. Todavía canta, y ya ha lanzado 4 álbumes.
10. Michael Kearney
A los 4 meses, Michael Kearney pronunció sus primeras palabras, y a los 10 meses aprendió a leer. A los 6 años, el chico terminó la escuela, a los 8 años un colegio y a los 10 se graduó de la universidad. Fue por esos logros que entró en el Libro Guinness de Récords Mundiales como el graduado más joven con una licenciatura en el mundo. A los 14 años, Kearney se convirtió en un maestro en Ciencia, y a los 17 ya enseñaba en la universidad.
Ahora sigue dedicado a la ciencia, pero también descubrió un pasatiempo interesante y lucrativo: la participación en juegos intelectuales. Una vez incluso logró obtener un premio mayor: 1 millón de dólares.
Y ahora viene nuestra pregunta: ¿por qué, según tu opinión, la inteligencia no es la clave del éxito en la vida? Comparte tus pensamientos con nosotros en los comentarios.