Encuentras un huevo de dinosaurio y este eclosiona, ¿ahora qué?

Curiosidades
hace 1 año

Estás recogiendo algunos vegetales en el jardín cuando te encuentras con algo grande y redondo. Está cubierto de tierra. Cuando lo sacas, descubres que es un huevo gigante, más grande que el de un avestruz. Pero no tienes pollos ni patos. Y aunque los tuvieras, ¡ninguno de esos animales podría poner un huevo de ese tamaño! Lo tomas, parece real. Llevas el huevo al interior y construyes una incubadora para él. Pasan un par de días, pero nada. Sigues con tu vida y te olvidas de su existencia.

Llevas todo el día trabajando en tu jardín. Todo lo que quieres ahora es meterte en una tina llena de agua caliente y cenar. Mientras comes, oyes un ruido que sale de la habitación con la incubadora. Lo ignoras, pensando que solo son unos ratones correteando. Pero luego el sonido se intensifica. ¡Te diriges a él y ves la cáscara del huevo rompiéndose! En un par de minutos, algo empieza a arrastrarse hacia afuera. Tomas tu teléfono y empiezas a grabarlo de inmediato.

Un pequeño reptil se asoma por el huevo ya roto y empieza a examinar su entorno. Te quedas sorprendido. Colocas el celular en una plataforma especial para seguir filmándolo.Mientras tanto, tomas tu computadora portátil y empiezas a investigar qué animal puede ser. La criatura no tiene el hocico de un caimán. Tampoco parece un dragón de Komodo.

Vuelves a tu cena y le das al reptil algunas sobras de pastel de carne. Engulle la comida en un santiamén. Al día siguiente, construyes un pequeño terrario para vigilar a tu nueva mascota. Durante las siguientes semanas, grabas cada segundo de su vida. Llamas al reptil “Buster”.

La criatura ya ha crecido hasta alcanzar el tamaño de un perro. Corre rápido y también salta bastante alto. Crees que puede ser una nueva especie de reptil. Pero no se arrastra como un caimán o un lagarto. Tu mascota tiene dos brazos diminutos y piernas grandes. Sus mandíbulas son enormes para un animal de su tamaño. El animal también tiene dientes afilados.

Tu amigo viene a ver una película. En cierto momento, tu reptil corre hacia el salón y empieza a morder los muebles. Tu compañero se asusta y empieza a gritar: “¡Dinosaurio!”. Lo calmas y llevas al dino a la cochera. Le explicas a tu amigo cómo encontraste el animal. Y él te dice que te pongas en contacto con alguien para que lo examine.

Al día siguiente, llevas a Buster al veterinario y te sientas en la sala de espera. Mantienes a tu mascota en una jaula para que nadie la vea. Pero el dino empieza a gruñir de forma extraña. Muchas personas agarran a sus mascotas y se alejan de ti. Por fin es tu turno. Traes a Buster y se lo enseñas al veterinario. El hombre parece sorprendido. Pone a la criatura en una mesa de examinación metálica y empieza a observar detenidamente sus rasgos. Dientes y garras afilados. Piel escamosa. El veterinario te dice que has estado criando un T. rex durante 3 semanas. Llama a otros especialistas para que examinen al animal.

Lo siguiente que sabes es que estás en un laboratorio con un grupo de científicos estudiando a Buster. Te sientas ahí de forma ansiosa mientras recolectan sus muestras de ADN. Incluso te piden las imágenes que has estado grabando. Luego de un par de horas, vuelven y te dicen que, efectivamente, tienes un dinosaurio. Tendrán que mantener a Buster en el laboratorio para realizar más estudios. Así que te vas a casa, sintiéndote un poco solo.

Pasan un par de años. Ahora, tienes un título en paleontología especializado en T. rex. Has estado trabajando en el laboratorio y vigilando a Buster, que se ha convertido en un dino adulto. También das clases en la universidad y has publicado un libro llamado “Mi T. rex Buster”. Se ha convertido en un best seller.

Un día, vuelves de la universidad y enciendes la televisión. Es entonces cuando escuchas una noticia de última hora: “Una gran criatura se ha escapado de un laboratorio a las afueras de la ciudad. Ahora anda suelta”. Muestran varias imágenes de las huellas de la bestia que conducen al bosque. Recibes una llamada del laboratorio. Te piden que te dirijas ahí tan rápido como puedas.

Los investigadores te cuentan lo sucedido y te piden que los acompañes al bosque para encontrar al dino. Te pones un traje de protección especial y te subes a un Jeep. Después de un par de horas, llegan al lugar donde se vio por última vez a Buster. Se bajan y tratan de seguir sus huellas. Pero la lluvia ha borrado casi por completo las marcas que dejó la criatura. Los científicos revisan el dispositivo de seguimiento colocado bajo la piel del dino, pero no funciona. Traen algo de la comida que le gusta a Buster para intentar atraerlo. Luego de varias horas, no hay noticias.

Ya es de noche cuando se oyen unos ruidos en la distancia. Todo el mundo se despierta de golpe. La gente a tu alrededor está en alerta máxima. Te escondes y esperas. Una gran sombra del tamaño de un autobús escolar aparece desde la oscuridad. Un T. rex adulto puede alcanzar los 12 m de largo y 3,5 m de alto. El lagarto gigante se acerca a la carne y la olfatea. Luego de unos momentos, se va corriendo.

Todos salen de sus escondites e intentan seguir al animal. La carne tiene una sustancia especial. Se supone que debe dormir al dino. De esta manera, no sería un problema llevarlo al laboratorio. Pero la criatura fue lo suficientemente inteligente como para sentir algo sospechoso. A pesar de su tamaño, el T. rex es bastante lento. Puede moverse a una velocidad de solo 19 km/h y ni siquiera puede superar a un humano. Sin embargo, Buster consigue cruzar un río embravecido y desaparece en la oscuridad del bosque.

Nadie está preparado para atravesar semejante obstáculo. Así que todo el equipo da un rodeo por las montañas. Es una subida difícil con todos cargando el equipo necesario para atrapar al T. rex. Desde la altura del monte, se puede ver casi todo el bosque. A lo lejos, las copas de los árboles se agitan. El reptil gigante se dirige hacia el norte.

Todos intentan llegar al otro lado de la montaña tan rápido como pueden. Pero entonces, uno de los miembros de la tripulación resbala y cae. Menos mal que una cuerda de seguridad la sujeta. Jalas a la mujer de vuelta al camino. Continúan caminando hasta llegar a una cueva.

Todos se ponen los cascos con linternas y se meten. Cuanto más se adentran en la cueva, más pequeña se vuelve. Entonces, hay que arrastrarse para pasar. Las rocas son afiladas y hay agua por todas partes. Es fácil perderse aquí. La cueva empieza a temblar. Todos se apresuran a pasar por la parte más estrecha. Finalmente consigues salir del sitio. Es entonces cuando descubres que la cueva estaba temblando por culpa del T. rex. Estaba dando vueltas por la montaña. Localiza a tu grupo y empieza a correr hacia ustedes. La gente entra en pánico y se apresura de vuelta a la cueva.

El T. rex alcanza a tu equipo e intenta atrapar a alguien. Pero en ese momento, todo el mundo ya está a salvo dentro de la cueva. De repente, gritas: “¡Buster!”. Sorprendentemente, eso calma a la criatura. Sales al exterior, a pesar de que todos intentan detenerte.

Sales y te enfrentas a la enorme criatura. Solo te está mirando. Te acercas lentamente, intentando no hacer ningún movimiento brusco. Alguien del interior de la cueva jadea. Eso hace que Buster se sobresalte. Empieza a agitarse y a rugir, pero tú sigues ahí, intentando tranquilizar al animal. Finalmente, se calma y se acerca. Le pones la mano en la cabeza, acariciándolo. Al cabo de unos segundos, alguien del interior de la cueva pisa una ramita y esta se rompe. ¡El T. rex se sobresalta y huye! Estás furioso. Ahora tienes que volver a rastrearlo.

Después de pasar muchas más horas en el bosque, el sol empieza a salir. Todos están agotados y a punto de desmayarse. Deciden parar por hoy y volver a casa. Pero en cuanto tu equipo se reúne cerca de los Jeeps, ¡recibes una notificación de que un T. rex gigante ha entrado en la ciudad! Un helicóptero te recoge a ti y a otros miembros del equipo. No hay sitio suficiente para todos. Así que varias personas se quedan atrás, esperando al siguiente helicóptero.

El T. rex está corriendo a través del tráfico. La gente en las calles está corriendo por sus vidas. Docenas de empresas de noticias están filmando el incidente. Mucha gente lo publica en las redes sociales. El dino irrumpe en el centro comercial y destruye todo lo que ve. Tu helicóptero aterriza y te bajas, intentando pensar en una forma de calmar a la criatura. Te apresuras a entrar en el sitio. Pero el T. rex ya se fue al otro lado del edificio y logró escapar.

Lo sigues. Pero, de repente, recibes una llamada telefónica en la que te dicen que los miembros del equipo que se quedaron en el bosque han visto a TU T. rex. Incluso puedes ver las imágenes en directo del animal. ¡Esto significa que hay dos reptiles gigantes sueltos en tu estado!

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