Este “chico grande” solía odiar a los perros pequeños, pero un encuentro con un chihuahua le dio un giro a su vida

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hace 5 años

A veces, la vida da vueltas inesperadas. Incluso un evento miserable puede marcar el comienzo de una historia inspiradora, y Bobby Humphreys es la prueba viviente de ello. Un culturista competitivo y una persona a la cual “le gustan solo los perros grandes” asombró a todos a su alrededor con una decisión sorprendente que llegó después de un momento doloroso.

En Genial.guru sentíamos curiosidad por conocer toda la historia y ahora creemos que vale la pena difundirla.

En una publicación de Facebook, Bobby admitió que siempre ha sido un verdadero amante de los perros grandes, que prefiere los rottweilers y se negaba a considerar las razas pequeñas a la hora de buscar una mascota. Incluso solía burlarse de sus amigos varones si tenían que pasear a los pequeños canes de sus novias. Realmente nunca les dio una oportunidad a esas razas para que se ganaran su confianza.

En un momento diferente, la imagen de arriba podría no haberse tomado nunca, pero como decimos algunas veces, fue una bendición disfrazada. En 2016, su esposa lo abandonó repentinamente después de 17 años de matrimonio. El final tan abrupto de su vida familiar lo llevó a una profunda depresión y a pensamientos oscuros. Él recuerda: “Eso me llevo al borde, me debilité. Quería ponerle fin a todo”.

Pero afortunadamente tenía a Connie. Ella era una amiga que siempre estuvo cerca, no lo abandonó en los momentos más difíciles y lo ayudó a superar esa etapa. Bobby está seguro de que ella mostró de qué se trata la verdadera amistad, y él sentía que le debía mucho por todo el apoyo que le brindó en ese momento.

Él tuvo la oportunidad de devolverle el favor pronto, cuando ella decidió mudarse a un nuevo lugar en donde no se permitían mascotas. Así que le pidió que cuidara a su perra, una chihuahua llamada Lady, por un período de tiempo indefinido.

Bobby confesó que Lady no era exactamente alguien a quien quisieras tener cerca, ya que no le gustaban las personas, especialmente los hombres. Y, como ya sabemos, él sentía lo mismo por los perros pequeños. Pero no podía decirle que no a Connie, no después de lo mucho que lo había ayudado. Así que la perrita se mudó con él.

Un día llegó a casa temprano y comenzó a ver la televisión. Lady estaba sentada cerca de él, en su cama, sin moverse, con la mirada más triste del mundo en su rostro. 15 minutos después, él se dijo a sí mismo que no importaba si ella lo mordía o no, necesitaba hacer algo. No podía soportar verla triste.

Connie fue a visitarlo más tarde y no podía creer lo que veía. ¿Cómo demonios podía un perro que odiaba a casi todo el mundo dormir tranquilamente en el regazo de este gran hombre? Pero eso sucedió, y ese acto le dio paso a una hermosa amistad. “Ella me mostró un amor que nunca antes había tenido. No puedo creer que este hermoso bebé de un poco más de 3 kilos se haya robado mi corazón”, dijo Bobby.

Pero siempre tuvo en cuenta que Lady no era su perra y que su tiempo juntos llegaría a su fin. Es por eso que decidió buscar a su propio chihuahua. La primera se llamó Kira, la encontró en Craigslist (página de anuncios por Internet), y aunque no era cachorra, no podía dejarla en las pésimas condiciones en las que se encontraba.

Y luego encontró a Harley, a su hermana Quinn, y a muchos otros perros que tenían diferentes problemas y necesitaban ser rescatados. “Muchos de estos pequeños bebés fueron maltratados, abusados o se aprovecharon de ellos, y yo simplemente no podía sentarme a ver cómo eso sucedía”, dijo.

El corazón de Bobby tenía lugar para cada chihuahua necesitado. Por ello fundó “Big Guy, Little World Sanctuary” ( “Chico grande, pequeño santuario mundial”), proyecto que requirió mucho esfuerzo y tiempo. “Rescatamos chihuahuas que están viviendo vidas horribles, que son maltratados, están hambrientos, discapacitados o tienen problemas mentales”, comentó. “Les buscamos un hogar en donde nunca más tendrán que experimentar la negligencia humana, pero también los cuidamos para que se recuperen y los adoptamos”.

Como puedes ver, no hay necesidad de ser un superhéroe para hacer que la vida de alguien (incluso de un ser pequeño) sea más feliz. Esperamos que esta historia te inspire a hacer algo amable todos los días.

¿Qué te ha parecido esta historia? ¿Hay rescatistas cerca de tu comunidad que merezcan ser mencionados en un artículo? Cuéntanos en la sección de comentarios, y comparte esta historia con algún amigo que haya perdido la fe en la humanidad.

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