Famosa influencer comparte un video en el que le regala una casa a su tía, sin imaginar que todo acabaría mal

Historias
Hace 3 semanas

"Esperaba una casa más grande, más arregladita, más limpiecita, con unos mueblecillos". Con una sonrisa forzada y visiblemente incómoda, la tía le dice a su sorprendidísima sobrina que no quiere la casa que le ha regalado. La chica la mira tan perpleja como decepcionada. ¿Es que le está despreciando semejante regalo? Esta es la historia de Lupita Anaya, la famosa influencer mexicana que quiso dar una sorpresa pero la sorprendida, sin dudas, fue ella.

Lupita Anaya, una reconocida influencer mexicana, publicó un video en sus redes sociales donde planeaba sorprender a su tía regalándole una casa para que ya no tuviera que pagar renta. Sin embargo, la sorpresa se la llevó ella al ver que la señora no parecía nada conforme con la ofrenda.

En el video, que fue compartido en la cuenta oficial de Facebook de Lupita, se puede ver en detalle el entusiasmo de la chica por compartir sus ganancias generadas de las redes sociales con su tía: "Yo sé lo mucho que usted ha trabajado y sé que usted lleva gran parte de su vida rentando".

"Siempre dije que iba a ayudar a la persona de mi familia que más lo necesitara y es usted, tía. Usted es la persona que desde niña me ha cuidado y yo quiero que ya deje de pagar renta. Esta es su nueva casa, tía".

Muy entusiasmada, Lupita le enseña la fachada de la casa de dos pisos a su tía. Ella frunce el ceño, la mira y hace silencio. Esperaba que se emocionara, que llorara, que saltara de alegría... Bueno, nada de eso ocurrió.

"Ya no va a pagar renta. Esta casa es de dos pisos, quiero que la conozca y que se traiga todas sus cosas porque yo sé que esto va a ser una carga menos para usted", le dice la joven, ya percibiendo que la sorpresa está lejos de salir como esperaba.

Una vez dentro de la casa, Lupita siguió entusiasmada enseñándole el lugar, la cocina, la sala, los dos baños, los cuartos. Pero enseguida la mujer, que hurgaba todo con una mezcla de desconfianza y descontento, comenzó a señalar los aspectos negativos del lugar: “¿Nomás dos cuartitos?”, “Pues hay que dar una buena limpieza aquí porque esto está muy sucio”, " Le hacen falta unos muebles“, “Ay, hija, me queda re lejos, allá tengo toda mi vida”.

“No me haga esa cara, tía, me va a hacer poner mal”, la influencer miraba a la persona que le filmaba el video con una mezcla de decepción, enfado y desesperación. “Pues, ¿no le gustó?”, le preguntaba, sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo.

"Mira, hija, mejor le doy todos los papeles a mi hijo así él vende la casa y yo me compro algo por allá, algo más cerca, para no perder mis amistades", le suelta la tía a Lupita, dejando al fin en claro su disconformidad. "No, esta casa ya la compré, tía", responde la influencer nerviosa. Pero la tía insiste: "Sabes que a Toñito le sale muy bien todo esto, mejor me apoyas con unos mesecitos de renta". "No me haga eso, tía, me voy a sentir mal, a mí me ha costado mucho comprar esto, ¿cómo la va a vender, tía, si acabo de comprarla?

Finalmente, con una expresión triste, Lupita le pregunta a su tía si no le ha gustado la casa. "Dígame la verdad, tía, ¿no le gustó? Yo prefiero que me diga la verdad". "Sí me gustó, hija, estoy muy agradecida. Nomás que está requetelejos y esperaba una casa más grande, más arregladita, más limpiecita, con unos mueblecitos".

La joven se ofrece a limpiarla y le aclara que aún falta hacerle algunos arreglitos y que ella misma se va a encargar de todo. Pero nada parece convencer a su exigente tía: "Mira, mejor que apaguen las cámaras que firmamos los papeles y Toñito se encarga del papeleo. Mejor me apoyas con unos mesecitos de renta", le insiste a su ya dada por vencida y enojada sobrina.

En algo Lupita le hizo caso a su tía, apagó la cámara, pero al parecer no le dio los papeles de la casa. En sus redes publicó que pensaba dársela a algún seguidor o como premio a alguien de la calle. Claro que los comentarios fluyeron de a miles y son de lo más previsibles. Es que nadie entiende cómo una persona puede despreciar semejante gesto.

Imagen de portada Lupita Anaya / Facebook

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