Fue amable al rentarle su casa a un hermano, pero debió pensarlo dos veces

Cuando se mezclan familia y finanzas, los problemas pueden surgir en cualquier momento. Los desacuerdos sobre hábitos de gasto y ahorro, e incluso el apoyo a un pariente, pueden generar conflictos capaces de afectar la estabilidad emocional y financiera de todos los involucrados. Así sucedió con dos hermanos, quienes tuvieron un desacuerdo relacionado con un alquiler. Te contaremos su historia y algunos consejos para resolver este tipo de situaciones de la vida real.

La relación de arrendamiento, sin embargo, empezó a ir mal. El tanque de agua caliente no era suficiente para el hermano que rentaba la casa con su esposa y sus cuatro hijos, así que quería cambiarlo. Sin previo acuerdo con su hermano, decidió que lo reemplazaría por otro y que los gastos se descontarían del alquiler.

Para evitar peleas, su hermano, el propietario, aceptó, pero le dijo que no podía hacer mejoras en la casa sin un consentimiento explícito. Sin embargo, él siguió proponiendo cambios y comenzó a pagar tarde la renta mientras descuidaba la vivienda en señal de protesta por las reglas que su hermano había impuesto.

Debían comunicarse para llegar a un acuerdo que resolviera las tensiones, pero tomaron decisiones por separado

La familia, en lugar de ayudar, se limitó a dar su opinión

Algunas sugerencias para que los asuntos financieros no interfieran en las relaciones familiares

• Ten en cuenta que huir de una situación incómoda no la solucionará. Si es necesario, hay que buscar mediación. Los problemas financieros en una relación familiar pueden volverse demasiado complicados y puede que se necesite escuchar la orientación de un profesional antes de actuar.
• Separa los asuntos personales de los financieros. Hay que dedicar tiempo a separar los sentimientos y las emociones de los asuntos económicos. Quizá exista algún resentimiento encubierto que sea necesario abordar primero.
• Intenta resolver los problemas a través de la escucha activa. Hablar de las preocupaciones y escuchar las del otro sin interrumpir es una forma de entender lo que pasa y permite abordar el asunto considerando ambas partes.

• Antes de involucrar a la familia en asuntos financieros, considera si eso es viable para ambas partes y si pudieran surgir problemas en el futuro. Por ejemplo, si un hermano alquila una propiedad a otro, es fundamental establecer claramente las expectativas y términos del contrato de alquiler por escrito, incluyendo el monto de la renta, la duración del arrendamiento y las condiciones de pago.
• Es importante que establezcas límites claros y respetarlos. Si se produce algún problema o retraso en el pago, es mejor abordarlo de manera abierta y sincera para evitar malentendidos o resentimientos. En lugar de enfocarse en culpar a la otra persona, se debe trabajar juntos para encontrar soluciones y resolver el asunto de manera justa.
• En lugar de prestar dinero, ten en cuenta otras formas de ayudar a un familiar. Si se presentan dificultades financieras, por ejemplo, se puede ofrecer ayuda con la búsqueda de empleo o brindar apoyo emocional durante ese momento difícil.