Fui testigo de la relación prohibida entre una psicóloga y su paciente casado

Cuando acudes a terapia y buscas atención psicológica, puede que sea por mantener tu salud mental y cuidarla o, puede que se trate de la búsqueda de ayuda porque los problemas ya existen y están acabando con tu bienestar. En cualquier caso, en esta relación terapeuta-paciente, se comparten multitud de situaciones, sentimientos y pensamientos personales e íntimos, pero ¿qué sucedería si se cruza la línea y la relación pasa a convertirse en una relación íntima?

“Lo peor fue escucharle diciendo que su mujer era intelectualmente inferior”

El otro día mi amiga y yo decidimos ir a cenar un día entre semana cualquiera, ¿vale? Y fuimos a un restaurante en mi pueblo que nos gusta un montón. En este restaurante solo había dos mesas en la terraza, una era la nuestra y la otra estaba muy pegadita a nosotras porque es una terraza chiquitita con un hombre y una mujer que rondaban los cuarenta años. Todo indicaba que eran una pareja.

De repente, inesperadamente, escucho que este hombre menciona algo de “mi mujer”. Empieza a decir que su mujer tiene problemas familiares con sus padres y que esto a él le carga mucho emocionalmente y que ya tiene un trabajo lo suficientemente cargante como para encima tener que lidiar con ese tipo de problemas.

Luego también mencionaba, y ojo a esto porque es muy fuerte, que se había dado cuenta de que su mujer era muy inferior a él intelectualmente. Pero de repente, mientras el hombre estaba contándole estas cosas tan personales, se hace un silencio de unos segundos y él le dice “¿qué pasa?”, riéndose y le dice, ella, “perdona, es que te miro y es que me encantas”. Una psicóloga, ¿muy profesional, no?

Pero bueno, se ríen un poquito tontean y ella le dice, “sigue contándome” y de repente él suelta, otra de sus perlitas que llevaba soltando durante toda la conversación: Él quiere a su mujer, que siente amor por ella y que son muchos años juntos, sus hijos... Pero que siente que él tiene muchas más ambiciones y que las ha dejado de lado por ella, por la familia y sobre todo por la carga emocional.

Ella le contesta, “yo siento que te sientes poco valorado con todo lo que hemos hablado. Sinceramente, pienso que tu mujer tampoco te ha valorado porque yo he visto el potencial que tienes desde el primer día que te conocí”.

Y vino el primer beso. Pero, por si no fuera poco, llega el momento en el que él le pregunta a ella, “¿esto te ha pasado antes alguna vez?”, ella le responde, “mira, he tenido muchos pacientes, llevo en este trabajo muchos años, pero nunca jamás había sentido una conexión tan fuerte con alguien. Soy humana, esto es algo que puede pasar, no lo he podido controlar”.

El caso es que se hizo tarde y el camarero salió con el datáfono a cobrar a las dos mesas y escuchamos como le preguntaba, “Bueno, ¿y qué hacemos?”, y ella le dijo que le encantaría que fuese a su casa. Ellos se fueron por un lado, supongo que acabarían en casa de su psicóloga, siguiendo con esta sesión de terapia gratuita.

No se trata de que he escuchado una infidelidad como tantas, por desgracia. No es eso. Esta chica es su psicóloga. Este hombre se ha abierto emocionalmente con ella y esto no es muy profesional, por su parte. Ella tiene una posición un poco de poder, ¿no? ¿También porque le ha contado muchas intimidades y sabe más o menos cuál puede ser su punto débil?

¿Qué dicen los expertos?

La relación terapéutica es desigual. El paciente se abre en sus sentimientos, comparte sus debilidades y situaciones privadas, lo que da al terapeuta un lugar de poder. Empezar una relación amorosa se ve como un mal uso de esa condición y un aprovechamiento de la confianza y dependencia del paciente, quien a menudo está en mal estado o buscando ayuda.

Las relaciones íntimas con pacientes están prohibidas de manera estricta por la literatura profesional y los códigos deontológicos, incluso después de que la terapia haya terminado (en muchos casos, se establece un plazo mínimo de dos años o se prohíben indefinidamente). Las repercusiones negativas para el paciente, como la confusión, el deterioro de problemas o el cese temprano del tratamiento, pueden ser una realidad.

La terapia tiene como propósito el bienestar y la solución de conflictos del paciente. Una relación íntima puede desviar de manera radical estos objetivos, lo que podría hacer que el problema original (en este caso, la infidelidad y el conflicto conyugal) persista en vez de solucionarse.

¿Qué situación conoces en la que una infidelidad fue del todo inesperada y surrealista? ¿Cómo crees que debería ser ir a terapia?

Este artículo tiene fines meramente de entretenimiento. No garantizamos la integridad, exactitud, fiabilidad ni seguridad del contenido. Cualquier acción que se tome con base en la información de este artículo es bajo el propio riesgo del lector. No asumimos ninguna responsabilidad por pérdidas, daños o consecuencias derivadas del uso de este contenido. Se recomienda a los lectores que ejerzan su propio criterio, tomen las precauciones necesarias y busquen asesoramiento profesional si intentan reproducir cualquier parte del contenido.