Hugh Grant, de no creer en el amor a estar felizmente casado

El camino del amor no siempre es del todo lineal. Para muchas personas, suele estar lleno de curvas que llevan a desamores, relaciones fallidas y desilusiones. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para encontrar a la persona indicada, con la cual sentirse seguro, contenido y con ganas de formar una familia. Eso le pasó a Hugh Grant, gran galán de comedias románticas, el cual pasó de no creer en el matrimonio, a ser un orgulloso esposo y padre.

Es común para las personas famosas que sus relaciones pasen constantemente por el foco del público, y sean carne de cañón para las revistas de espectáculos. Hay quienes son más herméticos, y otros cuya vida es un libro abierto para la prensa del corazón.

Hugh Grant es toda una eminencia para los fanáticos de las comedias románticas de fines de los 90′ y principios de los 2000. Desde su semblante de galán tímido y torpe en Cuatro bodas y un funeral o Un lugar llamado Notting Hill, hasta su costado más desfachatado en El diario de Bridget Jones o Un gran chico, el británico ha sabido deslumbrar con su actuación y arrancar suspiros con su belleza casi por igual.

Curiosamente, tal como los galanes en sus películas, a Hugh le era esquivo sentar cabeza y conformar una familia. A pesar de su relación estable con Elizabeth Hurley desde 1987 hasta 2000, y sus dos hijos con su exnovia Tinglan Hong, el actor no estaba cómodo con la idea del matrimonio, ni con el concepto de sentirse atado con una sola pareja para toda la vida.

“¿Creo que los seres humanos están destinados a estar en relaciones monógamas y fieles de 40 años? No, no, no”, dijo Grant enfatizando esta idea. “¿Quién dijo eso? Nadie dijo que fuera una buena idea. Creo que hay algo poco romántico en el matrimonio. Te estás cerrando”. Sin embargo, dejó una puerta abierta que más tarde se abriría, al decir que: “Puedo ver el aspecto encantador si te casas exactamente con la persona adecuada: es tu mejor amigo y es acogedor y adorable. Pero la gente comete muchos errores”.

El amor decidió darle una nueva oportunidad al actor de Realmente amor, al conocer a Anna Eberstein, una productora sueca de televisión independiente, en una fiesta en Londres en el año 2012. Según cuentan, ella se acercó a presentarle una idea para una película, y a partir de allí iniciaron una relación.

Los detalles del cuándo exactamente empezaron su relación no están del todo claros, ya que Grant es extremadamente hermético acerca de su vida privada. Y además, según los rumores, la idea de asentarse con una mujer no estaba en sus planes.

Sin embargo, ese mismo año, la pareja dio a luz a su primer hijo, John, de quien no se supo nada hasta un año después, cuando el nombre de ambos se agregó al certificado de nacimiento del niño. Esto ya parecía traer una nueva sintonía a la vida del londinense, que quizá ya empezaba a ver el amor con otros ojos.

El tiempo continuó pasando, y casi sin darse cuenta, Grant terminó asentándose junto a Anna y en camino de seguir formando una familia feliz. En 2015 y 2018, ambos tuvieron una hija y un hijo más, de los cuales se desconocen sus nombres, ya que ambos son muy cautelosos con sus vidas privadas.

Sobre la paternidad, el actor dijo en 2018 que era “lo mejor que le había pasado”, que era encantador tener todo ese amor alrededor y que era hermosa la sensación de sentir que: “de repente quieres a alguien más que a ti mismo. En mi caso es algo inaudito. Y ellos te quieren a ti, y todo es encantador”.

Todos estos pasos llevaron a que el actor de Calabozos y Dragones, finalmente abandonara la terquedad, y diera el paso definitivo hacia el altar junto a Anna ese mismo año. “Es muy agradable. No puedo fingir que no lo es. ¡Debería haberlo hecho antes! Pero solo tengo suerte, tengo suerte. Tengo una gran esposa. La amo, sí”, dijo Grant, admitiendo que estaba equivocado al renegar del matrimonio.

Aunque el actor de Paddington 2 afirma que “mi esposa coincide con que el matrimonio es una construcción social bastante absurda”, también dice que “pero cuando tienes tres hijos, es algo bonito de hacer”.

De esta manera, Hugh Grant nos demuestra que nunca es demasiado tarde para encontrar el amor y conformar ese lugar seguro con la persona que nos transmita la seguridad y la fuerza suficiente para criar juntos una familia y sentar cabeza sin que eso se vea como una carga.

Siempre es bueno encontrar a esa persona que rompa nuestros prejuicios sobre el amor, y que te invite a aprender y a conocerse todos los días, aceptando las virtudes y también los defectos.