Leerle la mente a una amiga es mucho más que una coincidencia y te explicamos por qué

Psicología
hace 3 horas

Todos tenemos a esa persona que juramos, puede leer nuestra mente. Termina nuestras oraciones y hasta sabe lo que estamos pensando sin que digamos una sola palabra. Estos momentos telepáticos parecen una casualidad, pero según la ciencia es algo real y más mágico de lo que parece. En este artículo te introducimos al mundo increíble de la sincronización cerebral.

¿Qué es la sincronización cerebral?

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La sincronización cerebral, también conocida como sincronización inter cerebral, se da cuando dos o más personas suelen sincronizar sus acciones, ya sea de manera simultánea o casi simultánea, como si ambos cerebros estuvieran conectados y pensaran por igual. Y aunque este fenómeno puede sonar como algo propio de un cuento de fantasía, es más real de lo que pensamos y ha sido el foco de atención de muchos investigadores.

Pero, ¿por qué sucede? Bueno, la respuesta científica oficial es que aunque se trate de un fenómeno común, aún no se sabe a ciencia cierta por qué ocurre. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Stanford asegura que la extensión de la sincronización misma, las regiones cerebrales involucradas y los contextos sociales en los que ocurren pueden ser diferentes en cada situación donde se presenta la sincronización. Es decir, que la sincronización cerebral puede significar algo distinto para distintas personas. A pesar de esto, se ha observado que “estar en la misma sintonía” con otras personas tiene efectos muy positivos no solo a nivel individual, sino también a nivel social. Varios científicos expertos en el tema mencionan que este tipo de relación puede aumentar el sentimiento de cercanía, el deseo de cooperación, mejorar el desempeño de un equipo e incluso aumentar las posibilidades de que una persona actúe de manera altruista en favor de otras.

De hecho, estos mismos investigadores quisieron determinar la extensión de este fenómeno. Se dieron a la tarea de averiguar si es posible que la sincronización suceda aun cuando no había presencia física. Esto debido a la existencia de las conexiones modernas, que se dan en línea por medio del internet. Para esto, pusieron a dos personas en un juego multijugador. En él, ambos participantes debían cooperar para manejar un auto de carreras lo más rápido posible por la pista. El truco estaba en que mientras un jugador controla el volante, el otro jugador se encargaba de apretar o soltar el acelerador. Obvio, la prueba tenía sus dificultades: el carro se haría más lento si se salía del circuito, o bien se detendría del todo al chocar con ciertos obstáculos. Cabe mencionar que ninguno de los participantes era capaz de comunicarse verbalmente con los otros, por lo que la cooperación de ambos debía hacerse únicamente por los movimientos del carro. Es decir, ambos jugadores debían anticipar la intención del otro. Al final del estudio, se encontró que no solo la sincronización estaba ligada a un desempeño de equipo, sino también a que era posible que la sincronización se diera en escenarios “online”.

Beneficios de la sincronización

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Si bien no hay una razón exacta de por qué podemos sincronizar con otras personas, sí ha sido posible determinar ciertos beneficios de este tipo de relaciones. Acá te comentamos unos cuantos:

  • Empatía: Cuando este tipo de conexiones sucedes, solemos imitar sus movimientos, expresiones faciales y hasta el tono de su voz. Todo esto lo hacemos de manera inconsciente, pero nos ayuda a crear empatía con la otra persona, lo que nos facilita percibir sus emociones y sentirnos más cerca de ellos.
  • Cooperación: como lo demostró el estudio de la sincronización en línea, se requiere que ambas partes estén atentas a los movimientos de la otra. Esto ayuda que unifiquemos nuestros esfuerzos para poder ser percibidos como uno solo. A su vez, esto puede mejorar el desempeño en las actividades de equipo.
  • Placer y relajación: algunos científicos aseguran que este tipo de conexiones también se pueden dar entre un artista y su audiencia. Entre más sincronización haya entre ambas partes, más placentera será la experiencia para la audiencia. Lo mismo sucede con géneros musicales más lentos, relajando a las personas y reduciendo también su ritmo cardiaco.

Cómo podemos sincronizar con otras personas

Por ahora no hay un método o pasos a seguir que nos aseguren sincronizar con cada persona. Sin embargo, sí hay ciertas situaciones en las que es común que uno o más cerebros se lleguen a sincronizar:

  • Vía comunicación verbal: tal vez parezca obvio, pero conversar con otra persona es uno de los escenarios más comunes. Para que haya una comunicación eficaz, es necesario cierto nivel de sincronización. Unos científicos hicieron un estudio en el que grabaron a una persona contando una historia. Luego, hicieron que otra persona escuchara esta grabación y que respondiera después un cuestionario con base a lo escuchado. El oyente no solo llegó a sincronizar con la persona de la grabación, sino que también llegaba a intentar predecir lo que la otra persona iba a decir.
  • Vía comunicación no verbal: la sincronización cerebral también es posible mediante el uso de gestos de manos o expresiones faciales. Después de todo, el lenguaje corporal también forman parte importante de la comunicación. Un buen ejemplo de esto son los juegos de charadas, donde una persona intenta comunicar algo a otros solo con gestos.
  • Acciones conjuntas: cuando dos o más personas hacen una tarea juntas, sus cerebros también se pueden conectar. De ahí que haya una relación entre el desempeño en equipo y la sincronización cerebral. La sincronización se da en tres niveles: motor (las personas de una orquesta tocando en armonía), cognitivo (responder al mismo tiempo a un estímulo) y perceptivo (ponerse en los zapatos del otro). De igual manera sucede con la toma de decisiones, ya que las decisiones de una persona pueden influenciar las de otra. Como por ejemplo, cuando jugamos “piedra, papel y tijera”, solemos imitar la estrategia de la otra persona en un intento de descifrarla, aunque esto disminuya nuestro chance de ganar.

Ahora sabemos que esa sensación de tener una conexión especial con otra persona tiene una explicación lógica. Sin embargo, no deja de tener cierto tinte mágico que nos recuerda lo impredecible que puede ser la vida. También nos recuerda que, como seres humanos, estamos hechos para conectar. Y no es casualidad que podamos hacerlo sin palabras, solo con emociones y pensamientos.

¿Has vivido alguna vez una conexión tan fuerte con alguien que parecía que sus mentes estaban en perfecta sintonía? Comparte tu historia o esa sensación que nunca olvidaste. Tal vez descubramos que estamos más conectados de lo que imaginamos.

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