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La ciudad hundida de la India podría ser la más antigua del mundo
Era el 10 de abril de 1912. Richard acababa de partir de Southampton, Inglaterra, a bordo del barco más famoso de la época, apodado “el insumergible”. Como acababa de presenciar lo que había estado a punto de ser una colisión con el SS City of New York, decidió escribirle a su mujer para informarle del desafortunado y aterrador suceso. “Mi querida Sal”, escribió, “ayer nos salvamos de varios problemas...”. No sabía que, apenas 4 días después, tanto su pluma como el barco en el que viajaba se perderían para siempre en el fondo del océano Atlántico Norte. ¿Acaso esto era especie de mal presagio? ¿Acaso Richard previó lo que le sucedería a su barco?
Por si aún no te has dado cuenta, el día que escribió esa carta a su esposa, el Sr. Richard Geddes estaba a bordo del Titanic. El 14 de abril de 1912, el barco parecía haberse perdido para siempre. Junto con él, muchos secretos y tesoros quedaron depositados en el fondo del océano. Hubo que esperar hasta 1985 para que los restos del Titanic fueran finalmente redescubiertos gracias a la más moderna tecnología de sonar. Desde entonces, hemos recuperado miles de objetos del Titanic, y muchos de ellos han sido exhibidos o subastados. Cosas como joyas, un chaleco salvavidas, un menú del restaurante del barco o incluso un cuadrado de muestra de la alfombra del camarote de primera clase han cautivado la atención del público, al igual que las numerosas historias de las personas que viajaban a bordo.
Los científicos incluso han intentado desarrollar estrategias para recuperar el Titanic, estudiarlo adecuadamente y evitar que se dañe cada vez más en el fondo del océano. Algunos han sugerido llenarlo con pelotas de ping-pong para hacerlo flotar, mientras que otros consideraron inyectarle 180 000 toneladas de vaselina. Otra idea fue utilizar 450 000 toneladas de nitrógeno líquido para atraparlo en un iceberg que flote hasta la superficie. Pero al final tuvieron que olvidar todas esas posibles estrategias, ya que el Titanic es demasiado frágil para ser recuperado. Puede que sea uno de los barcos más interesantes que yacen en el fondo del océano, al menos en la cultura popular, pero los buceadores de aguas profundas tienen muchas otras historias que contar. A veces los aviones también terminan en el fondo del océano. Los buceadores de Oahu, Hawái, encontraron los restos de un avión F4U Corsair. Parece que se estrelló en el océano en 1946 debido a la falta de combustible.
Si puedes bucear lo suficientemente profundo, incluso podrías dar con estatuas y artefactos perdidos, como los que verías en el único parque arqueológico submarino del mundo, frente a la costa de Nápoles (Italia). En él se encuentran las ruinas de la antigua ciudad romana de Baia. ¡Las estatuas subacuáticas que se encuentran aquí son, como mínimo, impresionantes! Tras una irónica sucesión de eventos, parte del equipo que pretendíamos usar para llegar a la Luna se perdió en el fondo del mar durante mucho tiempo. ¿Pero cómo ocurrió eso? A partir de finales de los años 60 y hasta principios de los 70, se lanzaron varios cohetes Apolo para orbitar la Tierra y la Luna. Al alcanzar altitudes de unos 60 kilómetros, la primera parte de la nave, incluidos los motores, debía separarse. La gente pensaba que estos componentes se habían destruido o perdido para siempre. Pero ¿realmente fue así? En 2012, un equipo de especialistas halló unos motores de cohete a 4 kilómetros de la costa de Florida. Desde entonces han pasado por un plan de renovación de dos años, y ahora son exhibidos en el Museo del Vuelo de Seattle.
¿Te imaginas tropezar con una ciudad entera bajo el agua? En 2001 se descubrió una ciudad perdida en el golfo de Khambhat, frente a la costa de la India. Algunos arqueólogos creen que es la ciudad más antigua de la historia. Es casi del tamaño de Manhattan y cuenta con enormes murallas y plazas. Encontraron piezas de escultura, obras de arte e incluso lo que parecía ser un antiguo mueble de madera, que se cree que data de hace 9500 años. Es 5000 años más antigua que cualquier otra ciudad descubierta anteriormente. Muy bien, ¿qué tal un río submarino? No puedo ni imaginar cómo sería, pero algunos buceadores de profundidad afirman haberlo visto al sur de Tulum, México. ¿Es eso posible? Bueno, en realidad no, ya que la cueva Cenote Angelita no es un verdadero río, sino un tipo muy especial de ilusión óptica. Está formado por una haloclina, una nube de sulfuro de hidrógeno en el fondo de esta cueva submarina. Es posible nadar a lo largo de esta nube, lo que te hace sentir que nadas a través de una masa de agua en movimiento.
No todas las cosas descubiertas bajo el agua son objetos inanimados; algunas son criaturas marinas bastante temibles. Puede que una medusa no esté en tu lista de cosas de las que cuidarte, siempre que logres evitar sus picaduras. Pero esta medusa gigante, también conocida como “medusa melena de león gigante”, es la mayor especie conocida de su clase. Para ser justos, solo la descubrirás si te sumerges en las aguas de los océanos Ártico, Atlántico Norte y Pacífico Norte. No creo que tengas problemas para encontrarla, ya que se extiende a lo largo de 36 metros desde la parte superior hasta parte la inferior de sus tentáculos. Cuando se trata de bucear en aguas profundas, mucha gente busca hallar algún tesoro perdido. Un buceador tuvo la suerte de que le tocara literalmente el gran premio cuando se encontró con un tesoro de casi un millón de dólares en el fondo del mar. Eso fue en 2015, cuando este afortunado buceador nadaba frente a la costa de Florida. ¿Qué encontró? Unas 51 monedas de oro, 12 metros de cadena de oro y una rara moneda única, hecha a medida para el rey de España, Felipe V.
Hablando de gente que busca tesoros perdidos, a veces los buzos también encuentran barcos piratas. En 2015 descubrieron uno de estos naufragios frente a la costa de Colombia. Se remonta al siglo XVIII. El valor de este barco olvidado se estimó entre 4000 y 17 000 millones de dólares, ya que contenía tesoros, piedras preciosas, oro y un sinfín de objetos realmente valiosos. En comparación, una isla entera en las Bahamas cuesta 75 millones de dólares. Una computadora es lo último que uno esperaría descubrir bajo el agua, ¿verdad? Y esta no era una computadora normal, sino una antigua. Sin embargo, alguien se topó con ella entre 1900 y 1901 en el lugar de un naufragio frente a una isla griega. Los investigadores creen que este extraño artilugio de piedra es la primera forma de computadora. Estaba diseñado para cumplir muchas funciones, como la predicción de posiciones astronómicas y eclipses en el calendario. Dado que la humanidad perdió la mayor parte de la tecnología utilizada en aquel entonces, fue maravilloso redescubrirla tantos años después. Nos permitió reconstruir muchos de los logros de los antiguos griegos. Actualmente, la computadora se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, por si alguna vez quieres verlo en persona.
Este tiene que ser uno de los lugares más misteriosos de la Tierra. Se llama fosa de las Marianas y es la parte más profunda de los océanos de la Tierra. No sabemos cuál es su profundidad exacta, ya que es muy difícil de medir, pero se estima en unos 11 kilómetros, cinco veces más larga que el Gran Cañón. La primera vez que se estudió este enorme agujero submarino fue en 1875, con la ayuda de una cuerda con peso. En 2012, un director de cine canadiense llamado James Cameron llegó al fondo de la fosa en el sumergible Deepsea Challenger. Este es el hogar de algunas de las criaturas más extrañas del planeta, como el pulpo Dumbo, el pepino de mar y el tiburón duende. La fosa de las Marianas recibió su nombre de las islas Marianas, que se encuentran cerca y fueron bautizadas en honor a la reina española Mariana de Austria.