La curiosa razón por la que el festejo del cumpleaños de la reina no cae en su verdadero cumpleaños

Curiosidades
hace 8 meses

La reina Isabel II, reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, celebra su cumpleaños dos veces al año. Primero, lo celebra el día de su cumpleaños real: el 21 de abril. Más tarde, celebra su cumpleaños “oficial” cada segundo sábado de junio; todo esto con el fin de recibir el doble de regalos. No, es broma. La reina Isabel II no fue quien inició esta tradición, que se remonta a más de un siglo. La norma de los dos cumpleaños nació en 1908 con el bisabuelo de la reina, Eduardo VII.

Verás, el cumpleaños de un rey es un gran acontecimiento para todo el país, así que querían hacer una gran celebración. El primer desfile con este motivo tuvo lugar en 1748, para que todo el mundo pudiera celebrar y honrar al gobernante. Jorge III, que se convirtió en rey en 1760, decidió que el desfile, llamado “Desfile del Estandarte”, debía celebrarse cada año, así que lo convirtió en una tradición que todos los reyes de Gran Bretaña siguieron desde entonces y hasta 1908.

El entonces rey Eduardo VII cumplía años en noviembre. En el Reino Unido, el clima de noviembre no es el ideal para las celebraciones, y la mayoría de los cumpleaños del rey no coincidían con días buenos. Él quería una celebración grande y hermosa para que todos pudieran disfrutar al aire libre, así que decidió trasladar el desfile a junio, cuando era más probable que hiciera buen tiempo. La tradición continuó. Desde entonces, los reyes británicos tienen un cumpleaños real y uno oficial en junio, con un gran desfile incluido. En la actualidad, se lo celebra el segundo sábado de junio. La reina siempre asiste personalmente. El desfile es enorme, cuenta con la participación de más de 1000 oficiales, 200 caballos y 200 músicos. Otros miembros de la familia real se unen a la reina en el balcón para ver el desfile y el espectáculo de la Real Fuerza Aérea.

El desfile no solo se celebra en el Reino Unido, también en muchos otros países de la Mancomunidad de Naciones. Se trata de una asociación de 54 estados ahora independizados; casi todos fueron territorio del Imperio Británico en el pasado. Estos países tienen una población total de 2400 millones de personas. Algunos de los miembros son el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Sudáfrica, Singapur y muchos países asiáticos y africanos. Forman una asociación presidida por la Reina Isabel.

Cada uno de estos países tiene su propio gobierno, y la reina no tiene poder político real en ninguno de ellos, al igual que en el Reino Unido. Su papel como jefa de Estado es simbólico y se la considera una gobernante ceremonial. Las celebraciones en su honor se organizan en muchos países de la Mancomunidad de Naciones. Las fechas del desfile pueden variar. En Ghana, el Desfile del Estandarte tiene lugar el 6 de marzo, en el día de la independencia de este país. En Singapur, el desfile se organiza cada 1 de julio.

La reina Isabel II celebra su verdadero cumpleaños en privado con su familia dos meses antes de la celebración oficial del segundo sábado de junio. Aun así, hay un saludo en su honor en varios parques de Londres durante el mediodía del 21 de abril. La reina Isabel es la reina británica con el mandato más largo de entre todos los 61 reyes que han gobernado a lo largo 1200 años. Hace siglos, Gran Bretaña estaba dividida en varios reinos, y cada uno tenía su propio rey. Los reinos de InglaterraEscocia fueron gobernados por un único rey desde 1603. En 1707, tras la fusión de ambos reinos, se formó el Reino de Gran Bretaña. En 1801, el Reino de Irlanda se unió a él.

En 1776, las colonias americanas decidieron independizarse oficialmente. La historia no es así de simple, pero eso queda para otra ocasión... Por su parte, Isabel II subió al trono en febrero de 1952, y ya lleva 69 años como reina. La segunda reina más longeva fue su tatarabuela, la reina Victoria, que gobernó durante 63 años. Si observas el árbol genealógico de la familia real, podrás ver que ni siquiera se esperaba que Isabel se convirtiera en reina cuando nació. Era la hija mayor del segundo hijo del entonces rey Jorge V.

Se suponía que Eduardo VIII se convertiría en rey y que luego les pasaría el cargo a sus descendientes. De hecho, llegó al trono después de su padre, pero duró menos de un año. Abdicó (en otras palabras, “dejó el cargo”) para casarse con una mujer divorciada, algo que no estaba aceptado en aquella época. Así, Jorge VI se convirtió en rey en 1936, y su hija Isabel, con 25 años, se convirtió en princesa y futura reina. Su marido, el príncipe Felipe, miembro de las familias reales griega y danesa, era su primo tercero. Compartían un pariente común: la reina Victoria. Isabel es descendiente del hijo de la reina Victoria, Eduardo VII, y el príncipe Felipe es descendiente de su hija, Alicia.

Felipe e Isabel se conocieron en la boda de la prima del príncipe Felipe, la princesa Marina, cuando la futura reina solo tenía 8 años. Se vieron por segunda vez 5 años más tarde, en 1939, en el Britannia Royal Naval College, donde Felipe estudiaba. Por aquel entonces, la joven Isabel tenía 13 años y Felipe 18. La familia de Isabel fue a la universidad a visitarlo. Hicieron un viaje en yate y él jugó al críquet con la joven princesa. Se cree que Isabel se enamoró de él por aquel entonces, y mantuvieron el contacto durante varios años, hasta su matrimonio en 1947, que duró casi 74 años.

Para sus familiares y el resto del mundo, ella es su majestad la reina, pero su marido la llamaba Lilibet. Recibió ese apodo en su infancia: así la llamaba su hermana menor, Margarita, ya que no podía pronunciar “Elizabeth”. El esposo de la reina fue la última persona que utilizó ese apodo. En honor Isabel y al príncipe Felipe, el príncipe Harry (nieto de la reina) y su esposa Meghan llamaron a su hija Lilibet a principios de este año. La reina tiene un pasatiempo muy elegante: las carreras de palomas. Los participantes sueltan a sus palomas especialmente entrenadas, las cuales deben cubrir una distancia determinada y regresar. La distancia que recorren y el tiempo que tardan se miden cuidadosamente. A continuación, se calcula la velocidad de desplazamiento de cada paloma. La paloma más rápida y su dueño se convierten en los ganadores.

No cualquier paloma puede participar: este deporte tan elegante es solo para una raza especial de paloma, llamada racing Homer. La reina Isabel tiene unas 200 palomas que viven en un palomar en su casa de campo. La temporada de carreras tiene lugar de abril a septiembre; durante ese período, las aves reales participan en una carrera cada semana. Los pájaros de la reina han ganado todas las carreras importantes de Gran Bretaña; no puedo decir que me sorprenda. En realidad, la obsesión por las carreras de palomas nació en Bélgica. Fue el rey de Bélgica quien le regaló algunas palomas a Eduardo II, el bisabuelo de la reina, en 1886. Eduardo se entusiasmó con este deporte, construyó un palomar, las crio y pasó la afición a sus descendientes: su hijo y su nieta.

La reina también tiene un pasatiempo más cotidiano: ver televisión. Le encanta señalar errores e imprecisiones históricas en sus series favoritas. De hecho, es muy buena: ha notado detalles de lo más pequeños, como por ejemplo, que las medallas que aparecen en cierto programa son de la época equivocada o que están en el lado incorrecto del pecho. También tiene un diario secreto en el que anota sus pensamientos al final del día. Lo hace todos los días, sin importar la hora o dónde se encuentre. Escribe en su diario desde los 15 años, lo que se traduce en ocho décadas de documentación y reflexión personal de la reina sobre todo lo que ocurre en el mundo y su familia. Los diarios son cuidadosamente custodiados, y nunca se le permitió a nadie echarles un vistazo, con excepción de su marido, el príncipe Felipe. Puede que algún día se nos permita leerlos, pero nunca veremos todo.

La tatarabuela de la reina, la reina Victoria, también tenía un diario. Permitió que el material fuera publicado, pero dio instrucciones a su hija menor, la princesa Beatriz, de editarlos previamente y eliminar todos los temas delicados que pudieran aparecer. La princesa tardó 30 años en completar la transcripción y, una vez que lo hizo, quemó los diarios originales. Las versiones editadas fueron publicadas y todavía están disponibles en formato digital. Hay una cosa que la reina lleva a todas partes: una manta de lana azul que le encanta. Siempre tiene una en el auto para cubrirse las piernas si hace frío, aunque suele dejarla en el vehículo.

Lo que normalmente sí lleva consigo cuando sale es su bolso. Parece algo innecesario: tiene varios guardias que la acompañan en todo momento, ellos podrían llevarle lo que quiera. Pero el bolso tiene un propósito muy particular: enviar mensajes a su personal. Normalmente, la reina lleva el bolso en la mano izquierda. Si lo cambia a la mano derecha repentinamente, es para indicarles a los guardias que prefiere terminar la conversación. En ese caso, ellos deben intervenir y salvarla diciendo, por ejemplo, que alguien quiere verla. Si durante una cena apoya el bolso sobre la mesa, es porque quiere darla por terminada en cinco minutos. ¿Yo? Normalmente apoyo un pie sobre la mesa para señalar el final de la comida. También funciona.

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