La historia de Anna Chlumsky, a quien Hollywood retiró “por no ser linda”, pero años mas tarde volvió a actuar
A Anna Chlumsky la conocimos como la tierna niña de la película Mi primer beso, y tras ese éxito se esperaba que se convirtiera en una gran estrella de Hollywood. Pero la cara oscura de la industria le dio la espalda al punto de hacerle renunciar de manera forzada, y ella se hizo a un lado para tener una vida normal, hasta que hoy, en un acto de revancha y superación, pudo volver a las pantallas.
En Genial.guru nos gustan las historias de personas que supieron cómo renacer de las cenizas como el ave Fénix, y hoy te queremos contar la de esta actriz que, tras luchar contra prejuicios y rechazos, supo cómo hacer que su nombre vuelva a estar en boca de todos.
Una promesa de Hollywood
Nació el 3 de diciembre de 1980 en Chicago, Estados Unidos, y dio su primer paso en las pantallas en 1989, pero no fue hasta dos años después que Hollywood conocería su nombre. En ese año, protagonizó, junto a Macaulay Culkin, la película Mi primer beso, filme que les auguraba un futuro prometedor en la industria a ambos niños.
Las predicciones sí se cumplieron para él, que al año siguiente continuó cultivando los frutos que su interpretación de Kevin McCallister en Mi pobre Angelito le había dado, al hacer la segunda película de la saga, pero no para Anna, que aunque tenía el talento, sus oportunidades laborales y su experiencia personal en el ojo público no fueron tan buenas como la de su compañero de debut actoral.
Cómo la industria le dio la espalda
A pesar del éxito de la película que la llevó a la fama, las grandes ofertas de trabajo no se hicieron presentes: solo participó en algunos programas de televisión: “Estaba transitando la pubertad y no me veía linda en la pantalla. Hice muchas audiciones durante mi adolescencia y simplemente no quedaba, así que eso me pasó factura, porque siendo adolescente, no es tan divertido que te digan que ya no le gustas a alguien”, comentó en una entrevista.
Ahora, de adulta, reflexiona sobre los efectos que la fama a temprana edad le generó: “Cuando de repente pones presiones profesionales, financieras, adultas y públicas, a menudo sexualizadas, sobre los niños, no solo los abres a un mundo que los está mercantilizando y cosificando. También los estás retrasando en su capacidad de desarrollo. O sea que cuando se enfrentan con la vida adulta, las herramientas no están ahí [...]. Fue solo de adulta que descubrí algún sentido de confianza o seguridad. Cuando era niña eso no existía, porque yo estaba a la venta”, confesó.
Su nuevo comenzar
Su necesidad de salir de un mundo que la rechazaba y no la dejaba tener una vida de una niña y adolescente normal, fue más que suficiente para dejarlo todo e ir en búsqueda de su destino. Asistió a la Universidad de Chicago y se graduó de Estudios Internacionales en 2002. Allí conoció a su actual esposo, con el que se casó en 2008 y tuvieron dos hijas, Penélope y Clara.
Se mudó a Nueva York y trabajó como verificadora de datos para una importante firma de reseñas de restaurantes, también como asistente editorial, pero a pesar de querer vivir tranquila, lejos de las cámaras, las luces de Broadway le despertaron nuevamente su amor por la actuación: “Pensé que no iba a ser actriz. Me mudé a Nueva York justo después de la universidad y ver suficientes espectáculos de Broadway me inspiraron nuevamente a intentarlo”, confesó.
La vuelta a su primer amor
Su regreso a las pantallas fue progresivo, estuvo en programas de tv y fue parte de algunos episodios de La ley y el Orden y Hannibal, pero fue su papel en la serie Veep el que nuevamente la consagró y le demostró al mundo que Anna estaba de regreso, ya que fue nominada a 6 premios Emmy por ese rol a lo largo de sus siete años al aire.
En el 2022 se subió a bordo de una de las plataformas más importantes de streaming del mundo, al ser la co-protagonista de Inventando a Anna, la serie éxito de Netflix producida por Shondaland, la productora de grandes éxitos como Grey’s Anatomy y Bridgerton.
Un nuevo inicio
“Tuve que prepararme y saber que soy lo suficientemente fuerte para perseverar a través de eso (el trabajo como actriz), y lo suficientemente racional como para darme cuenta de que una persona puede obtener cualquier papel, y eso no significa que sea personal. No significa que seas malo. Lo enfrenté desde un punto de vista mucho más saludable”, comentó sobre su nueva manera de enfrentar la carrera que tanto ama, y estamos felices de que la haya elegido nuevamente.
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