La historia de cómo mi suegra reclamó sus “derechos como abuela” para quitarme a mi bebé

Historias
hace 1 año

Todos conocemos una que otra historia de terror que involucra a una suegra, pero quizá pocas como la de esta joven madre, quien ha tenido que enfrentar a una muy insistente y entrometida. Tanto así que decidió publicar su caso en un grupo de manera anónima para pedir consejos. Muchos usuarios siguieron de cerca sus actualizaciones, desde cuando la suegra quiso adoptar al bebé hasta cuando reclamó sus derechos como abuela y, finalmente, cómo fue que inventó algo muy delicado para salirse con la suya.

¿Qué conflicto has tenido con tu suegra que quizá las ha distanciado inevitablemente?

Todo comenzó cuando descubrimos que estábamos embarazados, yo de 22 y mi esposo de 27, antes de casarnos. Debido a eso, decidimos posponer la boda. Nos casamos después de que el bebé nació. Sin embargo, esperamos hasta las nueve semanas de embarazo para comenzar a contárselo a amigos y a los familiares más cercanos.

En ese momento, mi suegra estaba muy molesta; ella es muy conservadora, por lo que tuvo muchas quejas hacia nosotros. Durante los primeros meses la ignoré. Fue fácil no verla, porque mi esposo no permitió ninguna visita durante mi embarazo, pues no quería correr ningún riesgo. Así que decidimos grabar un vídeo de nosotros anunciando el género y lo enviamos a todos a través de mensajes de texto, WhatsApp y correo electrónico.

Pero mi suegra estaba furiosa otra vez, porque no había sido ella quien había planeado la revelación de género. Tuvo una gran crisis.

Después de enterarse de que era un niño, nos acosó con un montón de preguntas indiscretas e incómodas. Mi esposo y yo tuvimos una larga discusión sobre esto y decidimos que el bebé escogerá su religión y tomará sus propias decisiones con respecto a su cuerpo, cuando tenga suficiente edad para entenderlo.

Entonces, mi suegra dijo que no reconocería a mi hijo como su nieto y que no quería tener nada que ver con él. Hasta ahí supe de ella, pero luego nació el bebé.

Entré en trabajo de parto prematuro a las 33 semanas, y el bebé nació a las 34 semanas a través de una cesárea de emergencia, después de que fallaran todos los esfuerzos de parto natural. Pero todo salió bien, por lo que anunciamos su nacimiento en el chat del grupo familiar.

Mi suegra tuvo otro colapso emocional porque no le avisamos que yo estaba en trabajo de parto y que ya iba a nacer el bebé. Anunciamos cómo se llamaría y ella lloró aún más cuando se dio cuenta de que no habíamos escogido el nombre de ningún otro familiar.

Mi suegra se presentó sin previo aviso en casa cuando llegamos del hospital. Mi esposo le pidió que se fuera, pero nos acosó sin parar hasta que finalmente la dejamos conocer al niño. Debo contar que le doy lactancia materna exclusiva, pero mi suegra odió no poder alimentarlo y tener que devolvérmelo cuando tenía hambre.

Un día me visitó de nuevo. Dejé que lo sostuviera mientras yo limpiaba rápidamente la cocina, pero cuando regresé a la habitación, allí estaba ella, alimentándolo con un biberón de fórmula que había llevado de forma clandestina, sin que yo lo supiera. Inmediatamente, tomé a mi hijo y llamé a la seguridad de nuestro condominio para que escoltaran a mi suegra fuera del lugar.

Mi esposo me ha apoyado en todo momento y ha cortado los lazos con su madre. Pero después del evento, fue su hermano quien nos molestó y trató de convencernos de que arregláramos la relación, porque ella “ya no podía hacer frente a la vida”.

Después de tantos problemas con mi suegra, ella me invitó a pasar un día de compras. Habíamos tenido tantos altibajos que realmente pensé que era su forma de buscar acercarnos y comenzar a reconstruir nuestra relación.

Nos sentamos en una cafetería. Apenas ordenamos unas bebidas, me preguntó quiénes eran los padrinos de mi bebé y a dónde iría él si algo nos sucediera a mi marido y a mí. Al principio pensé que solo estaba genuinamente preocupada, así que contesté con cortesía que aún no habíamos tomado una decisión porque había muchas cosas que debían tenerse en cuenta antes.

Antes de que pudiera terminar mi frase, me emboscó con el tema de adoptar a mi bebé para que hubiera “menos problemas y trámites” el día en que nos pasara algo. Yo estaba demasiado aturdida para hablar, por lo que me senté en silencio por un rato con mi mente acelerada.

¿Por qué estaba tan preocupada? Mi esposo y yo estamos perfectamente saludables y estables tanto financiera como físicamente, por lo que las posibilidades de que algo nos suceda a ambos son muy escasas. Solo le dije que no era de su incumbencia, pagué la cuenta sin siquiera tomarme mi café y me fui.

Llegué a casa y mi esposo estaba molesto porque su madre había estado insistiendo por teléfono, diciendo que yo le había negado todos y cada uno de los derechos para ver a mi bebé en el futuro y que había tratado de reconciliarse conmigo, pero que yo era un monstruo.

Dejé a mi esposo en casa mientras iba de compras para que ambos pudiéramos refrescarnos. Cuando regresé, le conté lo que realmente había sucedido. No dijo mucho después de que yo le contara todo, pero ignoró a su madre, a pesar de que ella quería venir para tener una reunión familiar en nuestra casa.

Mi esposo no creyó que fuese una buena idea, pero a mí, por otro lado, me hubiera encantado ponerla en su lugar y hacerle saber exactamente dónde se encuentra cuando se trata de mi bebé. Él envió a su madre un breve mensaje de texto en el que decía que no se realizaría ninguna reunión familiar. Ella lo llamó a los dos minutos y la bloqueamos tanto a ella como a mi suegro y a mi cuñado en todo para que nadie pudiera contactarnos.

Decidimos consultar con un abogado para averiguar exactamente cuáles son nuestros derechos y cuál sería la forma correcta de manejar las cosas de forma legal, pues mi suegra amenazó con llevarnos a la corte de familia para recibir visitas. Sin embargo, los derechos de los abuelos no son realmente un problema. Sobre todo si la parte que está demandando las visitas aún no tiene una relación segura establecida con el niño en cuestión.

Pasó un mes increíble, tranquilo, feliz y sin ningún drama por parte de mi suegra, hasta que un día mi esposo vio que su madre le había enviado un correo electrónico a la dirección del trabajo (su jefe tiene acceso a todo, pues es la computadora de la empresa). No pudo leerlo ni responderlo de inmediato, hasta que el Departamento de Recursos Humanos lo llamó.

Esta mujer dijo por correo electrónico que tenía una enfermedad terminal y que le gustaría “reunir a la familia mientras todavía está de pie”. ¡Mi esposo estaba furioso! Después de hablar con su padre, descubrió que su madre no había ido a un médico en todo un año y que, de hecho, se había sometido a una histerectomía completa el mismo día que había dado a luz a mi esposo por cesárea hacía casi 30 años.

Mi suegro se solidarizó con nosotros y nos dijo que está considerando separarse de ella, pues no le hizo nada de gracia que mintiera sobre un asunto delicado, sobre todo porque él sí ha perdido familia cercana por enfermedades terminales.

Vino a vivir con nosotros mientras busca otro sitio, pues solo aquí se siente a salvo de su propia esposa. Nosotros levantamos una orden de restricción contra ella para que no pueda ni siquiera acercarse por aquí. Pero deséenme suerte, ¡creo que la voy a necesitar!

Ten en cuenta: este artículo se actualizó en diciembre de 2022 para corregir el material de respaldo y las inexactitudes fácticas.
Imagen de portada BoyMom_1102 / Reddit

Comentarios

Recibir notificaciones

Lecturas relacionadas