Un español atravesó mar y tierra para reencontrarse con su niñera después de 45 años
A lo largo de nuestras vidas, conocemos a mucha gente que nos deja lecciones invaluables y nos marcan como individuos. Desafortunadamente, conforme vamos creciendo, se puede perder esa cercanía y, de pronto, le perdemos la pista a aquellas personas que en algún momento fueron tan cercanas.
Sabemos que los reencuentros reaniman el corazón y, por eso, Genial.guru quiere compartirte la historia de Juan Jonsson, quien viajó alrededor de 8817 kilómetros para intentar reencontrarse con la niñera que lo cuidó durante su infancia.
Juan Jonsson nació en Suecia, en Marzo de 1973. Ese mismo año, en septiembre u octubre, su familia se mudó a Cochabamba, donde habitaron hasta que él cumplió 6 años. En esa época, Ana Jiménez, quien en esa entonces tenía 31 años, ayudó a cuidar a Juan y a sus hermanos mientras sus padres cumplían con la labor que llevó a la familia a Bolivia.
“Yo me quedaba con Juanito, él tenía seis meses, era cariñoso. Después, cuando creció, corría para todos lados donde estaba yo. Le decía ’mi cholo sueco’ y él me decía ’mi nana’”, platicó Ana a otros medios.
En entrevista para Genial, Juan cuenta que la experiencia de haber crecido en Bolivia siempre ha sido parte de su personalidad. “Cada que me presento, siempre suelo empezar con que yo crecí en Bolivia, soy cochabambino, es parte de mi identidad como persona, ya que mis primeros años estaban ahí” comenta. Al pasar los años, la familia de Juan terminó regresando a Europa, donde posteriormente, él se estableció en Fuengirola, España.
Y fue en Europa que creció y se desarrolló como individuo, en una especie de “burbuja”, como él mismo lo define, ya que a pesar de que nunca perdió contacto con las raíces que definieron su identidad, tampoco había surgido la posibilidad de regresar a Latinoamérica. Sin embargo, aún mantenía los recuerdos gratos de su infancia. Juan comenta: “Ana siempre ha sido parte de nuestra vida porque siempre sale en todos los álbumes de fotos que tenemos de Bolivia”.
No fue sino hasta hace 4 o 5 años que surgió entonces la oportunidad de buscar a Ana. Pues fue en esa época que se dio la posibilidad de asistir a un congreso en Lima, Perú. “Cuando estaba ahí, cuando volví a Sudamérica, yo creo que había muchas cosas en mi alma que empezaron a activarse, yo vi que Perú estaba demasiado cerca de Bolivia”, explica. “Tenía dos días libres y tomé un avión a La Paz; en La Paz, tomé un autobús por medio de los Andes hasta Cochabamba”.
Cuando llegó a Cochabamba y recorrió diversos lugares de la ciudad que forjaron sus memorias de la infancia (como su antigua escuela o el mercado principal), surgió entonces el ánimo de encontrar a su niñera. “A raíz de este primer viaje que abrió muchas cosas en mi interior, inició esa necesidad que tengo, que era encontrarme con Ana”, nos platicó.
Tras un largo proceso, principalmente apoyado por los contactos de su madre y sus incansables preguntas para saber el paradero de su niñera, finalmente el señor Jonsson pudo localizarla en la ciudad de Yacuiba, un pueblo fronterizo entre Bolivia y Argentina. Gracias a los esfuerzos de su madre, Juan incluso pudo conseguir el teléfono de Daniel, el hijo de Ana, y posteriormente surgió la oportunidad de volver a Bolivia, esta vez con la gran meta de reencontrarse con su niñera.
Un amigo suyo tenía un proyecto que atender en Santa Cruz, aproximadamente a 544 kilómetros de Yacuiba, por lo cual Juan decidió unírsele y, junto con otros dos amigos, decidieron emprender el rumbo hacia el hogar de Ana durante la noche. “Llegamos a Yacuiba a las 6 de la mañana”, nos cuenta, “Daniel solamente le ha dicho a su madre que viene visita, pero nunca le ha dicho quién [...] y ya ahí se dio el reencuentro con ella”.
Casi como si hubiera sido el destino, el reencuentro con Ana fue muy fácil. De acuerdo con el señor Jonsson, la viralidad de esta historia se debe a una serie de grandes casualidades. En su opinión, fue casualidad haber encontrado no a uno, sino a tres amigos que le ayudaron a disfrutar el momento con Ana sin que él tuviese que grabarlo por sí mismo, y fue casualidad también que el video que publicó en TikTok se hiciera viral durante el mismo tiempo que duró su vuelo de regreso a casa.
Cuando le preguntamos lo que piensa del apoyo que millones de seguidores le han dado a su historia, nos comenta que aún le cuesta trabajo entender las redes sociales, sin embargo, dice: “Al final, me quedo con que [...] algo que me agrada es que es una historia que al final se trata de honrar y agradecer a alguien. Y honrar y agradecer a alguien mientras está viva. Y yo creo que con eso me quedo, que eso ha podido inspirar a la gente”.
¿Si pudieras reencontrarte con alguien que marcó tu infancia, qué te gustaría decirle? Déjanos tu comentario aquí abajo.