A primera vista no tienen nada en común, pero el amor les ha unido y eso es lo más importante
La historia de una madre soltera proveniente de una familia humilde que enamoró al príncipe heredero de Noruega
¿En dónde buscar a un verdadero príncipe? ¿En los grandes eventos de beneficencia, a donde acuden millonarios y celebridades de Hollywood? ¿En los eventos de etiqueta, en donde el acceso para los extraños está restringido? ¿En los grandes palcos de los teatros de ópera? No, allí no. ¿O en un escandaloso festival de música, en donde se organizan espectáculos poco en común con las ceremonias reales? Precisamente allí una chica de nombre Mette-Marit, de una familia sencilla, encontró su destino y a quien hoy en día se le debe llamar “Su Alteza Real”.
Genial.guru no sabe si nuestra heroína soñaba con convertirse en princesa cuando era niña, si tomó clases de vals o si echó un vistazo a los lujosos vestidos de famosos diseñadores. Pero lo que sí sabemos es que, a pesar de su ambiguo pasado, ella se convirtió en la esposa del príncipe heredero de Noruega.
La tormentosa juventud de la princesa
Mette-Marit en 1992.
Mette-Marit nació en 1973 en una ciudad de Noruega relativamente grande, Kristiansand. Después de 11 años, sus padres se divorciaron. Su padre, el periodista Sven Olaf Bjarne Høiby, se casó con una ex stripper. La chica y sus hermanos se quedaron a vivir junto con su madre y padrastro. Su papá los visitaba los fines de semana.
Ella recibió su educación en su ciudad natal. Posteriormente, con el paso de los años, Mette-Marit fue una estudiante de intercambio y vivió con una familia de acogida en Australia. Allí consiguió mostrar su mejor lado. Posteriormente, la chica recibió educación en la escuela catedralicia de Kristiansand, donde fue nombrada la madre de todos los grupos, ya que se preocupaba por los demás y demostró simpatía.
Pero, al parecer, tal vida religiosa pronto aburrió a la enérgica chica y se dirigió a la capital. Allí le llamaron la atención los clubes nocturnos y los chicos desinhibidos. A finales de 1995 y principios de 1996, comenzó una relación con uno galán noruega. Antes de conocer a Mette-Marit, él había sido detenido por posesión de sustancias prohibidas y pasó un corto período en prisión por conducir en estado de ebriedad y por asalto. Pero la relación concluyó pronto y la hermosa rubia terminó embarazada y sola.
No obstante, la chica decidió tener al bebé. Y así fue como Marius llegó a este mundo. Al mismo tiempo, la madre comenzó a estudiar en una modalidad a distancia y a trabajar como mesera en un restaurante.
Mette-Marit y Marius.
Encuentro con el príncipe Haakon
El primer encuentro con el príncipe heredero ocurrió cuando Mette-Marit aún estaba embarazada. Ellos se conocieron a través de amigos en común en el festival musical Quart, el evento más visitado en aquel tiempo con provocadores espectáculos al estilo de Marilyn Manson. No se sabe qué tan jóvenes eran cuando estaban interesados mutuamente, pero cuando se encontraron en el festival por segunda ocasión, ya tenían una relación.
En diciembre de 1999, algunos periódicos comunicaron que Mette-Marit y el príncipe Haakon eran pareja. Esto los obligó a pensar si su relación tendría futuro. Aproximadamente durante un año, los enamorados y el hijo de Mette-Marit, Marius, vivieron en un departamento en Oslo. Ellos escuchaban a sus DJs favoritos, acudían a bares y paseaban por las calles.
La escandalosa pareja anuncia su compromiso
Cuando Haakon le dijo a su padre, el rey Harald, sobre su intención de casarse con una inusual prometida, él, aunque no de inmediato, apoyó su elección. Sin duda, un gran papel en esto fue que el padre de Haakon se había casado con una mujer de ascendencia simple, Sonja Haraldsen, en 1968 y durante 9 años trató de obtener el permiso de sus padres para casarse con ella.
Pero la sociedad tomó la noticia del compromiso de manera negativa. Y si la información de que la novia del hijo del rey tenía un hijo fuera del matrimonio no avergonzaba a nadie (en Noruega, la mitad de los niños nacen en matrimonios no registrados), entonces los medios de comunicación arrojaron sobre ella una serie de dudas sobre la participación de Mette-Marit en dudosas fiestas.
La iglesia luterana delicadamente condenó a la joven pareja debido a su relación extramarital. Y tenemos que admitir que hubo una razón para esto, ya que cuando Haakon se convierta en rey, él también será el líder de la Iglesia, la cual está en contra del concubinato.
Una gravedad a la situación fue agregada por las revelaciones del padre de Mette-Marit. Él necesitaba dinero y, para ganar un poco, escribió unos artículos de contenido dudoso y provocador en revistas como Se og Hør. Estos comunicados no solo estropearon su relación con su hija, sino que también su reputación cayó aún más.
El padre de Mette-Marit, Sven Olaf Bjarne Høiby, con una cantante noruega de country.
Para tranquilizar a los noruegos, tres días antes de la boda, la pareja presentó una conferencia de prensa. Durante ella, Mette-Marit, con lágrimas en los ojos, reconoció que lamentaba su anterior vida tan disipada y esperaba el perdón. Su honestidad y sinceridad (que fueron las cualidades de la princesa que, al parecer, conquistaron al príncipe) llegaron al alma de las demás personas. Y Mette-Marit gradualmente consiguió ganarse la devoción de su nación.
Mette-Marit se casa
La pareja se casó en 2001 en la catedral de Oslo. La novia lloró durante toda la ceremonia. Al altar, contrariamente a la tradición, no la acompañó su padre, sino el mismo Haakon. El hijo de 4 años de Mette-Marit también estuvo presente en la ceremonia.
Más tarde, la pareja tuvo hijos, la princesa Ingrid Alexandra y el príncipe Sverre Magnus. Los cónyuges tratan con el mismo amor a los 3 hijos, aunque Marius, por supuesto, no puede reclamar el trono de Noruega. En 2004, para el bautizo de la pequeña princesa Ingrid Alexandra, fue invitado su abuelo Sven Olaf, así que la princesa y el padre periodista se reconciliaron. Lo único que ha sido un poco frustrante para la pareja es el diagnóstico en 2009 de fibrosis pulmonar de Mette-Marit, debido al cual tuvo que rechazar algunas visitas oficiales.
La princesa heredera Mette-Marit con el príncipe Haakon y sus hijos: Marius, la princesa Ingrid Alexandra y el pequeño príncipe Sverre Magnus.
La princesa heredera Mette-Marit y Estela de Suecia en el campeonato de esquí alpino, 2019. El príncipe heredero de Noruega es el padrino de la pequeña Estela.
Entonces, ¿en qué consiste el secreto de un matrimonio feliz? El príncipe Haakon conoció a una chica atractiva, a quien no le impresionaba que él fuera el príncipe heredero. Ella lo ama a él y no a su título, asimismo, él se siente cómodo y relajado al lado de su amada.
Incluso en la actualidad, la pareja sigue unida y feliz viviendo juntos. Simplemente míralos.
¿Qué otras historias con final feliz conoces? ¿Alguna vez le ha ocurrido algo mágico y emocionante a alguno de tus conocidos?
Comentarios
La casualidad fue la culpable de este romance
No creo que esta mujer imaginara que iba a acabar con un príncipe heredero
Tuvo que ser un escándalo para la familia real de Noruega
Lo bonito es que sea donde sea, aunque sea en la monarquía, triunfe el amor