Beyoncé y las duras pérdidas que vivió hasta la llegada de su hija arcoíris
Una de las situaciones más desgarradoras que una madre puede llegar a vivir es la pérdida de un hijo, sin importar en qué etapa suceda. Ilusionarse con la llegada de un pequeño sin llegar a conocerlo es una tragedia, pero muchas parejas deciden no rendirse y luchar por su sueño de convertirse en padres. Eso fue lo que hizo Beyoncé, quien convirtió el luto en esperanza tras la llegada de su bebé arcoíris.
Beyoncé saltó a la fama a finales de los años 90, cuando era la vocalista del grupo Destiny’s Child, compuesto por ella y dos amigas muy cercanas. Sin embargo, la cantautora alcanzó verdaderamente el éxito cuando comenzó su carrera en solitario. A inicios de los años 2000 ocurrieron dos de los eventos que marcaron su vida: su primer disco se convirtió en un éxito internacional y comenzó su romance con el rapero Jay-Z, el amor de su vida y actual esposo.
Aunque se conocieron en 1999, la chispa saltó en 2002, cuando grabaron su primer dueto. La pareja mantuvo su relación en privado y lejos de los reflectores, hasta que dos años después asistieron a su primera alfombra roja juntos.
El 4 de abril de 2008, la pareja contrajo matrimonio en una ceremonia secreta, y, poco después, los planes para aumentar la familia se pusieron en marcha. Sin embargo, la estrella y su esposo tuvieron que pasar por los momentos más dolorosos en su vida antes de cumplir su sueño de convertirse en padres.
Beyoncé dio a luz a su primera hija, Blue Ivy, en 2012. Desde ese momento, la pequeña se convirtió en el centro de su vida y la de su esposo. Sin embargo, la cantante confesó tiempo después que el camino hacia la maternidad había sido mucho más difícil de lo que el público había visto, y reveló que sufrió más de un aborto espontáneo.
En el documental autobiográfico La vida es solo un sueño, la también productora abrió su corazón para contar la dolorosa pérdida de su primer embarazo. Beyoncé relató que se sentía en las nubes de alegría por la vida que estaba creciendo en su vientre, e incluso admitió que había comenzado a escoger nombres junto a su esposo y familia.
“Me sentía muy maternal, incluso tenía visiones sobre cómo se vería mi hijo”, reveló la cantante. Beyoncé recuerda haber volado a Nueva York para su chequeo de rutina cuando los médicos le dieron la noticia más triste: el corazón de su bebé no latía. La estrella compartió que esta tragedia ha sido lo más difícil por lo que ha pasado en su vida.
Sin embargo, decidió seguir luchando, y la música resultó la mejor terapia para sanar su corazón roto y llorar la partida de su bebé. Beyoncé escribió la canción Heartbeat (“Latido”) en su memoria: “Supongo que el amor no fue suficiente para que sobreviviéramos, juro que lo intenté, tú te llevaste mi vida. Soy tan infeliz, no puedo respirar. Anhelo tu latido”.
Varios años después, en una entrevista, la cantante y empresaria confesó que la pérdida de su primer hijo no fue la única que sufrió. Beyoncé mencionó varios abortos espontáneos y reconoció que en lugar de dejarse vencer por la tristeza, comenzó a buscarle un significado más profundo a lo que le había sucedido.
“La vida comenzó a enseñarme lecciones que no sabía que necesitaba. El éxito me parece diferente ahora. Aprendí que todo dolor y pérdida son, de hecho, un regalo. Tener abortos espontáneos me enseñó que tenía que cuidarme a mí misma antes de poder ser madre de otra persona”, compartió.
Entonces llegó su bebé arcoíris, llenando su vida y la de Jay-Z de un nuevo propósito. “Morí y renací en mi relación, y la búsqueda de mí misma se hizo aún más fuerte. Me cuesta dar marcha atrás. Ser la ’número uno’ ya no es mi prioridad. Mi verdadera victoria es crear arte y un legado que vivirá mucho más allá de mí. Eso es gratificante”, continuó Beyoncé.
En 2017, la cantante volvió a convertirse en madre de un niño y una niña, los gemelos Rumi y Sir; sin embargo, una vez más, el camino no fue un lecho de rosas. Beyoncé explicó más tarde, en otro documental, que su embarazo fue extremadamente difícil. “Tenía la presión muy alta, desarrollé preeclampsia, y en el vientre, el latido de uno de mis bebés se detuvo varias veces, así que tuve una cesárea de emergencia”, reveló la cantante.
También confesó que el proceso de reconstruir su cuerpo tras dar a luz fue agotador y que había días en los que pensaba que nunca volvería a ser la misma de antes. Trabajó arduamente para recuperar su fuerza física y mental y regresar a los escenarios. Sin embargo, la estrella también compartió que después de convertirse en madre, su mente siempre se encuentra en casa, y dejar a sus pequeños representa un enorme sacrificio, como para cualquier otra mamá.
Beyoncé reconoció que a veces puede ser todo un reto encontrar el equilibrio entre la vida familiar y laboral. “Asegurarme de estar presente para mis hijos. Dejar a Blue en la escuela, llevar a Rumi y a Sir a sus actividades, hacer tiempo para tener citas con mi esposo y llegar a casa a tiempo para cenar con mi familia, todo mientras dirijo una empresa, puede ser desafiante. Hacer malabarismos con todos esos roles puede ser estresante, pero creo que así es la vida de cualquier madre trabajadora”.
Gracias a la maternidad, la cantante también aprendió a preocuparse menos por la opinión de los demás, y aseguró que si hace 15 años alguien le hubiera dicho lo bien que se sentiría con sus cambios y fluctuaciones de peso, no le hubiese creído. “Los niños y la madurez me han enseñado a valorarme más allá de mi apariencia física y entender realmente que soy más que suficiente, sin importar en qué etapa de la vida me encuentre”.
No cabe duda de que Beyoncé se ha convertido en un auténtico ejemplo de resiliencia, y su actitud ante las adversidades nos da la esperanza de que, si aprendemos a ver más allá de la tragedia, puede esperarnos un futuro más brillante.
¿Cuál ha sido el momento más difícil que has tenido que enfrentar en tu vida? ¿Cómo lograste superarlo y seguir adelante?