21 Tacaños que merecen el respeto de Don Cangrejo

Las relaciones familiares pueden ser muy complejas, y aunque pueda haber asperezas, siempre están llenas de cariño y buenas intenciones, en especial cuando las parejas de nuestros seres queridos intentan entablar lazos con nosotros. Pero, ¿qué sucede cuando no se respetan los límites que uno establece? Esta mujer nos cuenta su historia con su nuera, y el dilema en el que se encuentra por la situación.
“Esta situación trata, principalmente, de mi nuera, Kat. Cuando era niña, su mamá la abandonó y tuvo que ir a un hogar de acogida. Mi hijo me ha dicho que ella ha estado viendo a un terapeuta.
Mi problema con Kat es que no ha respetado mis límites. Es una persona muy intensa y se niega a llamarme por mi nombre, solo me dice “Mamá”. Siempre la corrijo porque no me siento cómoda con que me llame así, y prefiero que use mi nombre.
También me ha hecho preguntas inapropiadas en varias ocasiones, sobre todo preguntando por qué no tengo una relación cercana con mi propia madre. (Mi madre fue una persona difícil). Kat sigue insistiendo en obtener detalles y cree que debería acercarme más a ella porque “la familia se mantiene unida”. Básicamente, me dice que perdone a mi mamá y no entiende que alguien no tenga una buena relación con sus padres. Le he dicho varias veces que deje de hablar del tema, pero ella se niega. Por todo esto, no me agrada mucho.
He hablado con mi hijo al respecto y me ha pedido paciencia. También he hablado con Kat varias veces y le he pedido que respete mis límites. Ella siempre dice que lo hará, pero luego vuelve a ignorarlos.
Aquí es donde siento que pude haber actuado mal: Mi hija Sam (20) y yo haremos un viaje de fin de semana. Sam tiene un problema de salud y necesita ver a un especialista en otro estado. Ella todavía no le ha dicho nada a la familia sobre este tema, pero planea hacerlo cuando tenga un plan definido.
De alguna manera, Kat se enteró del viaje y me llamó preguntándome por qué no la había invitado. Le expliqué que era un viaje importante y no de placer. Ella me acusó de mentir, afirmando que era un viaje de “madre e hija” del que la habían excluido. Le repetí que no era un viaje de chicas. Ella no lo aceptó y empezó a exigir venir, diciendo que era mi hija y que tenía que estar ahí. Le dije que no otra vez. Ella siguió insistiendo, diciendo que yo era su “mamá” y que tenía que venir a este viaje porque era su “hija”. Fue entonces cuando perdí la paciencia. Le dije que nunca sería su madre. Que el hecho de que se haya casado con mi hijo no me convierte en su madre. Le pedí que me dejara tranquila y que, aunque fuera un viaje de madre e hija, ella tampoco estaría invitada porque no es mi hija. Después de eso, le colgué.
Mi hijo dice que debo disculparme e invitarla, que fui muy dura con ella, que me excedí y que debo compensarla. La situación se ha extendido al resto de la familia y cada uno tiene su propia opinión. Sam también está recibiendo críticas, lo cual no ayuda, especialmente porque no quiere revelar el motivo del viaje todavía.
¿Estoy siendo egoísta y debería disculparme, a pesar de que esos son mis verdaderos sentimientos sobre su intento de convertirme en su madre?"
En general, las personas que leyeron esta historia compartieron su opinión defendiendo a la mujer. La vasta mayoría están de acuerdo con que la que estuvo mal fue Kat, al no respetar los límites que la mujer estableció y al intentar imponer en ella una relación de madre-hija. Sin embargo, los enfoques de las opiniones no son siempre los mismos. Algunas personas ponen la culpa en el esposo de Kat, el hijo de la mujer, por no intervenir o por permitir que esta situación se haya salido de control. Otros, aunque le dan la razón a la mujer, también dicen sentirse mal por Kat, pues al final ella tiene un trauma que no ha superado y esperan que pueda salir adelante con su situación.
Acá te dejamos algunos de los comentarios:
La historia de esta mujer y su nuera nos recuerda que no todas las relaciones familiares están destinadas a ser cercanas. Y no hay nada de malo con eso. En ocasiones, es mejor aceptar que no vamos a encajar con alguien de la manera en que nos gustaría. Sin duda es mucho más sano que forzar un vínculo que por una u otra razón nunca va a fluir. Como siempre, lo más importante es que haya límites, respeto mutuo y la madurez para no convertir las diferencias en un conflicto innecesario.
¿Tú qué opinas? ¿Crees que la mujer hizo bien o que debería disculparse? Lee la historia y cuéntanos de qué lado estás tú.