18 Personas que fueron a España y se quedaron con el ojo cuadrado

Muchos abuelos sienten la presión de agasajar a sus nietos con regalos costosos, sobre todo en cumpleaños y ocasiones especiales. En un mundo donde lo material parece tener más peso que nunca, mantener valores simples como el esfuerzo y la intención puede ser todo un desafío. Pero no todos creen que el amor deba venir con una etiqueta de precio. Recientemente, recibimos la carta de una abuela que decidió tomar otro camino—y su historia desató reacciones muy intensas.
Querido Genial:
Para el cumpleaños número 12 de mi nieto decidí no gastar de más. Le tejí un suéter. Tengo los recursos para comprarle cualquier cosa que quisiera, pero también creo que no debemos malcriar a los niños.
Asistí a su gran fiesta y, como era de esperarse, todos llevaron regalos costosos. Cuando llegó el momento de abrir el mío, mi hijo se puso pálido al ver que su hijo sacaba el suéter frente a todos.
Pero la verdadera sorpresa llegó al día siguiente, cuando mi nuera me llamó. Me dijo: “¡Te va a encantar la sorpresa que tengo para ti! ¡Te invitamos a cenar esta noche!”
Fui a su casa a las 8:00 p.m. Entré y me quedé helada. Toda la casa estaba cubierta de estambre—de todos los colores imaginables. Había ovillos por todas partes: en la mesa, los sillones, el suelo. ¡Parecía que había comprado más de cien!
Entonces mi nuera se volvió hacia mí y me dijo: “Como parece que te gusta tanto tejer, pensé que esto podría ser un lindo regalo para ti.”
Estaba furiosa. Sé que a ella no le pareció adecuado mi regalo, pero esto ya era demasiado. Todavía me siento perturbada por todo esto.
¿Tienen algún consejo para mí?
Atentamente,
Stella
¡Hola, Stella!
Gracias por compartir tu historia. Aquí tienes cuatro consejos, cada uno enfocado en un aspecto distinto de la situación:
Si esto te dolió profundamente, considera tener una conversación privada y tranquila con tu nuera. Reconoce el gesto, pero exprésale cómo te hizo sentir.
Podrías decir algo como: “Sé que lo hiciste con la intención de darme un regalo, pero verme rodeada de tanto estambre —después de haberle puesto tanto cariño al suéter— me hizo sentir vulnerada en lugar de apreciada.” Este tipo de diálogo abre un espacio para la sinceridad sin generar más conflicto.
Aunque sospeches que hubo burla, puedes optar por recibir el estambre como un regalo genuino. Tómalo literalmente —como una muestra para que sigas con tu arte— y úsalo para tejer más suéteres, quizá uno para el próximo cumpleaños de tu nieto.
Esto le da la vuelta a la situación y reafirma que tu labor es valiosa y hecha con amor, no motivo de risa.
La reacción de tu hijo —ponerse pálido en la fiesta— podría indicar que ya esperaba una reacción negativa de su esposa. Una conversación sincera con él podría ayudarte a comprender si lo que ocurrió refleja problemas más profundos.
Con eso, podrás decidir si vale la pena abordar el tema de nuevo o dejarlo pasar, dependiendo de si él puede o quiere apoyarte.
Si sientes que esta situación cruzó un límite, está bien que tomes cierta distancia emocional. No necesitas esforzarte por agradar o impresionar a tu nuera. Puedes seguir yendo a eventos familiares y demostrando amor a tu nieto, pero sin sentir la presión de “probar tu valor” con regalos.
Esta actitud protege tu tranquilidad y deja claro, sin confrontaciones, que tu presencia y seguridad hablan por sí solas.
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