Le pedí a mi suegro que respetara mi hogar y solo demostró que la edad no da madurez

Historias
hace 1 día

¿Alguna vez has estado en una situación en la que algún familiar te falta al respeto, pero no dices nada con el afán de mantener la paz? La realidad es que son muchos los que han estado en circunstancias como esa, sobre todo porque poner límites en los vínculos familiares, para algunos, se puede sentir como una ofensa. Aunque, decidir hacerlo, es indudablemente un acto de autocuidado.

Esta es la historia de una mujer que se cansó de que su suegro no respetara su hogar y el día que ella se cansó y quiso poner un límite, él reaccionó de la peor manera.

"Mi suegro adoptó a mi esposo cuando era un bebé, sin embargo, él nunca ha estado muy presente en nuestras vidas. Basta con decir que vive a unas cinco horas de distancia de nosotros y nunca nos llama ni envía mensajes para saber cómo estamos o para apoyarnos con su nieta.

Aunque, francamente, ni siquiera se le puede llamar abuelo porque nunca está presente, por lo que ella ni lo conoce.

Pese a que cada dos semanas viene a la ciudad, las últimas dos veces no hizo el intento de ponerse en contacto conmigo o de ver a mi hija. Usualmente solo viene si la madre de mi esposo está aquí.

Ellos se divorciaron hace algunos años, pero él viene a verla a mi casa porque no tiene permitido acercarse a la casa donde vive ella pues ya tiene una nueva pareja. Esto no es nuevo, y ha ocurrido en diversas ocasiones.

Una tarde, le envié un mensaje a mi suegra para pedirle que cuidara de mi hija mientras yo iba al supermercado a hacer un par de compras rápidas. Como un día antes ella se había ido a vacunar, no quise que saliera de casa, pues sabía que no estaba de muy buen humor.

A continuación, algo de no creerse ocurrió. Tan solo habían pasado cinco minutos de haberme ido cuando vi desde mi cámara de seguridad a mi suegro y mis dos cuñados se acercaron a la entrada de mi casa.

Le escribí a mi suegra y a mi cuñado y les pedí que esperaran a que yo estuviera de vuelta.

Para empezar, estaba embarazada de seis meses, tenía solo unos minutos desde que había salido de casa y necesitaba que alguien cuidara de mi hija, pues estaba en entrenamiento para poder ir al baño sola, así que al volver, no dudé en establecer un límite de inmediato.

Miré al padre de mi esposo y directamente le dije: “Si quieres venir a mi casa, tienes que comunicarte conmigo, no con mi suegra, no con mi cuñado, no con nadie más. Este es mi hogar y mi hija”.

No creo haber sido grosera, no grité, no dije malas palabras, ni hice nada irrespetuoso. Considerando que es mi casa y mi hija, esos límites deben establecerse.

Después de haber confrontado a mi suegro, él trató de excusarse diciendo que no tenía mi número de teléfono, y luego simplemente se fue de la casa como un niño y fue a contarle a una amiga suya todo lo que había pasado. Más tarde, ella me escribió para pedirme que le pagara los 40 dólares que supuestamente le debía al padre de mi esposo.

No entendía por qué estaba tan molesto y por qué estaba actuando de forma infantil, si yo solo estaba estableciendo límites en mi hogar y para proteger a mi hija.

Ese mismo día, por la noche, mi esposo recibió un mensaje de él en el que le pedía que borrara su número y le deseaba que tuviera una buena vida. No quería volver a saber de nosotros porque nunca se había sentido tan poco respetado.

Me pregunté: ¿soy yo la mala del cuento? Realmente no sé cómo sentirme. No siento haber sido tan brusca, y él simplemente prefirió no escuchar e irse. Ni siquiera pudo aceptar mis límites como un adulto y ahora ha decidido que ya no será parte de nuestras vidas. Mi esposo y yo estamos verdaderamente conmocionados".

¿Cómo establecer límites con tu familia?

En ocasiones los vínculos con algunos familiares pueden ser emocionalmente desgastantes, pues no se respetan las necesidades y límites propios, y aunque estos son esenciales para proteger nuestro bienestar y mantener relaciones más saludables, aprender a expresarlos de forma asertiva es igual de importante. A continuación, te presentamos una guía clara y práctica para lograrlo:

  • Reconoce tus emociones y necesidades: Identifica qué es lo que te está afectando y de qué forma con preguntas como ¿Qué me hace sentir incómodo o estresado? ¿Qué necesito para sentirme en paz y respetado?
  • Define con claridad qué límites necesitas: Una vez que hayas localizado qué te afecta y cómo, puedes identificar qué comportamientos no toleras y qué esperas que cambie poniendo un límite.
  • Usa un lenguaje asertivo y directo: El lenguaje asertivo es claro y directo, por ejemplo: “No me gusta cuando vienes a mi casa sin avisar. Me gustaría que antes de venir, me preguntes si estoy disponible para recibirte”. Es importante ser firme, pero también amable y respetuoso.
  • Establece consecuencias realistas: Las consecuencias deben ser claras, firmes y sostenibles, pues si es algo que no cumples, la otra persona sabrá que puede cruzar un límite tuyo sin repercusiones. Esta es una forma de protegerte a ti mismo.

No cabe duda que establecer límites entre familiares no solo es incómodo y verdaderamente retador, sin embargo, es un poderoso mecanismo de autocuidado. No se trata de alejarse o de romper vínculos necesariamente, sino de crear un espacio en el que puedas ser tú mismo y sentirte respetado. No obstante, como en la historia, la forma en la que comunicamos lo que necesitamos también juega un papel importante que nos recuerda que la asertividad es una herramienta que siempre podemos practicar.

En el lugar de la chica, ¿tú cómo habrías manejado una situación así?

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