Le sustraen sus pertenencias a un turista y mendiga por 2 meses hasta ser encontrado
Muchas veces nuestros viajes son un semillero de buenos recuerdos y anécdotas que contar a nuestro regreso, aunque, en ocasiones, podemos tener malas experiencias como la pérdida del equipaje o un encuentro no deseado. Algo similar le pasó a un ciudadano francés, quien se convirtió en indigente por más de dos meses en un país extranjero, pero cuya historia terminó teniendo un final feliz.
Virgile Chalumeau y Fabien Chaustier son dos ciudadanos franceses que se conocieron cuando eran niños, momento en que nació una fuerte amistad entre ellos. Varios años después, cuando Fabien se mudó a un pueblito en la selva amazónica de Perú, Virgile, de 46 años, se animó a visitarlo en dos ocasiones. Mientras estaba en estos viajes, también aprovechaba para hacer turismo y maravillarse con los paisajes y costumbres del país que había acogido a su amigo.
Sin embargo, durante su segunda estadía en el Perú, al salir del hotel en el que se hospedaba, sufrió un asalto en el que le quitaron todas sus pertenencias, incluyendo su pasaporte, dinero, tarjetas de crédito y débito, así como su teléfono celular. Lamentablemente, los malhechores lo dejaron totalmente incomunicado y sin la posibilidad de hablar con su amigo o su familia y contarles lo que le había sucedido. Según indicó, acudió a una estación de policía, donde la barrera del idioma le jugó en contra, impidiéndole poder presentar una denuncia.
Es así como el viajero empezó a deambular por las calles, sin saber qué hacer o a quién recurrir para poder regresar a su país. Con el pasar de los días, su ropa y su cuerpo fueron ensuciándose, dándole el aspecto de un indigente. Al cabo de dos meses, en Tarapoto, la ciudad donde se encontraba, empezó a llamar la atención de un extranjero que deambulaba por las calles, aparentemente perdido.
El francés caminaba por distintas calles del centro de la ciudad, pidiéndole a las personas que encontraba, una limosna o colaboración para poder tomar alimentos ese día. Por las noches, una de las aceras cercanas a un parque le servían de cama, si es que se puede llamar de esa forma.
Un medio local se interesó por el personaje, por lo que decidieron ir a buscarlo y hacer un informe sobre él, para ver si, de esta forma, lo ayudaban a encontrar su camino de vuelta a casa. El equipo de prensa lo buscó en los sitios por donde acostumbraba a pasar el día y lo entrevistó. Virgile les contó cómo que había llegado a esa parte del Perú, para visitar a un amigo suyo, y lo que había vivido después del robo que sufrió.
Cuando la nota periodística salió al aire en el noticiero local, Fabien, quien estaba muy preocupado porque no tenía noticias de su compatriota desde hace más de dos meses, lo reconoció. Inmediatamente, se comunicó con el equipo de producción e hizo los arreglos para ir a buscar a su amigo. Además, manifestó que la madre de Fabien también estaba buscándolo y que, incluso, le enviaba dinero para que pueda subsistir en Perú, el cual no podía ser cobrado porque él no contaba con ningún documento o identificación.
Finalmente, ambos amigos se reencontraron. Virgile estaba sentado, alimentándose con algo de comida que le había donado una familia, al compadecerse de su situación. El momento, como era de esperarse, estuvo cargado de alegría, lágrimas y emoción, especialmente por parte de Virgile, quien no pudo evitar llorar al ver a su amigo de la infancia. De inmediato, tomó prestado su celular para llamar a su madre, quien se encuentra en Francia.
Luego de eso, ambos amigos acordaron hacer las coordinaciones necesarias con la embajada de Francia en Lima para tramitar su pasaporte y documentos personales necesarios para viajar de vuelta a su país de origen. Asimismo, agradeció al medio de comunicación local que hizo posible el fin de su lamentable situación, para, después, ser trasladado a un hospital, donde le curaron las heridas en piernas y pies, como consecuencia de todo lo que había vivido.