10+ Historias reales con giros más disparatados que un thriller de Hollywood

En las bodas, pocas frases son tan conocidas como el famoso “habla ahora o calla para siempre”. Aunque hoy lo asociamos con dramas de película o escenas de telenovela, esta declaración tiene raíces mucho más prácticas y menos escandalosas de lo que parece. Pero, ¿qué pasa cuando alguien realmente se atreve a levantarse y protestar? ¿Es un acto romántico, un desastre anunciado o simplemente un recuerdo de tiempos pasados?
La tradición en sí fue introducida por la Iglesia Católica y se remonta al siglo XII. En aquella época, era una forma real de garantizar la legalidad de una unión antes de hacerla oficial. El matrimonio previsto se anunciaba públicamente antes de la fecha, para que la comunidad tuviera tiempo suficiente de acudir con cualquier información.
Los motivos de objeción podían ser cosas como estar ya casado con otra persona, votos preexistentes de celibato o compromiso con la iglesia, ser menor de edad sin consentimiento paterno, o tener parentesco cercano.
Hoy en día, cualquier obstáculo legal al matrimonio se comprueba debidamente antes de la ceremonia propiamente dicha. Sin embargo, en Nueva Zelanda, por ejemplo, todavía se puede presentar una notificación de objeción a la boda de alguien si se cree que hay razones legales para que alguien no se case.
Puede que la razón por la que alguien quiera interrumpir la boda no sea el deseo de revelar algo importante, sino expresar su resentimiento por todo el asunto. Por supuesto, cuando 2 adultos están tan seguros de su elección que han decidido casarse, nadie, ni siquiera alguien muy cercano, podría afectarles. Lo único que puede pasar es que su relación se resienta. Y aquí hay algunas historias reales al respecto:
Alguien podría aprovechar esta ocasión para darle un toque picante a la ceremonia y hacerla aún más inolvidable. En realidad, esto depende mucho del sentido del humor de los recién casados. He aquí algunos ejemplos de testigos:
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la gente está tan entusiasmada con su ceremonia que prefiere ni siquiera prestar atención a los gritos de alguien. Y eso suena bastante razonable, echa un vistazo: