Los usuarios de la red compartieron casos de la vida real, cuya probabilidad de que ocurran suele ser cero

¿Alguna vez saliste de casa y te diste cuenta muy tarde de que no traías tus audífonos? Tal vez se quedaron sin batería, o quizá simplemente te gustaría poder escuchar algo sin tener que cargar un accesorio extra. Si es el caso, entonces tenemos buenas noticias para ti, pues científicos del campo de la acústica han desarrollado “enclaves audibles”, los cuales permitirán al usuario escuchar un sonido sin que la gente a su alrededor pueda percibirlo. Con la promesa de revolucionar el mundo del sonido, y el sonido del mundo, aquí te contamos todo lo que sabemos sobre esta nueva tecnología.
Científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania publicaron un estudio donde comparten los resultados de su investigación, la cual se centra alrededor de los enclaves auditivos. Pero, ¿qué son exactamente?
Se trata de burbujas de sonido que aíslan el ruido de tal forma que solo la persona a la que está dirigido puede escucharlo. Sin importar si hay más personas a su alrededor, o incluso si hay alguien más directamente frente a la fuente del sonido, nadie más puede escuchar el sonido dentro de un enclave.
Además, las ondas de sonido empleadas en los enclaves audibles, ondas ultrasónicas, pueden doblarse para esquivar obstáculos. Por eso, no importa si el oyente está en medio de una multitud, pues el sonido viaja por el aire y solo puede ser escuchado una vez que alcanza su objetivo.
Para entender la ciencia detrás de los enclaves audibles, primero tenemos que saber un poco más sobre el sonido. El sonido es una vibración que viaja por el aire mediante ondas, las cuales se forman cuando un objeto se mueve de un lado al otro. La frecuencia de las vibraciones determina el tono; los ruidos graves se deben a una frecuencia menor y los agudos, a una mayor.
Ahora, controlar a dónde va el sonido es difícil por el fenómeno conocido como difracción, el cual se refiere a la tendencia de las ondas sonoras a dispersarse, sobre todo aquellas que corresponden a los sonidos graves. Controlar la dirección de estos sonidos es casi imposible.
Para lograr transmitir el sonido a una sola persona, los científicos combinaron la tecnología de las ondas ultrasónicas con el concepto de la acústica no lineal.
Las ondas ultrasónicas son aquellas con una frecuencia mayor a la que es comúnmente percibida por los humanos, y son las mismas que se usan para escáneres médicos. Estas ondas viajan por el aire como cualquier otra, pero nadie las puede escuchar. Esto las hace especialmente útiles al momento de transportar el sonido deseado.
Al usar dos haces de ultrasonido a frecuencias diferentes, el sonido que emiten es completamente silencioso. Pero cuando las ondas de sonido encuentran en el espacio, producen una nueva onda sonora a una frecuencia que solo escuchará el sujeto deseado. Además, al usar materiales especiales que manipulan las ondas sonoras, los científicos lograron controlar el camino específico de estos sonidos, esquivando obstáculos para llegar al objetivo con precisión.
Para probar sus avances, los científicos utilizaron un maniquí con micrófonos en los oídos para imitar lo que un ser humano escucha mientras el sonido viaja a su alrededor. También usaron un tercer micrófono para escanear la intersección de las ondas de sonido. De esta forma, comprobaron que el sonido solo fue audible en el punto de intersección, donde se crea el enclave audible.
Este experimento se realizó en un ambiente neutro, lo que podría indicar que este sistema podría funcionar en casi cualquier lugar: salones, oficinas, autos y, quizá, en áreas abiertas y espacios públicos. Aunque, de momento, solo pueden hacer que el sonido viaje desde una distancia de un metro con un volumen de 60 decibeles, equivalentes al ruido de una conversación normal.
De acuerdo con ellos, lo que crearon son “audífonos virtuales”, una forma de escuchar el sonido sin incomodar a los demás y sin la necesidad de un aparato físico.
Las aplicaciones de los enclaves audibles van desde lo privado a lo público. Con ellos, podrías escuchar música o podcasts sin necesitar audífonos, ya sea en un espacio público o mientras vas de copiloto en el auto.
También podrían ayudar a crear experiencias personalizadas, por ejemplo, en un museo o en una fiesta. Otra opción es que permitirían tener conversaciones completamente privadas lejos del oído de los demás.
Y por si eso fuera poco, también podrían adaptarse para bloquear el ruido. De esta forma, podríamos tener bibliotecas donde el silencio sea el rey del lugar, e incluso reducir la contaminación auditiva en las grandes metrópolis.
Esta nueva tecnología todavía tiene un largo camino que transitar antes de que pueda llegar a nuestras manos. Pero, mientras tanto, podemos comenzar a pensar en todas las ventajas que tendría. Y tú, ¿cómo te imaginas que sería el mundo si todos tuvieran sus propios audífonos dentro de su cabeza?