Los primeros septillizos del mundo cumplen 26 años y su madre comparte la emotiva experiencia de criarlos sola
Los médicos estaban convencidos de que este acontecimiento extraordinario nunca llegaría a producirse. Los riesgos asociados a un embarazo múltiple parecían insuperables. Sin embargo, Bobbi McCaughey desafió todos los pronósticos dando a luz a septillizos y criando a cada uno de ellos a pesar de las pesimistas previsiones. Estos siete hermanos, los primeros septillizos del mundo, cumplirán 26 años en noviembre de 2023.
Los científicos dudaban que Bobbi pudiera tener septillizos
La familia McCaughey, formada por Kenny, de 27 años, y Bobbi, de 29, parecía un típico hogar estadounidense. Ya tenían una hija, Mikayla, pero deseaban ampliar la familia. No sabían que necesitarían ayuda para concebir. Durante el proceso de tratamiento de fertilidad, se advirtió a la pareja de la posibilidad de un embarazo “múltiple”. Bobbi, mentalmente preparada para tener dos hijos más, pronto descubrió que su estimación distaba mucho de la realidad.
Kenny recuerda vívidamente el día en que telefoneó a su mujer, esperando ansiosamente noticias de su ecografía. A Bobbi le temblaba la voz cuando le preguntó por el número de fetos. Su respuesta, “7”, les dejó a los dos incrédulos, con la mente desbocada pensando en cómo mantener a esta inesperada prole.
Los bebés nacieron con la asistencia de 40 expertos
Los expertos estimaban que, incluso en el caso de trillizos, las probabilidades de tener un hijo sano, sin problemas neurológicos ni fisiológicos, eran solo del 50 %: casi la mitad de los embarazos múltiples acababan en aborto.
Los especialistas en embarazos de alto riesgo siguieron de cerca la evolución de Bobbi durante todo el embarazo. A pesar de su constante preocupación, nada salió mal. Bobbi se mantuvo sorprendentemente sana, incluso con una barriga de 7 kilos.
Los septillizos nacieron nueve semanas antes de tiempo en un centro médico de Iowa. Un equipo de 40 expertos atendió su parto, incluidos perinatólogos, neonatólogos, terapeutas respiratorios, enfermeras y anestesistas.
La hermana de Bobbi tuvo que posponer sus estudios universitarios para ayudar a cuidar de los bebés
Los siete bebés no solo sobrevivieron, sino que prosperaron, aunque permanecieron en el hospital aproximadamente dos meses después de nacer. Una vez dada de alta, Bobbi se enfrentó a la monumental tarea de cuidar de sus septillizos, que requerían 42 biberones de comida y 52 pañales diarios. Al principio, los familiares le proporcionaron una ayuda y un apoyo inestimables.
No todo el mundo ofreció un apoyo incondicional; por cada diez cartas alentadoras, había al menos una misiva crítica que acusaba a la familia de explotar los recursos y caer en la extravagancia. Algunos incluso se presentaron en su puerta con la esperanza de retener a los septillizos. Sin embargo, la familia McCaughey persistió en llevar una vida normal bajo la mirada implacable de los medios de comunicación y un intenso escrutinio.
Dos septillizos nacieron con parálisis cerebral y fueron sometidos a múltiples intervenciones quirúrgicas para que pudieran caminar sin ayuda. Sorprendentemente, uno de los hermanos, Alexis, incluso participó en un concurso de belleza para niños con necesidades especiales.
A medida que los niños crecían, voluntarios y niñeras aligeraban la carga. Con el tiempo, Bobbi volvió gradualmente a trabajar a tiempo parcial mientras Kenny continuaba su empleo en una fábrica de pintura de construcciones metálicas.
A medida que crecían, contribuían a realizar las tareas domésticas
Cuando los septillizos maduraron, empezaron a ayudar a su madre en las tareas domésticas. “Las niñas ayudan mucho en la cocina. Les gusta cocinar, ¡y suele ser comestible! Su padre recalca a los chicos la importancia del trabajo duro, ya sea rastrillar hojas o lavar el coche, siempre hay algo que pueden hacer”.
Cuando los niños cumplieron 10 años, la familia consumía unas cuatro barras de pan, 11 litros de leche y seis paquetes de cereales a la semana. Bobbi aprendió a planificar y comprar la comida con antelación para economizar. La vida diaria de una familia de diez miembros giraba en torno a una rutina interminable. En consecuencia, el hogar de los McCaughey contaba con dos hornos, microondas, lavavajillas, lavadoras y secadoras, y una parcela en el patio trasero para cultivar verduras.
Estos hermanos crecieron con una fuerte ética de trabajo, impoluta por sus singulares circunstancias. Sobresalieron académicamente y practicaron varios deportes. Kelsey, Natalie, Alexis, Nathan y Joel asistieron a la Universidad de Hannibal-Lagrange, mientras que Kenny cursó estudios superiores y Brandon se embarcó en una carrera militar al tiempo que se preparaba para el matrimonio.
Sus campos de estudio abarcaban desde las relaciones públicas, la educación preescolar y los deportes hasta la informática. Kenneth obtuvo su diploma de comercio en construcción.
El padre estaba abrumado y se fue
En un giro del destino, su esposo tomó la difícil decisión de marcharse, abrumado por las exigencias del cuidado de los septillizos y los gastos asociados. Como resultado, Bobbi se encontró criando a sus siete hijos como madre soltera.
Reflexionando sobre su viaje durante una entrevista con Pronto, en noviembre de 2022, Bobbi compartió los retos de que sus hijos crecieran independientes después de 25 años de dependencia. “Es difícil cuando ya no te necesitan tanto”, confesó.
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