20+ Preguntas infantiles que tocaron fibras muy sensibles en el salón de clases

Desde hace tiempo una usuaria de Reddit buscaba la chispa de aventura que encendiera su vida: salidas al aire libre, acampar bajo las estrellas o escalar montañas. Pero ahora, ese crecimiento personal choca con el prejuicio doméstico: los comentarios sobre sus nuevos hábitos saludables pueden doler más de lo esperado. Cuando el apoyo familiar se convierte en desdén, dar un paso atrás es un acto de amor propio, porque no siempre romper con algunas expectativas es ser distante, sino valorar tu bienestar.
La historia en Reddit comienza así:
Soy una mujer de 22 años. Mi familia generalmente se lleva muy bien, hasta hace poco que empecé a salir con mi novio, de 23 años y, desde entonces, he podido hacer cosas que siempre quise hacer pero nunca tuve con quién.
Siempre me ha gustado mucho estar al aire libre, lo cual contrasta con mi familia introvertida, y desde que conocí a mi ahora novio, he estado escalando montañas, acampando, viendo lluvias de meteoritos y estrellas fugaces, etc. Básicamente, he podido hacer todas las cosas que siempre quise empezar a hacer y me encanta.
Continúa:
A mi mamá, una mujer de 54 años, no le gusta mi novio. Piensa que nuestra relación se puso seria demasiado rápido, cuando en realidad ambos básicamente tomamos todas las decisiones importantes de la vida rápidamente porque ninguno de los dos quería perder el tiempo en una relación que no duraría. Hablamos de matrimonio, de cómo queríamos vivir, dónde queríamos vivir, si queríamos tener hijos, cuántos hijos queríamos, etc. El tipo de decisiones importantes que pueden romper relaciones. Estuvimos de acuerdo en todo y yo estaba muy feliz. Por supuesto, todavía somos conscientes de que tal vez no estemos juntos para siempre, pero nos complementamos muy bien, tenemos opiniones muy similares y ambos queremos estar involucrados en la vida y pasatiempos del otro.
Lo que quiero decir es que nos esforzamos mucho el uno por el otro y ambos somos muy felices. Sin embargo, a mi mamá simplemente no le gusta, creo que es porque estoy fuera de casa mucho más de lo que estaba antes y también pienso que hay una capa subyacente de celos (le había pedido el año anterior que empezara a caminar por las colinas conmigo después de que me compré unos zapatos especiales para hacerlo y ella nunca se esforzó por unirse a mí, ni siquiera se compró botas de montaña a pesar de que tenía el dinero). Así que tuvo su oportunidad de hacer cosas conmigo y eligió no hacerlo. A menudo salgo a almorzar con ella, pero no hace conmigo las cosas que disfruto.
Pero eso no es todo:
Mi mamá es el tipo de persona que quiere que todos sepan lo genial que somos como familia: hace publicaciones en Facebook, grandes reuniones familiares, etc. Estoy bien con eso, no me importa ser parte de los eventos familiares. Recientemente, sin embargo, he decidido moderar lo que mi cuerpo consume a menos que sea una gran ocasión (Navidad, cumpleaños, celebraciones, etc.). Me he dado cuenta de lo poco saludable que éramos como familia y por eso he decidido hacerlo.
Esto ha causado mucho drama en mi casa. Cada vez que me niego amablemente a consumir algo que me ofrecen, me encuentro con respuestas como “oh, su cuerpo es su templo hoy” o “simplemente está siendo aburrida como de costumbre”, principalmente de mi mamá y mi hermana, que tiene 19 años. Ignoro estos comentarios, pero obviamente todavía me duelen. En los últimos meses he estado tomando decisiones más saludables para mí, ya sea comiendo mejor o siendo más activa, pero ellas me han hecho sentir culpable por mis decisiones.
Y finaliza:
Generalmente mantengo la paz muy bien y evito las discusiones, pero recientemente he estallado con mi familia por estos comentarios innecesarios. Nada ha cambiado a partir de esto, lo único que me ha hecho sentir mejor al respecto es no estar tanto con ellos y, debido a eso, estoy pasando más tiempo con mis amigos y mi novio (ellos tienen las mismas opiniones con respecto a una vida saludable). Ahora mi familia me hace sentir mal por no pasar tanto tiempo en la casa, a pesar de que he dejado claro que esos comentarios me duelen y me han estado molestando durante un tiempo.
Necesito algunas perspectivas externas y algunas opiniones imparciales. Así que, ¿soy yo la mala? ¡Cualquier consejo sería muy apreciado!
Alice Zic, terapeuta especializada en trauma, explica que el distanciamiento familiar no suele ser una decisión sencilla. Muchas veces, detrás de ese paso hay un proceso profundo de reflexión, porque la mayoría de las personas no desean reducir (y mucho menos cortar) el contacto con un ser querido. “Para muchas, cuando finalmente llegan al punto de alejarse, no siempre se siente como una decisión libre”, comenta. “Más bien se percibe como algo necesario para poder preservarse, para cuidar de sí mismas”.
El estudio titulado El entorno familiar influye en los comportamientos de estilo de vida, realizado con casi 800 adolescentes de Chipre reveló que la cohesión familiar (sentirse unidos y apoyados) se asocia con una alimentación más saludable y mayor actividad física. En cambio, el conflicto familiar se relaciona con malos hábitos como fumar, beber alcohol, dormir poco y comer de forma poco nutritiva. La investigación destaca la importancia de fortalecer la unión en casa y enseñar a los jóvenes a manejar los conflictos, para proteger su bienestar hoy y en la adultez.
No toda crítica es negativa. Según la psicóloga Dra. Brandy Smith, la crítica constructiva puede impulsarnos a crecer, ayudándonos a ver dónde mejorar sin dañar nuestra autoestima. Un ejemplo sería: “Lo hiciste así, entiendo tus razones. Quizá la próxima vez podrías probar esto, porque te ayudará...”. En cambio, la crítica dañina y crónica suena como: “¡Lo hiciste mal! ¿Qué te pasa?” y termina minando la confianza y bloqueando nuestras decisiones. La clave está en rodearnos de palabras que sumen, no que hieran.
Las terapeutas Andrea Brant y Melissa Guarnaccia dicen que los límites saludables en la familia son esenciales para cuidar tu espacio personal y tu bienestar emocional. Sin ellos, las dinámicas pueden volverse tensas, agotadoras y hasta invasivas. Respetar los límites emocionales evita resentimientos y protege tu salud mental; ignorarlos puede aumentar el estrés y la sensación de intrusión. Lo mismo ocurre con los límites físicos: desde usar tus cosas sin permiso hasta situaciones que generan incomodidad o incluso inseguridad. Poner límites no es egoísmo: es una forma de proteger tu paz y construir relaciones más sanas.
Al final, priorizar tu paz mental y tu crecimiento nunca debería sentirse como una traición. ¿Tú también has sentido que tu familia no entiende tus cambios de vida? ¿Qué acciones tomarías si te encontraras en los zapatos de esta mujer?
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