Me niego a que la madre biológica de mi hija la conozca
La adopción ha hecho posible que muchos adultos cumplan su deseo de ser padres y, al mismo tiempo, proporcionar a los niños familias cariñosas. En la historia de hoy, la protagonista y su cónyuge querían tener otro hijo, pero ese embarazo deseado nunca llegó a producirse. La vida les sorprendió con un giro inesperado, y se convirtieron en tutores de su nieta. Sin embargo, ahora se enfrentan a un importante dilema familiar.
Hemos llevado a cabo una investigación y nos gustaría compartir las principales recomendaciones de los profesionales en este tipo de situaciones:
- El paso inicial es entablar una comunicación asertiva con todas las partes implicadas. El objetivo es llegar a un acuerdo, priorizando el bienestar de la niña por encima de todo.
- Dicho esto, cuando Erica se quedó embarazada, tanto ella como tu hijo eran adolescentes y no estaban preparados para la paternidad, lo que les llevó a aceptar la adopción. Sin embargo, sus circunstancias han cambiado desde entonces, ya que ahora son adultos que pueden tener una perspectiva diferente de la situación. Entender sus intenciones a largo plazo es importante más allá de “visitar” o “conocer” a la niña.
- También reconocemos su aprensión a revelar la adopción a tu hija. Entendemos tu deseo de protegerla, pero dada la implicación de múltiples partes, es crucial tener esta conversación con ella antes de que nadie más lo haga. Si se enterara por otra persona, las posibles consecuencias podrían ser más graves y, posiblemente, provocarle sentimientos negativos tanto hacia sus padres biológicos como hacia ustedes.
- Aunque no podemos precisar las causas concretas de los problemas emocionales actuales de tu hija, conviene tener en cuenta que los niños adoptados pueden experimentar a menudo angustia emocional relacionada con la separación de sus madres biológicas, incluso si fueron adoptados cuando eran bebés. Los nueve meses que pasan en el vientre materno crean un vínculo y una conexión iniciales. La separación al nacer puede dejar huellas emocionales duraderas. Reconocer esta situación y promover una comunicación abierta puede ayudar significativamente al niño a hacer frente a sus emociones durante este tiempo.
- Aunque tu hija comparta similitudes físicas contigo, dado que es hija biológica de tu propio hijo, puede que esto no sea suficiente para que deje de tener sospechas y se cuestione internamente la situación. Factores como la diferencia de edad entre ustedes y los padres de los demás niños o los comentarios de otros niños o personas de su círculo podrían confundirla y provocar un aluvión de preguntas.
Para ayudar a los niños a comprender e integrar el concepto de adopción de forma natural, los expertos aconsejan iniciar las conversaciones en torno a los 5 o 6 años. Posteriormente, a medida que surjan preguntas, deben abordarse con franqueza, utilizando explicaciones adecuadas a su edad. He aquí algunas de las razones por las que es crucial y beneficioso que los niños estén informados sobre su situación de adopción:
- Los niños tienen el derecho fundamental a conocer la historia de su vida. Ocultarles esta información puede negarles una parte de su identidad, junto con detalles esenciales sobre su genética, origen social y etnia.
- Los niños necesitan una familia en la que puedan confiar. Si su propia familia les engaña o les oculta información, pueden sentirse aislados e incomprendidos.
- Tratar el tema con naturalidad es crucial para su crecimiento emocional. Les permite comprender y articular sus pensamientos y emociones, a la vez que reciben empatía y afecto de sus allegados.
¿Qué habrías hecho tú en una situación similar? La adopción no es un hecho raro en la sociedad, y si quieres descubrir otras historias de adopción profundamente inspiradoras, echa un vistazo a este artículo.