Rechacé ir a al casamiento de mi mejor amiga por su “especial” petición

Historias
hace 1 año

Dicen que las amistades verdaderas deberían ser incondicionales y apoyarse en todo momento. Sin embargo, ¿hasta dónde es sano cumplir siempre con compromisos ajenos?, pues tampoco es justo hacer algo que no queremos solo por ser “fiel” a esa persona. A veces, por tener puntos de vista opuestos, terminamos en el muro de los acusados y nos convertimos en los malos del cuento. Aparentemente, eso es lo que le ocurrió a la mujer de esta historia, aunque todo depende del ángulo de donde lo mires.

Las cosas comenzaron a cambiar cuando tuve a mi primer hijo. Por supuesto, como madre, mi estilo de vida cambió. Ya no podíamos pasar todo el tiempo juntas ni trasnocharnos en fiesta, pues tenía responsabilidades y cuidados con mi hijo. Tampoco podíamos irnos de viaje con ellos en cualquier fecha del año porque mi pequeño tenía que ir al jardín de infantes. Y eso a Sara no le gustaba. Yo sentía que ella no entendía mi nuevo rol de madre, yo la seguía queriendo, y por supuesto que quería que pasáramos tiempo juntas, pero también amo a mi hijo y es mi prioridad número uno. Quiero estar ahí para él, cuidarlo, criarlo y nunca faltarle.

Sin embargo, ella no estaba tan de acuerdo conmigo y mis decisiones personales, siempre me criticaba y me decía que me había vuelto una madre de casa “aburrida y descuidada” que solo pensaba en su marido y su hijo, y no le daba espacio a nada más. Este tipo de comentarios negativos de su parte, más su falta de compresión, hizo que nos fuéramos distanciando. Nos veíamos de vez en cuando, cuando yo podía, pero sentía que las cosas ya no eran como antes. Sin embargo, cuando estábamos juntas, la pasábamos como en los viejos tiempos. Éramos simplemente esas mejores amigas que tenían una gran conexión.

Inmediatamente, le contesté el mensaje, diciéndole: “Sara, amiga mía, lamento mucho toda esta situación, pero no voy a poder ir a tu boda”. Mis palabras fueron una bomba explosiva para ella, claro, yo era su dama de honor. Sara primero me preguntó el motivo y si estaba bromeando con ella. Le expliqué que la invitación decía que no se aceptan niños, y que si mis pequeños no son bienvenidos, entonces yo tampoco. Ella empezó a insultarme y decirme cosas muy feas. Yo la desconocía, sus palabras fueron muy hirientes y de muy mal gusto. Le dije que no se lo tomara personal, le intenté explicar que si ella no podía aceptar a mis hijos, entonces no podía aceptarme a mí.

Las últimas palabras que me dijo fueron: “Creo que la decisión de que no vayan niños a mi boda me la deberías respetar, es mi momento único en la vida y voy a hacer lo que yo quiero, además no es la gran cosa y mucho menos debería ser un problema. Para mí, las bodas no son adecuadas para chicos, y simplemente no los quiero ver correteando por ahí, es mi día especial y se hará lo que yo diga. Si no quieres ser parte de esto, esta relación no tiene sentido. No estás bien de la cabeza, deberías ir a un psicólogo”.

Aspectos positivos de llevar niños a una boda y sus desventajas

Algunas ventajas:

  • Incluir a todos los miembros de la familia: Invitar a los niños permite que todos los miembros de la familia estén presentes. Además, si el evento está abierto a los niños, lo más probable es que los padres aprecien el gesto. Algunos de los mejores recuerdos de los niños provienen de asistir a bodas a una edad muy temprana. Sin saberlo, podrías estar causando una impresión positiva en ellos sobre el amor y el compromiso.
  • Los huéspedes no tendrán que preocuparse por encontrar cuidado de niños: Ser padre es un trabajo duro y, a veces, dejar a tu hijo, incluso por la noche, viene con la culpa de la mamá o con la preocupación constante de si estará bien con la niñera. Encontrar un cuidado infantil confiable puede ser difícil, y permitir que los invitados traigan a sus hijos evitará el estrés que conlleva. Podrán respirar hondo y disfrutar de la noche sabiendo que su hijo está a salvo con ellos.
  • Momentos divertidos inesperados: Puede que te roben el centro de atención, pero su alegría, su inesperado comportamiento divertido y su sobrecarga de ternura te derretirán el corazón. También pueden participar esparciendo los pétalos de flores mientras caminan por el pasillo, o ser los portadores de anillos. Los más pequeños pueden ayudar a sostener el vestido de novia mientras caminan por el pasillo.

Concuerdo con Sara, si en su día especial no quiere niños no deberían ir. Sin embargo también entiendo q rechasaras la invitación. Ambas están en su derecho de exigir y no ir.

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Ciertas parejas optan por tener una boda sin niños por varias razones, entre las que se incluyen:

  • Ambiente más adulto: Algunas parejas prefieren crear un ambiente más formal y adulto para su boda. Esto puede incluir música, actividades o temas que no sean apropiados para niños pequeños. Excluir a los niños puede ayudar a mantener el tono y la atmósfera que desean para su celebración.
  • Limitaciones de espacio: Los lugares de celebración de bodas a menudo tienen una capacidad limitada, lo que puede hacer difícil acomodar a los niños, además de los invitados adultos. En tales casos, los novios pueden decidir no invitar a niños para asegurarse de que todos los invitados adultos tengan asientos y espacio suficientes.
  • Consideraciones presupuestarias: Las bodas pueden ser costosas, y algunas parejas pueden tener restricciones presupuestarias que les impidan invitar a niños adicionales. Al eliminar a los niños de la lista de invitados, pueden reducir costos relacionados con alimentos, asientos y entretenimiento específico para los niños.
  • Planificación más sencilla: La presencia de niños puede requerir una planificación adicional, como proporcionar actividades adecuadas para su edad, cuidadores o zonas designadas para ellos. Al tener una boda sin niños, los novios pueden simplificar la logística y el proceso de planificación.
  • Decisión de los novios: Aunque algunas personas pueden sentirse decepcionadas o molestas por no poder llevar a sus hijos a una boda, es importante recordar que es una decisión personal de los novios. Respetar su elección y disfrutar de la celebración es la mejor manera de mostrar consideración y comprensión hacia ellos.

¿Es de mala educación no dejar llevar niños a una boda?

La decisión de invitar o no a los niños a una boda es completamente personal y depende de las preferencias de los novios. Algunas parejas eligen tener una boda exclusiva para adultos, ya sea por razones de espacio, presupuesto o simplemente por el tipo de ambiente que desean crear. Otros pueden optar por incluir a los niños en la celebración

Es importante respetar la elección de los novios en cuanto a la asistencia de niños a su boda. Si se ha invitado solo a los adultos, es apropiado respetar esa decisión y no llevar a los niños sin previa autorización. Si no se menciona nada en la invitación sobre la asistencia de niños, puedes preguntar educadamente a los novios si los niños están incluidos en la lista de invitados. En última instancia, la planificación de una boda es responsabilidad de los novios, y como invitado, se espera que respetes sus decisiones y disfrutes de la celebración según las condiciones establecidas.

Comentarios

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Se me hizo exagerada su reacción, como bien dijo ella, es su día y debe ser molesto estar en tu boda, tu día, y que los niños anden por ahí corriendo y en casos hasta ocasionando accidentes, efectivamente las bodas no son eventos para niños. Y también es bastante exagerada y se menosprecia a si misma al decir que su hijo es prioridad, si los hijos son importantes, pero muchas madres se vuelven abnegadas al tener hijo que llegan al grado de no tener vida propia sin ellos, olvidan que los hijos algún día se irán, se olvidan de si mismas y de darse tiempo para si mismas y en muchos ocasiones incluso dejan de tener vida de pareja. Los hijos son importante si, pero a veces los padres sienten que los hijos los necesitan más de lo que ellos creen. El hecho de que tengas hijos no tiene porque irrumpir en tu vida al grado que no puedes salir a disfrutar sola, no deben olvidarse de si mismas.

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Esta lectura me hizo sentir un poco culpable porque hice lo mismo (decirle a mis amigos que cero niños) pero sí invité a mis sobrinos (de 6 y 4 años). Viendo en retrospectiva creo que estuve mal pues la fiesta fue en la tarde así que no era problema. Creo que es problema cuando es de noche

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