Espero que mis suegros y mis cuñados paguen si quieren venir a comer

Es común pensar en los abuelos como esas figuras que están ahí para mimar a los nietos y disfrutar de momentos especiales con ellos. Pero, en muchas familias, terminan haciéndose cargo de responsabilidades que realmente deberían ser de los padres, como cuidar de ellos a diario. Y, como todo tiene un límite, cuando los abuelos sienten que llegan a él, puede que se levante toda una tormenta familiar por ese motivo. Esa es precisamente la situación en la que se encuentra la mujer de esta historia.
Tengo una hija de 20 años que tiene un hijo de un año. Yo acepté cuidarlo, para que ella pudiera trabajar y mantener a su hijo, porque durante su embarazo y casi hasta que mi nieto cumplió un año, fui yo quien los mantuve a ambos.
Ahora, mi hija piensa que es completamente mi responsabilidad bañar a su hijo, asegurarme de que duerma bien y hacer todas las demás cosas que debe hacer una madre. Además, cuando llega a casa del trabajo, alrededor de las 11:30 p.m., el bebé ya está dormido, así que ella se va a la cama, y duerme todo el día, hasta que llega la hora de levantarse, prepararse para el trabajo e irse.
He llegado al punto en que siento que ya es hora de echar a mi hija de mi casa, porque quiero ser solo la abuela y no la madre de mi nieto. Sin embargo, ella cree que es mi responsabilidad asumir todos los roles de madre con él.
Yo también trabajo, desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde, y luego cuido al niño desde las 3 de la tarde hasta las 11:30 de la noche, cuando ella llega a casa. A las 5 de la mañana del siguiente día debo levantarme y hacerlo todo de nuevo. También me encargo de nuestra granja y de toda la casa.
Mi hija se niega a ayudar con la limpieza de la casa o cualquier cosa por el estilo. Constantemente es irrespetuosa conmigo y tiene una actitud muy arrogante. Cuando le pido que me ayude y que sea respetuosa o que, de lo contrario, encuentre otro lugar para vivir, grita, llora y hace un berrinche. ¡Se tira al suelo y todo!
La última vez que se lo dije, amenazó con mudarse a otro estado y llevarse a mi nieto con ella. Si lo hace, no podría ver a mi nieto, porque no puedo estar viajando a verlo todo el tiempo. Me siento como la criada y como si se supusiera que soy su madre. ¿Qué hago?