11 Cosas por las que un adulto no debería tener que justificarse ante los demás

Imagina que constantemente compras comida, llenas el refrigerador con tus snacks y platillos favoritos, solo para darte cuenta de que tu propio compañero de cuarto ha estado robándote. Esa misma persona en la que confiabas, con quien compartías charlas nocturnas y quizás hasta problemas para pagar la renta, se ha estado sirviendo de tu comida como si fuera un buffet libre. ¿Cómo reaccionarías?
Lo mejor es hablar directamente con tu compañero de cuarto y preguntarle: "¿Podemos establecer límites claros o necesitamos reconsiderar nuestra convivencia?" Si reconoce el problema y está dispuesto a cambiar, podrán seguir adelante. Si no, quizás sea el momento de buscar otras opciones.
Desde el principio, es clave establecer reglas y expectativas claras con tu compañero de cuarto. Si las rompe una y otra vez, lo mejor es encontrar una solución antes de que la situación se salga de control.
¿Se ha roto la confianza por completo? Si es así, seguir viviendo juntos podría generar más conflictos. ¿Es capaz de respetar los límites de ahora en adelante?
Si la respuesta es no, el problema seguirá ocurriendo. ¿Mudarte es una opción? Si el contrato de arrendamiento está a tu nombre, podrías pedirle que se vaya. Si ambos están en el contrato, podrían discutir quién debería mudarse. A veces, la mejor solución a largo plazo es terminar la convivencia cuando la confianza se ha perdido.