Mi hermana me acusó de arruinar su fiesta de compromiso
La mayoría hemos crecido con la idea de que la familia está antes que todo; sin embargo, a veces las relaciones más complicadas son precisamente con aquellos con los que hemos crecido. La rivalidad entre hermanos es un tema del que pocas veces se habla, pero es más común de lo que parece. Prueba de ello es el caso de una lectora que decidió buscar consejo ante una situación desagradable que ocurrió con su hermana en una fiesta familiar.
¿Cuál es el conflicto más fuerte que has tenido con un familiar y cómo lograste resolverlo?
Después de cantarle las mañanitas a mi abuela y partir el pastel, Mateo puso una canción romántica y se arrodilló para pedirle matrimonio a mi hermana. Fue un momento muy emotivo. Toda la familia felicitó a Raquel, pero de alguna manera, la atención fue para las dos, ya que la gente veía su anillo y el mío y nos decían lo bonito que era que las dos nos fuéramos a casar. Todos estaban muy felices por mi hermana, al igual que yo.
Mi cuñado también me reclamó por haberlo avergonzado delante de toda la familia, ya que mi prometido tiene una muy buena posición económica y el anillo que me dio es bastante exclusivo. Según Mateo, yo sabía que el de Raquel no iba a ser tan grande y lo había hecho a propósito. Incluso me acusó de haber usado joyas y ropa muy finas en general para hacerlos quedar mal a él y a mi hermana. Realmente no sé qué pensar y esta situación incluso llegó a dividir a mi familia.
Mi papá y mi hermano no están de acuerdo con el berrinche de Raquel y Mateo. Ellos consideran que si a Mateo le preocupaba tanto, podría habérmelo comentado desde antes y pedirme que no usara mi anillo. Mi mamá, por otro lado, dijo que, a pesar de que sabe que no lo hice con mala intención, entiende el enojo de mi hermana. Según ella, a todo el mundo le llamó más la atención mi anillo y debería haber considerado eso, sabiendo lo costoso que era. ¿Creen que mi hermana tuvo razón en molestarse?, ¿cómo podemos arreglar la situación?
Para empezar, debemos aclarar que la rivalidad entre hermanos es mucho más común y natural de lo que pensamos y comienza desde la infancia. Los cambios importantes en la vida de los niños, como mudanzas, la llegada de un nuevo bebé a la casa, el divorcio de los padres u otros factores, pueden llevarlos a experimentar ansiedad y frustración que aprenden a desquitar con sus hermanos.
La etapa en la que se encuentran y la diferencia de edad también es muy importante. Por ejemplo, es más probable que la rivalidad sea mayor cuando hay muy poca diferencia de edad o, por el contrario, cuando es significativa. Los celos cuando uno de los dos recibe la atención y los halagos de los papás, al igual que la individualidad en el desarrollo de los niños, como quién es mejor haciendo ciertas cosas, quién corre más rápido, etc., juegan un papel clave en la rivalidad.
La falta de capacidad para la resolución de conflictos puede marcar una gran diferencia en la relación entre hermanos. Si no se les enseña a dialogar y a llegar a acuerdos a través del ejemplo, es posible que situaciones cotidianas como la tuya escalen y se conviertan en grandes problemas y un círculo vicioso de reclamos y resentimientos. Aquí están algunos pasos que puedes seguir, según los expertos:
- No involucres a terceras personas. La rivalidad entre hermanos casi siempre arrastra a los papás, así que trata de resolver los asuntos que sean entre ustedes sin la necesidad de comprometer a otros familiares.
- Trata de ver las cosas desde el punto de vista del otro y ponerte en su lugar. Eso no significa estar de acuerdo con su comportamiento, solo que a veces nos esforzamos demasiado en tener la razón y se nos olvida tratar de entender la motivación de la otra persona.
- Trabaja en la aceptación. La rivalidad y el resentimiento entre hermanos o cualquier otro tipo de familiares en la edad adulta muchas veces se basa en querer algo que el otro no puede darnos, Puede ser empatía, comprensión o una disculpa por algo que nos hirió en el pasado. Pretender que los demás cambien, además de muchas veces ser una causa perdida, suele traernos mucha frustración. Aceptar que tal vez eso nunca pase y trabajar en las propias actitudes y reacciones probablemente nos traiga más tranquilidad y tolerancia.
- Practica la autocompasión. En ocasiones, en el calor de las discusiones, decimos cosas de las cuales, nos arrepentimos y después nos atormentamos por ello. Para perdonar y arreglar conflictos con los demás, primero debemos empezar por dejar la culpa nosotros mismos.
- No dejes que el pasado interfiera en el presente. No podemos cambiar el pasado, sin embargo, podemos enfocarnos en las cosas buenas que suceden en el presente. Tratar de ver a los hermanos como si acabáramos de conocerlos, sin toda la historia complicada del pasado, podría hacer que disfrutemos más de su compañía.
- Crea tu propio círculo de personas que te apoyan y que te pueden dar lo que tu familia no. Como dijimos anteriormente, no puedes hacer que alguien cambie; sin embargo, puedes elegir de qué tipo de personas rodearte y recibir de ellos lo que tal vez tus hermanos o familiares no son capaces de darte. Enfócate en construir la familia que has creado, ya sea pareja e hijos, o amistades, y no en lo que está mal en familia de origen.