12 Veces que la confianza en un ser querido terminó mal

Generalmente, entrar a la universidad es motivo de alegría tanto para quien lo logra como para su familia. Pero también puede significar una fuerte carga financiera para los padres. Especialmente si tienen dos hijos con la misma aspiración, como en el caso de una de nuestras lectoras, Elizabeth.
Querido Genial:
La semana pasada me aceptaron en la universidad de mis sueños. Estaba emocionada, porque me había esforzado mucho para lograrlo. Pero esa alegría no duró mucho, ya que mi hermanastra, que tiene mi misma edad, también fue admitida en una universidad costosa y lejana.
Mi madrastra dijo que en casa no hay dinero para pagar los estudios de las dos, así que solo mi hermanastra podrá estudiar, porque, según ella, tiene más posibilidades de triunfar como abogada. En cambio, yo solo quería estudiar literatura y, probablemente, ser maestra en el futuro.
Le dije que no era justo, que ambas deberíamos tener la oportunidad de estudiar. También le recordé que mis calificaciones eran mucho mejores que las de ella, así que mis estudios serían menos costosos, ya que podría conseguir una beca. Mientras que mi hermanastra prácticamente no tiene ninguna posibilidad de obtener una.
Intenté hablar con mi papá para que me apoyara, pero no quiso discutir con su esposa y me dijo lo mismo: solo mi hermanastra podrá ir a la universidad. Ahora me siento muy decepcionada. No quiero renunciar a mi sueño, pero tampoco quiero pelear con mi familia.
¡Gracias por tu carta, Elizabeth! Estamos seguros de que tu situación puede resultar familiar para muchos de nuestros lectores. Veamos ahora cuáles son las opciones que tienes.
La primera opción es no renunciar a tu sueño e ir a la universidad de todos modos. Pero eso también implica que tendrás que costear tus estudios por tu cuenta, sin ayuda de tus padres. Mencionaste las becas, lo cual sería un excelente punto de partida, aunque por lo general solo cubren la matrícula. Eso significa que aún deberás cubrir el alojamiento, la comida y otros gastos adicionales.
Para lograrlo, tendrías que trabajar mientras estudias, lo que haría que la vida universitaria, que muchos imaginan como una etapa libre y tranquila, se vuelva mucho más exigente. Claro que es una solución que muchos estudiantes eligen en situaciones similares. Otra opción sería solicitar un préstamo estudiantil que puedas pagar más adelante. Aún mejor si puedes pedir prestado a algún familiar, pero en ese caso es importante dejar claras las condiciones de devolución desde el principio.
Tal vez sea la opción más difícil, pero también puedes optar por posponer tus estudios por un tiempo. Mientras tanto, podrías conseguir un trabajo y ahorrar dinero para costear tu carrera más adelante. Así, además, evitarías nuevos conflictos con tu familia. Y quién sabe, si ven que estás esforzándote y no has renunciado a tu sueño, quizá reconsideren apoyarte.
Durante ese tiempo también podrías replantearte lo que realmente quieres, si aún deseas seguir estudiando y si esa sigue siendo la universidad adecuada para ti. Ganar experiencia en la vida puede ayudarte a tomar decisiones con mayor claridad, e incluso podrías descubrir nuevas habilidades o intereses.
¿Y tú qué opinas? ¿Qué crees que debería hacer Elizabeth? No dudes en compartir tu punto de vista con nosotros, o cualquier consejo que quisieras darle.
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