Encontré el diario secreto de mi esposa y había notas sobre un bebé que no tenía ni idea de que existiera

Aunque la llegada de un nuevo bebé es uno de los momentos más emocionantes y significativos en la vida de una pareja, también puede convertirse en el detonante perfecto para una serie de desafíos que ponen a prueba la relación entre los padres. Desde cambios en la dinámica familiar, hasta la gestión del tiempo y las responsabilidades, un bebé en casa conlleva ajustes importantes que, como en esta historia, podrían poner en jaque un matrimonio.
«Di a luz a mi segundo hijo hace dos días (fue un hermoso parto en casa, por lo que nunca me dieron el alta del hospital). Con mi primer embarazo y este, le dejé claro a mi marido que quería seguir la regla 5-5-5 y estuvo de acuerdo.
La regla consiste en que los primeros cinco días estaré ‘en cama’. Nada más que haciendo contacto piel a piel con mi hija, amamantando y descansando. Los siguientes cinco días, seguiré ‘en cama’. Podré sentarme, seguir amamantando, abrazar a la bebé, hacer los deberes con mi hijo, resolver crucigramas, etc. Los siguientes cinco, estaré ’alrededor de la cama’. La mayoría del tiempo seguiré descansando, pero haré tareas ligeras, como doblar la ropa o cambiar pañales, sin estar de pie durante más de 30 minutos».
«Esta bebé ha tenido muchos cólicos y mi esposo es quien tiene que levantarse de la cama, caminar con ella y sentarse en la mecedora, cambiarle los pañales y llevarla a ella y a nuestro hijo a caminar para tomar el sol. Nuestro hijo de 5 años ha empezado a portarse mal en casa debido al estrés del nuevo bebé y además, tenemos un perro al que debemos alimentar y sacar a pasear con los niños.
Hoy mi marido vino a mí llorando, diciendo que esto es demasiado y que no puede hacerlo solo. Le recordé que él estuvo de acuerdo con este sistema y que yo volveré al trabajo poco después de que termine el 5-5-5, por lo que necesito estar lo más descansada posible para ir a trabajar y luego volver a casa a hacer tareas también».
«Me rogó que le ayudara con nuestro hijo, porque nunca se queda quieto y que le ayude con una limpieza ligera (limpiar encimeras, amontonar el desorden, etc.). Nuevamente, le dije que no, que tengo derecho a descansar y solo ayudaré en la casa en ocho días. ¿Hago mal por negarme a cuidar de mis hijos?».
La polémica está servida y ante la duda de la mujer, algunos usuarios se mostraron completamente a favor de su posición, mientras que, para otros, 10 días es mucho tiempo en cama y esta mujer no debería hacer que su hijo mayor sufra las consecuencias de su regla.
Ante el estrés que conlleva una situación así, recordar algunos principios básicos de una relación, puede ayudar a resolver mejor estos desacuerdos: