Mi pareja llevaba una doble vida a mis espaldas y me enteré cuando lo vi casándose

Las segundas oportunidades en el amor pueden dar la impresión de que el destino está rectificando un error pasado. Sin embargo, cuando esa hermosa apariencia se desmorona y la seguridad resulta ser una mentira sofisticada, es cuando se manifiesta el aspecto más doloroso del amor.
El dolor de una traición es fuerte, pero se convierte en algo devastador cuando la verdad se descubre no por error, sino mediante el algoritmo frío y casual de una red social.

Una joven contó en TikTok esta historia que le compartieron a través de redes, dejando claro que uno nunca está preparado para un engaño y, menos aún, de semejante envergadura.

Lo dejé con mi pareja, volví a mi ciudad y me reencontré con Javier, mi ex. Empezamos a quedar, a vernos poco a poco y al final acabamos saliendo. Lo hicimos oficial otra vez.

Él me preguntó si quería tener una relación seria con él otra vez, y yo dije que sí. Total, que acabamos juntos. Nuestros amigos lo saben, hacemos planes en conjunto, en ese sentido todo normal.

Javier también había salido de una relación recientemente y, me explicó que, su ex le suele hablar, pero que ya le ha dejado claro que está conmigo, que no siente nada. Confié en él, me lo creí y punto. Me olvidé del tema.

Un fin de semana, me comentó que se iba a ir a Tenerife con sus amigos. Yo no cuestioné absolutamente nada y dije: “Vale, genial, pues que disfrutes el fin de semana.”

Cuando regresó, incluso me trajo unos regalos. Yo no vi nada raro, no sospeché nada. Todo súper bien, súper felices.

Llega el 4 de junio de este año, y ese viernes él me dijo (porque solíamos dormir los viernes juntos): “Oye, este viernes no puedo dormir contigo porque al día siguiente me voy muy, muy pronto a Orense, porque voy a pasar el día con mi familia: con mis tíos, mis padres...”

En ese momento, no llevaba tanto tiempo con él como para ir a algo así. Entonces le dije: “Ah, vale, genial, pues nada.”

Se acabó el viernes, él se fue a dormir a casa y todos tan contentos.

Llega el domingo. Estuvimos hablando, me metí en Instagram tan tranquila y, de repente, veo una historia de un conocido en una boda. Me fijo en el novio... el novio era mi novio. Y la novia era la ex de mi novio.

Se lo mandé y le dije: “¿No que estabas con tu familia?”.
Él me respondió: “No, es que te lo puedo explicar, te lo puedo explicar. Realmente me quería casar contigo. Tú sabías que para mí era un sueño el tema de la boda, pero tú no querías...”

La duda que tengo ahora es: ¿le digo algo a la novia o no? Porque, claro, al final he sido la amante de una relación que ha acabado en una boda sin tener yo absolutamente ni idea.

¿Qué dicen los expertos?

Óscar Martín-Blas Avilés (terapeuta sistémico especializado en la sanación del apego ansioso y el evitativo), afirma que no es igual mentir (es decir, ocultar la verdad) que engañar (que implica ocultar la verdad con el objetivo de manipular y conseguir un beneficio sostenido). La existencia de una doble vida, implica que se es inmaduro emocionalmente y que se tiene un propósito egoísta.

La infidelidad y el engaño son una violación de la confianza, que es uno de los pilares de cualquier relación. La revelación provoca en el sujeto traicionado una crisis de identidad y un debilitamiento de su capacidad para confiar, no solo en otras personas, sino también en su propia percepción de la realidad.

Según el Centro de Psicología de Madrid, la afirmación continua de falsedades, el cambio rápido de parejas (el descarte del narcisista), el rechazo a admitir la traición y el deseo de mantener una imagen social perfecta (justificándose y culpando a la pareja) se asocian a una persona narcisista.

¿Cómo descubriste que te estaban siendo infiel? ¿Por qué crees que una infidelidad puede o no superarse?

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