Niño conmueve al rechazar generoso regalo de videojuego por una razón inspiradora
Se dice que los niños siempre dicen la verdad y, aunque muchas veces no sea precisamente lo que todos quisieran escuchar, su ternura e inocencia, acaban por ganarse el corazón de quienes los escuchan. Eso es justamente lo que ha sucedido en días pasados con un niño en España, que recibió un regalo que muchos considerarían un sueño hecho realidad. Sin embargo, la reacción del pequeño no fue la esperada, y su tierna razón para rechazar el regalo ha dejado a muchos reflexionando sobre el verdadero significado de la generosidad.
La situación se presentó cuando Carolina Cazadora, una conocida influenciadora española, decidió realizar una dinámica por las calles de Madrid, en la que pretendía sorprender algunos transeúntes, regalándoles el objeto que estos lograran dibujar en una pizarra, en un lapso de 5 segundos.
En medio de su dinámica, Carolina se topó con un niño que aceptó su reto. En la pizarra que recibió de la mujer, el niño, llamado Ian, rápidamente y sin pensarlo mucho, dibuja un objeto rectangular y alargado. Al verlo, la creadora de contenido queda algo confundida y su desconcierto sería aún mayor al preguntarle al niño de qué se trataba su dibujo.
Creyendo saber lo que el niño quería, Carolina pregunta: “¿Qué es?, Parece una consola”. Pero el pequeño estaba muy lejos de desear algo para él. Por el contrario, este niño estaba pensando en su familia y, en especial, en su padre.
Explicando de qué se trataba realmente el dibujo, Ian, con la voz algo entrecortada, dijo: “Es una nevera. Es que se nos ha roto en casa y mi padre está ahorrando”. De esta forma, el niño dejaba ver su desinteresada intención de ayudar a su papá en su esfuerzo por reemplazar el electrodoméstico.
Desconcertada ante la respuesta del pequeño, Carolina intenta cumplir su promesa de hacerle un regalo y le compra en una tienda cercana, algo que ella piensa que le gustará mucho más. Así, pronto le entrega al niño en sus manos una consola de videojuegos completamente nueva. Sin embargo, al verla llegar con algo que no era lo que él había pedido, la cara de desilusión de este jovencito no se hace esperar.
Inmediatamente después de dar las gracias, el niño pregunta: “¿La puedo vender?”. Casi sin creer lo que estaba escuchando, Carolina no tiene otra opción que responderle afirmativamente.
Este episodio nos recuerda que, a veces, los gestos más simples pueden decir mucho sobre el impacto profundo que puede tener el deseo de ayudar a los demás.