Por qué las películas de terror ya no asustan como antes
“No me dio miedo” es el comentario que más se repite cuando termina una de las películas de horror de los últimos años... y al parecer es verdad. Antes las películas eran realmente escalofriantes, y su reputación duraba décadas. ¿Cuál es la razón de que las cintas de ahora ya no espanten como antes? Aunque podríamos señalar como responsables a los nuevos cineastas, también hay que tener en cuenta a la sociedad actual, en la que ha cambiado hasta la forma de ver los contenidos; todo ello suma y el resultado es menos terror en las pantallas.
¿Cuál es la película más terrorífica que has visto?
1. El deseo de hacer el horror más artístico
El género de horror no es respetado como debería. En la historia de los premios Óscar, solo 6 obras de este género han sido nominadas en la categoría de mejor película: El exorcista (1973), Tiburón (1975), El silencio de los inocentes (1991), El sexto sentido (1999), El cisne negro (2010) y ¡Huye! (2017). Pero hasta ahora, ninguna ha ganado.
Esta situación ha generado que los realizadores se esfuercen en hacer películas más complejas o profundas, pero estos temas también alejan al público de las salas. Este horror “elevado” muchas veces se considera aburrido, ya que está más enfocado en crear historias de horror ambiental o psicológico, que no son bien recibidas por la mayoría de la audiencia.
2. Ahora nos asustan cosas diferentes
Las películas de terror de los 50 y 60 estuvieron marcadas por las situaciones políticas y sociales de la época. No es de extrañar que los monstruos que aterrorizaban las salas de cine estuvieran salidos de la era nuclear. Las criaturas gigantes que salían de debajo de la tierra reflejaban ese miedo a la radiación y a las bombas.
En los años 70 y 80, se vivió una era de inestabilidad política y social y una gran crisis económica; las películas de terror ahora se enfocaban en mostrar la lucha entre el bien y el mal, en la que al final el villano era detenido a como diera lugar por la víctima final. Freddy Krueger, Jason Vorhees, Michael Myers e incluso Jack Torrance, de El resplandor, fueron las figuras que surgieron en esa época. Y ver al final al bueno ganar provocaba alivio y hacía que la gente se olvidara de los problemas reales.
En la actualidad, los conflictos que enfrentamos como sociedad son otros, pero están cambiando constantemente a pasos agigantados. Sin embargo, es más difícil establecer una conexión entre nuestros problemas reales y los que están en la pantalla. Un ejemplo es Megan; la película presenta a una muñeca impulsada por inteligencia artificial que se vuelve contra sus creadores.
3. La búsqueda de la sorpresa
Ahora, el público se ha vuelto más exigente. Desea ver cosas nunca antes vistas, e ideas nuevas. Esta búsqueda de la novedad se va perdiendo con las secuelas; ahora recibimos muchas continuaciones de la misma idea, como las películas de El conjuro, que ya van por la quinta parte.
Aunque en los últimos años ha existido un renacer de las ideas vintage gracias a películas como Top Gun o Scream, el público ya no consume productos que se parezcan a otros, buscan lo nuevo, lo que sea “tendencia”.
4. La fijación por los efectos visuales
Una de las críticas que se llevó la segunda parte de la película La huérfana era la falta de efectos especiales. Si bien el filme, que pretendía ser de manufactura más independiente, usó maquillaje y efectos de cámara para poder ocultar la verdadera edad de la actriz principal y hacerla pasar por una niña de 12 años, muchos se quejaron de que no hubieran invertido millones de dólares en rejuvenecer a la protagonista por computadora, y lo resaltaban por sobre la historia o las actuaciones.
El público de ahora se ha vuelto más exigente y desea ver efectos de primer nivel, algo que es muy difícil para las producciones independientes.
5. Historias llenas de clichés hasta el cansancio
Las películas de terror están llenas de trucos y clichés que se repiten en todas las cintas desde tiempos inmemoriales: el sótano de una casa, la falta de electricidad, el grupo de amigos que se van solos en un viaje, la chica que sobrevive al final, la música de suspenso que sube en el momento crucial, los niños perturbadores y los muñecos poseídos son algunos de los trucos que utilizan los cineastas para conseguir el grito fácil.
Otro cliché que vemos en varias películas es el Macguffin, un elemento de suspenso que hace que los personajes avancen en la trama, pero al final no es nada importante. Un ejemplo es un video que aparece en el inicio de El aro; mientras al principio es importante porque el que lo ve tiene una muerte segura en 7 días, al final de la película se olvidan del video y nadie sabe dónde está o si alguien más lo vio, ya que la trama se centra en Samantha, la niña que sale del pozo.
6. El medio: no es lo mismo ver una película de terror en el cine que en el celular
El legendario director David Lynch dijo en el extra de una de sus obras: “Si tú ves una película en tu teléfono, nunca en un trillón de años experimentarás la película. Tú crees que lo has hecho, pero te has engañado. Es muy triste pensar que ya has visto una cinta por verla en tu teléfono. ¡Sé realista!”.
Esto se aplica de manera aún más clara en las historias de terror. Es imposible tratar de meternos en el ambiente que el creador ha preparado si estamos distraídos o batallando con la pequeña pantalla de nuestros celulares.
7. Marketing engañoso
A veces, los tráileres de las películas de horror son engañosos y no representan lo que vemos finalmente en la pantalla, lo cual es desafortunado para los cineastas, porque ellos no tienen mucho control sobre cómo se comercializa su obra.
Otras veces las notas de prensa hablan de que la película en cuestión es tan terrorífica que provocó desmayos, y que la gente debió salir de la sala. Pero al ver la realidad, no es como la anunciaban. Un ejemplo es la cinta tailandesa La médium, que fue calificada como una de las mejores películas de terror del año, e incluso se proyectaba con las luces encendidas, pero al final mucha gente se quejó de que era tediosa y aburrida.
8. Películas malas que han sido éxitos de taquilla
Otro fenómeno que ocurre es que hay películas que no son tan buenas, pero se convierten en grandes éxitos de taquilla. El filme Slasher, basado en el cuento “Winnie the Pooh: miel y sangre”, ha sido calificado por muchos como una obra menor y mala. Sin embargo, se perfila para ser un gran éxito de taquilla por la polémica que genera, e incluso ya se confirmó una segunda parte y una versión sangrienta del cuento de “Bambi”.
9. El futuro: el renacimiento del cine de horror
En 2022 el género de terror se posicionó como un gran imán de taquilla. Con grandes éxitos de recaudación como Terrifier 2 o Bárbaro, se augura un gran renacimiento del cine del género. Aunque se seguirán haciendo películas con la misma fórmula para asegurar ingresos, se espera que este género resurja con nuevos directores y nuevas historias que nos hagan espantar como antaño.