¿Por qué los insectos siempre me pican a mí y no a los demás? 😡

Curiosidades
hace 1 año

Mosquitos, chinches, pulgas, escarabajos, tábanos... Existen millones de insectos esperando para devorar el postre más delicioso: tú. Sobre todo si hace calor afuera y sudas un poco. La buena noticia es que no muchos bichos quieren comerte. Se estima que hay unas 10 millones de especies de insectos en el mundo, y solo 14 000 de ellas se alimentan con tus fluidos vitales. Unos pocos cientos de este grupo pican a los humanos con frecuencia. Eh... está bien, sigue siendo demasiado.

Pero no siempre fue así. En el pasado lejano, los insectos no se atrevían a atacar a los animales más grandes para obtener comida. Desarrollaron la habilidad de alimentarse con sangre de 200 a 65 millones de años atrás, y hay muchas teorías que explican esto. Imagina a los pequeños insectos y escarabajos viviendo en el nido de algún dinosaurio volador o de una enorme ave antigua. Se alimentaban a partir de secreciones del animal, plantas podridas (mmm), hojas u hongos. De pronto, un poco de piel o una pluma del animal cae sobre su mesa. Los insectos la prueban... y les gusta. Más tarde, un dinosaurio se acerca, y los escarabajos sienten un olor familiar. Se suben a su piel y la muerden, o caen por accidente en la herida abierta de un ave y la saborean. Para un insecto, esto debe haber sido la cosa más deliciosa que haya jamás probado. Sí, lo sé, qué estándares tan bajos...

Otros insectos tienen un largo tubo, conocido como probóscide. Lo utilizan para alimentarse de savia de plantas u otros insectos más pequeños. Y ahora, uno de esos escarabajos se encuentra sobre un mamífero herido y lo pica por accidente. El cuerpo del escarabajo ya cuenta con la enzima capaz de digerir sangre. Así que, desde ese momento, el escarabajo no quiere probar otra cosa que no sea el néctar rojo. El escarabajo deja descendencia y transmite la habilidad de consumir sangre. Imagina que has comido hierbas y hojas toda tu vida, y que un día pruebas un dulce postre de banana. No querrás volver a comer hierbas, querrás el postre todo el tiempo. Los insectos tuvieron la misma sensación cuando probaron esa sangre tan nutritiva. ¡Deliciosa!

Una de las teorías más interesantes afirma que la sed de sangre de los insectos fue provocada por los microbios. La sangre no es la comida ideal para los escarabajos: no contiene las vitaminas ni los nutrientes suficientes para ellos. Por eso, todo un ecosistema de microorganismos debió formarse en sus intestinos. Estas bacterias pueden sintetizar algunas vitaminas esenciales con la ayuda de la sangre, y no sobrevivirían si dejaran de consumirla. Si desaparecieran, los insectos tendrían problemas de desarrollo y reproducción. Es imposible explicar la razón exacta, ya que la transición de comer plantas a consumir sangre animal ocurrió hace mucho. Desde entonces, la evolución ha creado toda una variedad de maneras de extraer sangre.

La especie dependiente de sangre más famosa es, por supuesto, los mosquitos. Solo las hembras de mosquito necesitan sangre para producir huevos. Cuando vuelan, perciben el calor, el dióxido de carbono y el ácido láctico en el aire. Estos olores las atraen, así que vuelan hacia su origen: un animal o un humano. Después, aterrizan en su presa e insertan su probóscide en la piel. Al mismo tiempo, secretan una saliva que evita que se atasquen. La sensación desagradable que sientes después de una picadura es la reacción alérgica de tu cuerpo a la saliva del mosquito. Después, la hembra produce huevos y deja las larvas en aguas estancadas. Podría ser un estanque, un drenaje o una piscina al aire libre. Los mosquitos pequeños se alimentan con las sustancias orgánicas del agua, hasta que crecen y salen a cazar por primera vez.

Las moscas negras también se alimentan a base de sangre, pero no con tanto cuidado como los mosquitos. La mosca negra hembra aterriza en la presa, usa su mandíbula afilada para cortar la piel y devora su almuerzo. Por suerte no molestan mucho a las personas: sus presas principales son el ganado y los animales salvajes. Los tábanos y las moscas de venado son nuestros verdaderos enemigos, sus picaduras son bastante dolorosas. Las moscas ordinarias que viven en la calle y en las casas de los humanos son supermolestas y pueden darse un festín con tu piel sin siquiera picarte. Todo lo que necesitan de ti se encuentra en la superficie. Secretas sudor, proteínas, carbohidratos, sales, azúcares y otras sustancias que la mosca reúne con su probóscide. Y por supuesto, no es que entienda que eres un ser vivo y que no quieres compartir tu “comida” con ella, así que no te tiene miedo.

Tal vez hayas notado que algunas personas reciben más picaduras de insectos que otras. Puede que salgas a pasear al parque y que se lancen sobre ti, ¡pero tu amigo camina a tu lado y no siente nada! ¡Eso quiere decir que eres una dulzura! Los científicos solían creer que algunas personas no sentían nada cuando las picaban, ya que sus cuerpos no presentaban una reacción muy fuerte a la saliva de mosquito. Pero unos estudios recientes han demostrado que la cantidad de picaduras depende de la genética y de muchos otros factores. Entre el 10 y el 20 % de las personas son más atractivas para los insectos depredadores. ¿Qué tan afortunadas o desafortunadas son?

Los mosquitos usan varios sentidos para elegir a la presa perfecta. Tienen sensores de dióxido de carbono y humedad. Además, distinguen los olores de cientos de químicos diferentes que los humanos emitimos. Cada olor tiene un significado diferente para los distintos tipos de mosquitos. Existen miles de matices y variantes de olores que pueden atraer a ciertos mosquitos y repeler a otros. A los más agresivos les gustan ciertas cosas que los mosquitos normales no pueden oler. Algunos apuntan a tus piernas, otros prefieren tu cuello.

Las comidas y bebidas que consumes también cumplen un papel importante, ya que pueden cambiar el olor de tu piel. El grosor de la piel, la cantidad de calor liberada, el color de piel y el grupo sanguíneo: todo eso es importante para los insectos. Pero hay algo que atrae a casi todos: se trata del olor de tu sudor. Mientras más sucio estés, más atractivo serás para ellos. El olor desagradable del sudor es producido por millones de bacterias que se acumulan en tu piel. Esto atrae a los mosquitos. Algunas especies prefieren el sudor fresco; otras, el sudor viejo con un olor desagradable. Pero, si estás limpio, te volverás invisible para la mayoría de estos monstruos voladores. El olor también depende de tus características genéticas. La estructura de tu ADN afecta los olores que emites, por eso podemos decir que algunas personas son más dulces cuando de gustos de mosquitos hablamos.

Pero las picaduras de mosquito no son nada comparadas con las de una hormiga de fuego. Cuando muerde tu piel, sientes que está en llamas. Estas hormigas son especialmente peligrosas para las personas con alergias. Las orugas peluche son criaturas preciosas y despiadadas. No necesitan picarte para lastimarte. Este insecto, también conocido como gato lanudo, está cubierto con un pelaje grueso que esconde muchas espinas venenosas. Un pequeño pinchazo y necesitarás asistencia médica de inmediato. El avispón asiático gigante tiene una de las picaduras más peligrosas y dolorosas de todas. Un avispón puede alcanzar el tamaño de un pulgar humano, y su aguijón se parece a una aguja de verdad. Es casi tres veces más grande que una abeja.

Estas criaturas agresivas son capaces de atravesar la ropa y hasta los trajes de los apicultores. Atacan en enjambres grandes y pueden representar un serio problema para cualquier animal. Para combatirlos, las personas usan trajes protectores gruesos, similares a los de un astronauta. Pero el peligro principal es que los avispones atacan las colmenas y reducen drásticamente las poblaciones de abejas. Esto podría provocar una catástrofe de escala global. Nuestro planeta y la humanidad necesitan a las abejas, y no solo porque producen miel. Las abejas polinizan las flores y las plantas. Cerca de un tercio de la producción mundial de comida sería imposible sin las abejas. Las vacas comen plantas que las abejas polinizan. Si desaparecieran, no solo afectarían enormemente la salud de las vacas, sino también de los otros tipos de ganado. Muchas frutas y bayas perderían su delicioso sabor si las abejas dejaran de ocuparse de ellas.

Obtenemos la mayor parte del algodón del planeta gracias a la polinización de las abejas. Si desaparecieran, habría una escasez de jeans y otras prendas. El sabor de muchos productos se deterioraría, y la comida perdería sus propiedades útiles. Un sinnúmero de especies de flores desaparecería de la faz de la Tierra. La humanidad tendría muchos problemas sin las abejas, sería un desastre; otra razón por la que los avispones gigantes son tan peligrosos y, si me preguntas a mí, deberían desaparecer.

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