Por qué los perros les ladran a los carteros y 10 datos geniales sobre su comportamiento
Los perros tienen la poderosa habilidad de obtener lo que quieren simplemente con una mirada. Esos ojos grandes y esas cejas ligeramente apretadas logran que les prestemos atención aunque estemos muy ocupados.
Lo impresionante es que tienen una razón lógica para hacerlo, y no, no es para controlarnos. Te invitamos a seguir leyendo para que conozcas la explicación de este y otros comportamientos de nuestros amigos de cuatro patas.
Nos encantaría conocer la historia más emotiva o divertida que tengas sobre alguna mascota.
1. Le ladran a la nada
Pareciera que en ocasiones nuestros perros ladran hacia la nada, pero en realidad no es así. Nuestros compañeros peludos, al ser depredadores por naturaleza, tienen sus sentidos muy desarrollados, incluso mucho más que los humanos. Por eso escuchan y ven cosas que para nosotros son imperceptibles.
Por ejemplo, si tu perro está dormido y de pronto comienza a ladrar, pero tú no ves nada, quizá debas dar otra revisada, porque puede ser que haya escuchado a lo lejos que alguien desconocido para él está llegando a tu casa, o vio a algún animalito esconderse en algún sitio pequeño de tu hogar.
2. Piden de tu comida aunque ya hayan comido la suya
Los perros normalmente piden que compartas con ellos lo que sea que te vean mascar (incluso aunque no les guste). Esto sucede porque, en general, los perros aman la comida y el olor que desprende les llama la atención. Además de eso, asocian el hecho de que son los humanos quienes los alimentan, y creen que si piden comida, se les proporcionará en el momento en que ellos lo deseen.
3. Intentan llamar tu atención cuando convives con otras mascotas
Si algo es claro en los perros, es que aman las rutinas, y salirse de ellas puede generarles estrés e incluso ponerlos tristes. Por eso, si nuestro perro de pronto nos mira fijamente, salta sobre nosotros o nos trata de apartar mientras le prestamos atención a otra mascota, significa que se ha dado cuenta de que quizá tenemos favoritismo hacia esa otra mascota.
Así que debemos prestar atención y comprobar si estamos llenando de regalos y premios sabrosos a nuestras mascotas por igual, pues nuestros canes podrían no estar contentos y lo manifestarán de varias formas.
4. Saltan sobre las personas
En ocasiones los perros, al ver a su dueño o a alguna persona que les parece interesante, suelen emocionarse y brincar sobre ellos parándose en dos patas. Este comportamiento se debe a que quieren saludarnos y asegurarse de que les prestemos atención; aunque tratemos de quitarlos con nuestras manos, pueden interpretar que queremos jugar a las luchitas con ellos.
Es probable que nuestro perro lo lamente, pero lo mejor será que aprenda a saludar de otra manera. Si la mascota tiene un tamaño considerable, puede, con su entusiasmo, causarle daño a alguien; por ejemplo, arrojándolo al piso. Incluso aunque no se llegue a tales extremos, a muchas personas les resulta molesto que un perro se les tire encima.
5. Parecen saber cuando vas a llegar a casa
La doctora en ciencias cognitivas y autora de varios libros sobre el comportamiento canino Alexandra Horowitz, en su libro Ser un perro: siguiendo al perro en un mundo de olores, señala que la nariz de los perros es tan asombrosa que les permite percibir el paso del tiempo e incluso hacer predicciones sobre el futuro.
Por extraño que parezca, la autora tiene una explicación para ello, “en el aire se alojan partículas de varios olores, entre ellos los que nuestra piel desprende. Estos se mantienen en el aire por un tiempo y después se van disipando”. Los caninos detectan estos olores, tanto los fuertes (recientes) como los débiles (no tan recientes) y de alguna forma los almacenan. Así predicen cuando estamos por llegar.
6. Ponen “ojitos de cachorro”
Los años de domesticación de los perros han generado que de manera involuntaria, la anatomía de sus cejas cambie, lo que tiene como consecuencia que sus rostros sean más legibles para los humanos y, por lo tanto, que la comunicación entre ambos sea más fácil. Esta peculiaridad es normalmente conocida como “ojos de cachorro”, es decir, es esa mirada tierna e inocente que los caracteriza.
Este cambio no ocurrió de manera accidental, sino que, como todo, se dio por evolución, de manera instintiva y a través de la interacción con la humanidad. Un estudio demostró que al entrar en contacto la mirada del humano con la de los perros, estos últimos levantan el músculo interno de la ceja para que sus ojos se vean más grandes y atractivos, y así empatizan con los humanos.
7. Persiguen a las bicicletas y a los carros
Los perros tienen por instinto perseguir cualquier cosa en movimiento, pues son depredadores por naturaleza a pesar de haber sido domesticados hace mucho tiempo. Por eso es normal que de vez en cuando intenten perseguir a las bicicletas o los carros. Este comportamiento puede darse por varias razones, entre ellas:
- Por instinto de pastoreo. Esto influye un poco más dependiendo de las razas, pues hay algunas que se crían específicamente para este objetivo, y por eso tienen este instinto fuertemente desarrollado y hasta les resulta satisfactorio hacerlo. Sin embargo, esto no significa que sea exclusivo de cierto tipo de perros.
- Impulso cazador. Está relacionado con el anterior y a la vez es innato, pues al ser descendientes del lobo gris, traen por instinto el acechar y perseguir a su presa.
Lo ideal en este caso es buscar alternativas para distraer al perro y evitar que lo siga haciendo, ya que esta práctica puede significar un problema grave tanto para el perro como para la persona a la que persigue.
8. Orinan comúnmente en objetos verticales
Quizá hayas notado que los perros, cuando andan por el exterior, suelen marcar su territorio orinando en lugares específicos, como árboles, llantas de coches, hidrantes, etc. La explicación es que cuanto más alto sea el sitio en donde el perro orina, más fácil será que el olor se transporte por el aire y que otros perros lo detecten.
Además, la altura de la marca que deja el perro puede transmitir un mensaje sobre el tamaño de la raza, declarando superioridad. Por eso algunos perros pequeños se esfuerzan por llegar lo más alto posible al marcar su territorio y otros hasta alzan la patita.
9. Lamen sus heridas
Cuando nosotros tenemos alguna herida, solemos sobarnos el área afectada o curarnos con un medicamento. Desafortunadamente, nuestros perritos no pueden hacerlo, por lo que recurren a su método más fácil: usar su lengua.
Lamerse, además de brindarles una sensación de tranquilidad en la zona afectada, también les ayuda a sanar más rápidamente, por las enzimas benéficas que contiene su saliva. Sin embargo, siempre hay que tenerlos vigilados y proporcionarles los cuidados que el veterinario indique, pues esta práctica solo es útil con heridas pequeñas y con moderación, de lo contrario puede terminar empeorando el cuadro.
10. Le ladran al cartero o al repartidor
Los perros comúnmente comienzan a ladrar cada vez que un extraño se acerca, ya sea a su casa o a sus dueños, y esto es completamente normal, pues es su forma de proteger su territorio y a las personas que le importan.
Sin embargo, con los que más se relaciona esta práctica, y desde hace ya muchos años, es con los carteros, y actualmente, con los que entregan paquetería. Esto se debe a que el perro asocia su ladrido con el momento en el que se deja el correo o un paquete y el intruso se aleja, lo que crea un patrón que refuerza este comportamiento y el perro lo ve como si estuviera salvando a sus humanos del enemigo.
11. Duerme en lugares extraños
A algunos perros les gusta dormir o acurrucarse en lugares extraños y normalmente lo hacen porque buscan un lugar seguro o cómodo para poder descansar. Quizá esa cama cara y elegante que le compraste no sea de su agrado. En ocasiones duermen debajo de la cama, detrás del sillón e incluso hasta en las pertenencias de sus dueños; por ejemplo, encima o dentro de nuestros zapatos o nuestra ropa.
La razón por la que suelen dormir en nuestras prendas es que nuestro olor se queda impregnado en ellas y este sitio supone para ellos un espacio seguro, o lo ven como una forma de estar cerca de nosotros mientras estamos fuera de la casa.