15 Estándares de crianza de doble moral que deberíamos haber dejado en el pasado hace mucho tiempo

Trabajar en una oficina puede ser genial. Aunque no todo es siempre color de rosa. Imagina esto: vas a buscar tu almuerzo, abres la heladera... ¡y descubres que ha desaparecido! Una vez se perdona. ¿Pero qué pasa si se convierte en costumbre? Esto le pasó a un internauta, quien decidió que ya era suficiente y tomó cartas en el asunto de una forma que causó un verdadero revuelo en la oficina.
Tengo 34 años y trabajo en una pequeña oficina con unas 10 personas. Compartimos una cocina común, con un refrigerador incluido. Sin embargo, durante el último mes, me han robado el almuerzo unas cinco veces. No solo bocadillos al azar, sino comidas caseras completas que traigo de casa, desaparecidas sin dejar rastro.
No solo es muy frustrante, sino que es caro y me arruina el día. Lo mencioné un par de veces en el chat grupal, diciendo: “Hey, alguien me ha estado quitando el almuerzo. Por favor, deja de hacerlo”. Todos lo ignoraron o enviaron mensajes vagos como “Uf, qué asco” o “Hay gente que es lo peor”, pero nadie se hizo responsable. Así que compré una mininevera y la puse debajo de mi escritorio. Nada del otro mundo, solo lo justo para guardar mi comida y una bebida. También le puse un candado para mayor tranquilidad. Desde entonces, se acabaron los robos de almuerzos.
Bueno, el viernes pasado, una compañera de trabajo (la llamaré Dana, de 29 años) me confrontó durante el almuerzo y me dijo que “era raro y egoísta” tener un refrigerador personal. Según ella, me hacía parecer paranoico y como alguien que no es parte del equipo. Le expliqué que estaba harto de que me robaran la comida y que esta era la única solución que funcionaba.
Pero, según ella, yo debería haber traído cosas que no me importaría perder, como bocadillos o comida para microondas, si estaba tan preocupado. Un par de personas más empezaron a hacer algunos comentarios como: “No dejes que vea tu almuerzo o podría guardarlo bajo llave” o “Ya lo entendimos, eres especial”. Estoy empezando a sentirme como el bicho raro de la oficina solo por proteger mis cosas. ¿Soy malo por encerrar mi almuerzo en lugar de permitir que esto siga sucediendo?
Parece que el robo de almuerzos es un clásico de oficina. Un usuario de internet decidió ir directo al grano y quiso saber por qué la gente se come la comida de los demás. La avalancha de respuestas fue impresionante y, para sorpresa de muchos, algunos de los propios “ladrones” explicaron sus motivos.
¿Te han robado la comida en el trabajo alguna vez? ¿Qué medidas tomaste?