¿Qué pasaría si la Gran Mancha Roja de Júpiter estuviera en la Tierra?

Curiosidades
hace 1 año

Hay arena por todas partes: en tus ojos, tu boca, tu cabello, bajo tu camiseta y en tus zapatos. Casi no puedes pararte, el viento es tan fuerte que te derriba. De pronto, una ráfaga especialmente poderosa te envía al suelo. Te arrastras hacia tu puerta trasera; debes esforzarte mucho para abrirla. Una vez dentro, te paras y miras hacia afuera. Solo hay nubes y un rugido ensordecedor. Muy bien, hora de pedir ayuda. Todo comenzó un mes atrás. Un día saliste a tu jardín trasero. Era un día de viento. Hasta viste un pequeño tornado debajo de tu manzano. Apenas llegaba a tu rodilla y arrastraba hojas y polvo perezosamente. Probaste interrumpirlo metiendo el pie varias veces. ¡Pero, incluso después de varios intentos, el minirremolino no quiso disolverse! Le restaste importancia y regresaste a casa.

¡Al día siguiente, el tornado seguía ahí! Y... ¿acaso había crecido? ¡Lo más interesante era que, en lugar de haberse vuelto más alto, se había vuelto más ancho! ¡En ese momento, comenzó a “devorar” tus flores! Sentiste curiosidad y decidiste rastrear este fenómeno inusual. Lo mediste todos los días y anotaste la información con cuidado en un cuaderno especial. “Puede que más adelante escriba un artículo, ¡o hasta podría publicar un libro sobre mi tormenta!”, pensaste. ¡Un día regresaste a casa y tu manzano favorito se había quebrado! No entendías cómo podía haber pasado. La tormenta seguía pareciendo inofensiva y demasiado débil como para haber dañado un árbol tan grande. Pero, después de ese accidente, comenzaste a preguntarte si no te equivocabas al no pedir ayuda. Bueno, parece que te equivocaste: ¡apenas un mes después, tu minitormenta ha duplicado su tamaño original! Ahora ya no es seguro salir. ¡Es como si tu casa estuviera en medio de un tornado de verdad! No puedes ver el cielo más allá de un muro de polvo y escombros. Tu jardín está arruinado, tus árboles, destrozados. Los arbustos y las flores fueron arrancados del suelo y enviados en distintas direcciones.

Oyes el timbre. ¡El grupo de científicos que llamaste ha venido al rescate! Les muestras el jardín con tu desastre natural personal y disfrutas de su silencio estupefacto. Tras un par de segundos de sorpresa inicial, saltan a la acción. Ignorando los aullidos del viento, hacen entrar todo tipo de aparatos; parecen cosas complicadas de usar. Tu cocina se transforma en un laboratorio de investigación, y te informan que tu casa será temporalmente utilizada por los científicos. Llevas tus cosas al cuarto más pequeño y miras a los profesionales trabajar. Tu cocina está llena de dispositivos que emiten ruidos y luces parpadeantes. Hay personas con trajes protectores y batas de laboratorio merodeando por doquier. Sorprendentemente, no se chocan entre sí, tampoco obstruyen el paso. Tomas tus notas y se las entregas a un hombre mayor de bata blanca. Te agradece como si le hubieras dado el regalo de sus sueños.

Los días siguientes pasan en medio de una ráfaga de actividades. La tormenta de tu jardín no para de crecer, y los científicos parecen más perturbados cada vez que la ven. Cerca de las 2 a. m., algo te despierta. ¡Parpadeas y te das cuenta de que tu casa está temblando! ¡Tu tornado casero debe haber crecido lo suficiente como para alcanzar tu hogar! A la mañana, varios científicos te llaman y te cuentan una noticia desagradable: tendrás que mudarte. Efectivamente, la tormenta está creciendo. En poco tiempo borrará tu casa de la faz de la Tierra. No hay nada que pueda hacerse. Te quedas boquiabierta frente a las personas que te ordenan irte de tu casa. ¡¿Adónde irás?! Te dicen que están construyendo un centro de investigación adicional no muy lejos; es importante poder analizar la tormenta en tiempo real. Ese lugar tiene espacio de sobra y todo lo que puedas necesitar. ¿Por qué no te quedas allí un tiempo? También sería conveniente para ellos: tal vez necesiten que respondas las preguntas que podrían aparecer durante el proceso.

Aceptas, no tienes otra opción. Los investigadores te ayudan a llevar tus cosas a tu nuevo hogar. Caminas por tu casa mientras te despides de tu mesa de café favorita, tu sofá, tu cómoda cama. Los científicos te dicen que no hay tiempo para mudar las cosas a otro lugar. Al día siguiente, despiertas con la noticia de que tu casa ha desaparecido. La tormenta la tragó alrededor de las 4 a. m. A lo largo de las siguientes semanas, el remolino crece y traga dos casas vecinas, el bosque cercano, varios autos abandonados y una florería cercana. Es tan grande que está acercándose a un lago a varios kilómetros de la ciudad. Las personas son evacuadas, las autoridades han anunciado el estado de emergencia.

Un día te das cuenta de que los científicos están hablando por lo bajo. Parecen aún más preocupados de lo normal. Apartas a uno de ellos e intentas averiguar la verdad. En poco tiempo, el científico confiesa todo: los investigadores tienen evidencia que confirma sus peores sospechas. Según sus estimaciones, la tormenta que comenzó como un pequeño tornado en tu jardín se transformará en otra Gran Mancha Roja, ¡solo que en la Tierra! Unas nubes escarlatas giran en sentido antihorario a increíbles velocidades. Debajo de ellas, puedes ver tonalidades coloridas del planeta más grande del sistema solar: el gigante gaseoso Júpiter. Esas nubes se conocen como la Gran Mancha Roja: una tormenta colosal que se desata en la atmósfera. Si te encontraras en el centro, los vientos serían bastante tranquilos. Pero, en sus límites, pueden alcanzar los 680 km/h, dos veces más que los huracanes más rápidos y severos de la Tierra.

A lo largo de las décadas, el tamaño de la Gran Mancha Roja ha cambiado. En este momento, es 1,3 veces más ancha que nuestro planeta. Sus raíces se hunden hasta 320 km en la atmósfera del planeta. El ciclón tropical promedio en la Tierra no suele superar los 14 km desde el fondo hasta la parte superior. Este fenómeno único ha existido tanto tiempo en Júpiter porque el gigante gaseoso no tiene una superficie sólida. Se compone de capas de nubes de vapor, hielo y amoníaco. Debajo de eso, podría haber un océano de hidrógeno líquido. Nuestro planeta es sólido, y los huracanes desaceleran y se disuelven una vez que bajan lo suficiente como para tocar la superficie. Pero la Gran Mancha Roja no tiene dónde aterrizar, así que sigue desatando su furia.

El científico también te cuenta lo más extraño y alarmante de la tormenta en tu jardín. ¡En lugar de haberse debilitado y desaparecido hace varias semanas o de haber mantenido su potencia, está volviéndose más grande y poderosa! Ni siquiera los especialistas más experimentados pueden explicar este fenómeno. Tras días y días de análisis, han llegado a la conclusión de que no debería haber aparecido en la Tierra, ¡va en contra de las leyes de la naturaleza! Lo más interesante es que su composición es un poco similar a la de la Gran Mancha Roja. Estás impresionada, pero aún no entiendes por qué los investigadores se ven tan preocupados. ¡Al parecer, es probable que la exminitormenta se vuelva tan grande como la de Júpiter! ¡Pero, como la Tierra es mucho más pequeña que esa enorme mancha roja, devorará nuestro planeta!

Crecerá y crecerá hasta borrar pueblos y ciudades, bosques y autopistas, y no dejará de hacerse más poderosa. Las personas tendrán que abandonar sus hogares y ser evacuadas a zonas relativamente seguras, hasta que ya no queden zonas seguras. Este proceso llevará años, pero será demasiado pronto como para que las personas se preparen. Hay dos maneras de lidiar con este problema mundial. Una de ellas es colonizar la Luna u otro planeta, como Marte, pero se trata de un proceso increíblemente largo. La tormenta conquistará todo nuestro planeta antes de que la primera nave espacial abandone la Tierra. Los científicos podrían intentar detener el huracán. Existe una tecnología llamada “efecto lentes de sol”. Miles de millones de toneladas de gas denso son bombeadas hacia la atmósfera. Este gas absorbe la luz solar y enfría el agua de los océanos, que es el combustible de todo huracán. Pero los científicos no están seguros de que este método funcione con tu tormenta, ya que no se formó sobre el océano, sino en tu jardín.

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